El Madrid vuelve a jugar con fuego, pero Mbappé y Vinícius logran incendiar Balaídos en pleno diluvio

El Real Madrid logró una trabajada victoria en Balaídos (1-2), en un partido donde Kylian Mbappé y Vinícius marcaron las diferencias en ataque, pero donde Thibaut Courtois volvió a ser decisivo. Las dudas defensivas de equipo blanco pudieron costarle muy caro ante el Celta de Vigo, pero la gran actuación del belga evitó males mayores. Dos grandes goles del francés y del brasileño sirvieron para dar tres puntos de oro al Madrid en un partido más que complicado.

El partido era más que importante para el Real Madrid, consciente de que la próxima jornada llegará el Clásico. O, dicho de otra manera, la posibilidad de que el equipo blanco se pusiera líder de la Liga, pero, para ello, el primer paso era ganar en Balaídos, un campo nada sencillo. Desde del comienzo del encuentro, la lluvia arreció continuamente, lo que hacía aún más épico un partido que, tras el parón de selecciones, no era fácil para los blancos.

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De hecho, durante los primeros compases de partido, hubo un par de desconexiones en el plano defensivo que el Madrid pudo pagar caro. Varios arrastres y entradas desde segunda línea desembocaron en tres ocasiones casi consecutivas, de las que se salvaron los blancos. Dos de ellas, por fuera de juego previo y, la más clara, gracias a una milagrosa intervención de Thibaut Courtois con su pierna izquierda cuando Williot Swedberg ya celebraba el gol. Era el inicio de su festival.

Pero el que no iba a perdonar fue Kylian Mbappé. Corría el minuto 20 y, en lo que parecía una inofensiva salida de balón del Celta, el Madrid se iba a adelantar en el marcador, Fran Beltrán trató de filtrar un balón hacia delante, pero Eduardo Camavinga metió la pierna. El rechace salió directo a Mbappé que, sin pensárselo dos veces, armó la pierna derecha y en un monumental disparo, colaba el balón por la escuadra izquierda de la meta de Vicente Guaita.

El Madrid se adelantaba en el marcador tras penalizar un fallo del Celta en salida del balón, en la que arriesgó en exceso durante toda la primera aparte. De hecho, tras dos nuevos fallos, Vinícius pudo aumentar la ventaja, pero no acertó en ninguno de los dos casos. La primera, rematando desviado de cabeza un gran centro de Valverde; la segunda, mandando a las nubes una gran acción personal. Así se llegó al descanso, en un partido donde el control brillaba por su ausencia.

Una segunda parte trepidante

Nada más comenzar la segunda parte, Jude Bellingham perdonaba el segundo, después de una gran cabalgada en solitario que acabó con un disparo excesivamente cruzado. Y, solo cuatro minutos después, Swedberg se iba a rehacer del error del primer tiempo para firmar el empate. Después de una buena combinación entre Bamba y Mingueza, el balón iba al corazón del área, donde el sueco, a placer y sin marcaje, ajustaba su remate al palo derecho de Courtois para igualar el partido.

Empezaba un partido nuevo y quedaba por ver cómo reaccionaba el Madrid. Y comenzó el intercambio de golpes. Primero, Vinícius anotaba, pero había fuera de juego previo de Mbappé, por lo que no subió al marcador; después, Borja Iglesias no empujaba a gol un caramelo de milagro; y, más tarde, Manquillo salvaba in extremis otro gol de Mbappé. Y llegó el gol de Vinícius: era el minuto 66 cuando Modric se inventó un gran pase filtrado que, tras regatear a Guaita, el brasileño mandaba a la jaula.

Minutos después, un nuevo error en el centro de la zaga blanca obligaba a Courtois a hacer un nuevo paradón en un mano a mano con Bamba. El partido continuó con una constante concatenación de oportunidades para ambos equipos, en un correcalles que desesperaba a Ancelotti. El italiano pedía control y el Madrid ofrecía vértigo y dudas en defensa. Solo la clarividencia de Modric ponía sentido, lo que hizo que Carletto metiera en el campo a Ceballos en ligar de Mbappé.

La entrada del andaluz dotó de más equilibrio a la medular. A pesar de ello, el Celta lo intentó en los minutos finales, en busca del gol que le diera el empate ante el vigente campeón, pero de manera infructuosa, como el clamoroso error de Douvikas en un nuevo mano a mano con Courtois que no encontró portería. El Madrid supo sufrir y llevarse tres puntos de oro en Balaídos que le permite encarar el Clásico con la posibilidad de ponerse líder de la Liga.