Cañizares: "El Valencia está gestionado por incapacitados porque Lim solo quiere súbditos"
El Valencia de Peter Lim es penúltimo clasificado de LaLiga y se juega el descenso en una temporada negra para el equipo. Los fichajes fueron un desastre y la "indigna y sumisa" gestión local tiene al club al borde del colapso
El Valencia de Peter Lim es un polvorín y tiene el descenso a un paso. El club valenciano, inmerso en un largo proceso de recorte de masa salarial, pérdidas millonarias (hasta este curso, que por fin dio números verdes de nuevo), intento de liquidación de una deuda monstruosa y sin poder pisar el Nou Mestalla hasta 2027, recoge los frutos de una devaluación de la plantilla que tiene al equipo como último clasificado de LaLiga. El equipo femenino tampoco escapa de la quema, ya que es el farolillo rojo de la Liga F.
La situación económica e institucional del club, con un propietario con el 93% de las acciones que no pisa Mestalla desde diciembre de 2019 y dirige el club a miles de kilómetros de distancia, tiene al Valencia al borde del colapso deportivo. El club ha intensificado sus esfuerzos por rebajar el coste de la plantilla y refinanciar su deuda del 9% previo al 6-7%, algo que ha conseguido, pero por el camino ha ido esquilmando a una plantilla con muy pocas garantías.
"Peter Lim ha dejado de invertir en el Valencia y se ha cansado de poner dinero. Él compró el club barato, hizo ampliación de capital y ahí estaba bien orientado, pero ciertos representantes le hicieron contratar a jugadores fuera de precio", cuenta Santiago Cañizares. "Lim ha perdido dinero casi todos los años, salvo cuando ha derivado su gestión en personas como Mateu Alemany. En esos 2 años de Marcelino, donde el equipo fue a Champions y ganó la Copa del Rey, consiguió oxígeno, pero ahora hay un local managment que son unos incapacitados para dirigir el club".
Si el club descendiese, el proceso de saneamiento económico del club podría saltar por los aires. Tal y como publicó este periódico, con las nuevas operaciones financieras de la mano de Goldman Sachs, la deuda neta del Valencia CF (ha cerrado el ejercicio 23/24 con 284 millones de pasivo) podría escalar por encima de los 500 millones de euros, contando los 80 millones de euros que CVC ingresará para reiniciar las obras de construcción del Nou Mestalla.
"Por mucha historia que tenga un club es muy difícil que soporte la mala gestión durante años. Solo cuando Peter Lim ha derivado la gestión en terceros, como Mateu Alemany, el equipo ha estado a la altura de lo que es históricamente", afirma Santiago Cañizares. "Este año el equipo empezó mal, no encuentra la confianza del año pasado y no tiene el estímulo de tener a tres equipos que nunca ganaban y le libraban de pelear por salvarse. Baraja no piensa dimitir porque tiene un año más de contrato", añade el histórico portero.
La cabeza de Baraja, sobre la mesa
Con una sola victoria en los últimos nueve encuentros ligueros tras la derrota frente al Rayo Vallecano en casa y en Valladolid, Rubén Baraja podría dejar de ser entrenador che a corto plazo. Cabe recordar que el último choque disputado en Mestalla terminó con los futbolistas locales abroncados por la Grada de Animación y viéndose obligados a acercarse para dar explicaciones a la afición, mientras que por primera vez desde que llegase al banquillo, parte de la grada cantó "Pipo, vete ya".
"Un nuevo entrenador daría frescura y creo que podría solucionar las cosas a corto plazo, pero a ver quién viene. Otras veces Lim ha elegido entrenadores indignos e inexpertos. Experimentos. Tendría que ser alguien con carisma, currículum y talento. Un técnico que no se pueda discutir porque ya haya pasado por situaciones como esta. Por otra parte, grandes entrenadores se marcharon hartos por las malas condiciones para trabajar y sacar buenos resultados", narra Cañizares.
El partido es una final anticipada y llega justo después de que el Athletic Club de Bilbao le arrebatase la cuarta posición histórica de LaLiga al Valencia. El dato no es anecdótico, sino un símbolo de la decadencia del club valenciano en las últimas temporadas, donde solo la brillante aparición de una camada de jóvenes recién salidos del horno de Paterna (Diego López, Javi Guerra, Fran Pérez, Alberto Marí, Mosquera...) salvó al equipo de la quema en las últimas dos temporadas, con escándalo arbitral incluido en Mestalla ante el Espanyol.
"Lo peor no es que el Athletic Club supere al Valencia, es que si el Valencia baja, no lo veo encontrando suelo. Este club seguirá mal gestionado hasta que Lim venda las acciones a otro empresario que sepa contratar a profesionales o que Lim derive la gestión a profesionales que tenga autonomía para ello", opina Cañizares. "Solo quedan estos dos caminos. El resto es inventarse a ejecutivos sin experiencia con la gran virtud de ser sumisos y súbditos de Peter Lim. Eso no lleva a ninguna parte y es lo que sufre el club", remata el actual comentarista de COPE, entre otros.
Los fichajes, un desastre mayúsculo
¿Cómo ha llegado el Valencia a ser penúltimo esta temporada después de terminar novenos el año pasado? El club, como lleva haciendo años, vendió este verano a alguno de sus mejores futbolistas. En este caso, el Valencia traspasó a uno de los mejores porteros de la pasada Eurocopa y del continente, Giorgi Mamardahshvili, al Liverpool por 35 millones de euros. El club che logró que el guardameta georgiano se quedase cedido una temporada más. Sin embargo, los refuerzos de mínimos escogidos por la dirección deportiva de Miguel Ángel Corea no han tenido ningún tipo de impacto positivo en la plantilla.
"El entrenador no se mojó en los fichajes porque no tiene capacidad para hacerlo. El club firma lo que quiere el dueño y Baraja no tiene el equipo para cumplir con las exigencias del Valencia. Baraja no se queja porque así se lo trasladó el Valencia desde el primer momento. Su misión es entrenar al equipo y quien debería confeccionar la plantilla, Miguel Ángel Corona, es director deportivo por guardar pleitesía a Peter Lim, no porque haya construido grandes equipos. Es indigno del Valencia", confiesa Cañizares.
De los siete refuerzos del cuadro valencianista, agobiado por su reducción de margen salarial, tres fueron jugadores procedentes de Segunda División: Caufriez, Dani Gómez y Germán Valera. Los dos últimos futbolistas fueron descartes de Levante y Real Zaragoza, mientras que el primero vino pasado de peso. El resto fueron Rafa Mir, marcado por una supuesta agresión sexual, el centrocampista Enzo Barrenechea y el portero Stole Dimitriesvki. Además, el Valencia no ha podido contar con la regularidad de José Luis Gayà, Thierry Correia y Mouctar Diakhaby, los tres castigados por las lesiones.
"Lim solo se irá cuando quiera vender el club. Se podría hacer más fuerza desde el entorno valencianista, pero la Asociación del Pequeño Accionista y la Agrupación de Peñas se han plegado a Peter Lim por tener oficina en Mestalla, tener entradas y privilegios", confiesa Cañizares. "Una parte del valencianismo ha sido muy crítico, pero dos asociaciones fundamentes se han plegado a Lim", cierra el exportero che.
El Valencia de Peter Lim es un polvorín y tiene el descenso a un paso. El club valenciano, inmerso en un largo proceso de recorte de masa salarial, pérdidas millonarias (hasta este curso, que por fin dio números verdes de nuevo), intento de liquidación de una deuda monstruosa y sin poder pisar el Nou Mestalla hasta 2027, recoge los frutos de una devaluación de la plantilla que tiene al equipo como último clasificado de LaLiga. El equipo femenino tampoco escapa de la quema, ya que es el farolillo rojo de la Liga F.
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