Los cuatro pecados del Madrid que provocaron el baile del Barcelona y dejan tocado a Ancelotti
Partido para olvidar del Real Madrid en el primer Clásico de la temporada, donde no solo recibió una tremenda goleada en el Santiago Bernabéu, sino que se queda virtualmente a tres partidos del líder casi recién comenzada la temporada
El Real Madrid firmó uno de los peores partidos que se le recuerdan en los últimos años. El conjunto blanco recibió un golpe mortal en el Santiago Bernabéu, donde el Barcelona aplastó al equipo de Carlo Ancelotti con una goleada de las que duelen (0-4). No solo por el abultado resultado, sino por la sensación de que el equipo ha tirado la Liga en octubre y, sobre todo, que no tiene fútbol suficiente como para competir por todo. La goleada será difícil de asumir.
El partido significaba mucho más que tres puntos, pues estaba en juego el liderato de la competición. Y lo que el conjunto azulgrana consiguió fue no solo salir con seis puntos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor sino, sobre todo, prácticamente hacerse con el golaverage, por lo que, virtualmente, el Madrid está a tres partidos de distancia de los azulgranas. Pero lo más doloroso para el conjunto blanco es que no encontró los resortes para llevarse la victoria.
Hubo dos partes bien diferenciadas en el partido: hasta el minuto 54, donde el Madrid dominó, pero no fue capaz de encontrar el camino del gol; y desde el tanto de Lewandowski, donde el equipo fue incapaz de reaccionar y se deshizo como un azucarillo en agua. Ni los que estaban en el campo, ni los que entraron, ni Ancelotti desde el banquillo supieron poner soluciones. El italiano queda muy señalado por la falta de trabajo del equipo y de decisiones con su banquillo.
Así, estos fueron los cuatro pecados capitales del Madrid:
Alarmante falta de puntería
Hay dos datos que desnudan al Real Madrid. El primero, que cayera hasta 12 veces en fuera de juego, a sabiendas de que el Barcelona jugaba con la defensa tan adelantada; el segundo, los numerosos fallos de Kylian Mbappé y de Vinícius. Ambos fallaron hasta cuatro mano a mano con Iñaki Peña clarísimos, jugadas de gol que dos futbolistas de su talla no se pueden permitir. El brasileño tuvo una clamorosa, pero el francés se llevó la palma, marcando cada vez que disparaba en posición adelantada, pero fallando las que tenían validez, hasta tres realmente sencillas para un jugador de su talla al que este sábado se le cerraron las persianas.
Lamentable actitud defensiva
No se puede entender que el Madrid se rompa por el centro. En un equipo con Camavinga, Valverde, Tchouaméni, Militao y Rüdiger, el primer gol llegó tras un pase sencillo por el centro, con los mediocentros desubicados y los centrales fuera de lugar, para que Lewandowski batiera a Lunin. A partir de ahí, la defensa blanca fue un flan, con un Militao para olvidar, Mendy y Lucas rompiendo el fuera de juego constantemente por detrás de sus centrales y un Tchouaméni que se le ha olvidado ser el stopper que era. Especialmente lamentable el partido de Lucas Vázquez, que salió en la fotografía de todos los goles... y de dos claras que perdonó Lewy.
Falta de trabajo táctico
Da la sensación de que el trabajo táctico de este Madrid es nulo. Muchos futbolistas juegan fuera de posición para encajar todas las piezas y muchos están perdidos. En salida de balón, el juego es nulo: todo son balones para aprovechar la velocidad de Vinícius y Mbappé, donde no existe la circulación, la posesión, ni la idea de juego. Pero mucho peor es el momento de defender, donde el equipo no vuelve a posición con energía, no existe la presión alta sobre el equipo contrario y, sobre todo, no hay intensidad ninguna. Los rivales juegan muy cómodos porque este equipo carece de conceptos tácticos básicos.
Ancelotti, fatal en los cambios
Con un Madrid completamente desubicado tras los dos picotazos iniciales del Barça, era el momento de mover el banquillo en busca de soluciones. Pero Ancelotti decidió solo hacer tres cambios: Modric para dar más equilibrio, Brahim recién recuperado de una lesión y un defensa, Fran García. El italiano se volvió a olvidar del talento, donde ni Arda Güler, ni Endrick, entre otros, tuvieron minutos en un partido para ellos. Carletto solo hizo tres cambios, y tarde, en un partido que el Madrid debía de voltear. No se entiende que Ancelotti no moviera el banquillo antes y, sobre todo, que pusiera el talento en juego. Los cambios llegaron mal y tarde.
Así, el Clásico deja dos lecturas de las que el Madrid debe de tomar nota. La primera, que no se pueden perdonar tantas ocasiones, pues terminan pasando factura ante rivales de mucho nivel como el Barcelona (algo que ya pasó con el Borussia); la segunda, hacen falta fichajes como el comer. El Madrid tiene un grave problema en el medio del campo y la defensa es un verdadero desastre. Y si, además, los de arriba fallan lo imperdonable, el agujero del equipo es importante.
El Real Madrid firmó uno de los peores partidos que se le recuerdan en los últimos años. El conjunto blanco recibió un golpe mortal en el Santiago Bernabéu, donde el Barcelona aplastó al equipo de Carlo Ancelotti con una goleada de las que duelen (0-4). No solo por el abultado resultado, sino por la sensación de que el equipo ha tirado la Liga en octubre y, sobre todo, que no tiene fútbol suficiente como para competir por todo. La goleada será difícil de asumir.
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