El Real Madrid sobrevive al infierno del Bernabéu y Vinícius exige el Balón de Oro (4-0)

El Real Madrid superó una tarde crítica tras una oleada de lesiones que dejó fuera de combate a Rodrygo, Militao y Lucas Vázquez. Los tres futbolistas cayeron en el primer tiempo, pero el Real Madrid, con solo un central de la confianza de Ancelotti sano (Rüdiger) y sin laterales derechos en la primera plantilla, tuvo la capacidad de asestar cuatro puñaladas mortales a Osasuna (4-0). El hat-trick de Vinícius Júnior y el gol de Jude Bellingham fueron una losa demasiado pesada para Osasuna en la misma tarde en que el Santiago Bernabéu ovacionó al canterano Raúl Asencio por su gran rendimiento.

Había mucho más que tres puntos en juego en el Santiago Bernabéu. La espada de la destitución planeaba sobre la cabeza de Carlo Ancelotti y el técnico italiano, sabedor de que el Real Madrid había encajado dos derrotas muy dolorosas contra el Barça (0-4) y el Milan (1-3), trató de agitar a su equipo con un triple cambio: fuera Mendy, Modric y Tchouaméni por Fran García, Camavinga y Rodrygo.

El Real Madrid empezó con fuera y empuje, a pesar de no contar con ideas colectivas. Las jugadas morían en la frontal del área, pero servían para agobiar a Osasuna. El equipo rojillo achicó agua con las internadas de Rodrygo y Vinícius, pero la más clara la tendría Mbappé en una ocasión que no pudo engatillar correctamente. Cuando el partido amenazaba con coger ritmo, Rodrygo se rompió.

Una plaga de lesiones

El jugador brasileño, visto por los médicos, trató de volver al campo y seguir jugando, pero acabaría llorando en el banquillo. Solo ocho minutos después, el brasileño tuvo que salir, visiblemente frustrado. Brahim entró en su lugar y decidió hacer un caño en el primer balón que mimó. La baja del extremo significaría el principio de una tarde aciaga en la enfermería.

Militao, tras un agarrón de Boyomo, se quedaría clavado y se llevaría las manos a su rodilla en un grito estremecedor. El Santiago Bernabéu quedó en silencio absoluto y Rüdiger, conmocionado por ver a su compañero dolido sobre el terreno de juego. Sin más centrales que el alemán y Jesús Vallejo, Ancelotti recurrió al canterano Raul Asencio.

Por suerte para el Real Madrid, Bellingham asistió a Vinícius Júnior y el brasileño, tras dejar desparramado a Catena, batió a Sergio Herrera con un golazo. El brasileño, que abrazó directamente a Ancelotti tras marcar, despejó el camino cuando las sensaciones anímicas del Real Madrid eran preocupantes.

La plaga de lesiones volvería a caer sobre el cuadro blanco, porque Lucas Vázquez también se rompió y tuvo que jugar los últimos minutos del primer tiempo lesionado para no agotar la ventana de sustituciones. Sin embargo, en medio de todo ese caos y el impacto psicológico, Osasuna se despistó y el Real Madrid golpeó con furia. Al filo del descanso, Asencio se inventó un pase de 50 metros que recogió Bellingham para superar a Sergio Herrera con clase.

Con el 2-0, el Real Madrid salió al segundo tiempo con Modric por Lucas y decidido a aumentar su ventaja en el marcador. Asencio provocó la ovación del público y tanto Vinícius como Bellingham asediaron la portería de Osasuna. Mbappé quiso sumarse, provocando así una falta peligrosa que él mismo ejecutaría... a la barrera. El Real Madrid estaba muy cómodo y aplicado en la presión, mientras que el equipo rojillo no encontraba su característica intensidad.

El mazazo definitivo para Osasuna llegaría en el minuto 61. Lunin detectó la carrera al espacio de Vinícius y el brasileño se encargó de fugarse del último defensor de Osasuna, regatear a Sergio Herrera y definir con maestría para el 3-0. El Bernabéu cantó Balón de Oro y el delantero blanco volvió a sonreír. Ancelotti, con todo de cara, aprovecharía para probar a Mbappé por la izquierda, donde dejó varias carreras espectaculares... pero no pudo marcar.

Los blancos seguirían cargando el área ante un Osasuna a remolque. Valverde estuvo cerca del 4-0 en una enorme llegada al área y en la siguiente jugada, Boyomo se durmió, Brahim le robó la cartera y le regaló el gol a Vinícius Júnior para su hat-trick en el minuto 68. Endrick y Güler entrarían por Bellingham y Vinícius en los últimos minutos, donde el Bernabéu agradeció el esfuerzo de ambos y reclamó más minutos para los dos jóvenes.