Vuelve el fútbol en abierto y gana peso el femenino: ¿dónde ver el deporte en 2024-2025?
Dazn ha relevado a Movistar+ como hogar de las ligas internacionales de fútbol, mientras que Mediapro ha negociado emitir su partido en abierto de LaLiga con distintas autonómicas
El interés por los derechos audiovisuales de las competiciones deportivas es un indicador para medir su grado de repercusión y crecimiento. En España, tan sólo LaLiga, la ACB y otras ligas o torneos internacionales logran generar ingresos significativos por sus retransmisiones. El resto aún asume el peaje de Teledeporte, que les otorga una visibilidad y audiencia a la que no llegarían en una OTT, pero que a su vez implica un elevado coste para los promotores, que deben asumir parte o la totalidad de la producción de sus retransmisiones.
La temporada 2024-2025 llegará sin cambios en el polideportivo español a nivel televisivo, pero con una reconfiguración en el fútbol: Bundesliga y Serie A han pasado a manos de Dazn, y Mediapro ha negociado con distintas televisiones autonómicas para emitir el partido en abierto de LaLiga que tiene cada jornada. Será la primera vez en más de dos décadas que se pueda volver a ver partidos de la máxima competición española en las televisiones locales.
* Artículo publicado originalmente en 2Playbook.com
Mediapro ya ha llegado a acuerdos con EITB, TVG, Telemadrid y Canarias TV. Estos canales fueron fundamentales en la difusión del fútbol de las décadas de 1990 y 2000, antes de dar el salto a los canales de pago y disparar sus ingresos audiovisuales. Ahora podrán emitir algunos partidos de los lunes de Athletic Club, Deportivo Alavés, Real Sociedad, Rayo Vallecano, Getafe FC, Leganes CF y RC Celta, complementando las retransmisiones de GOL Play. Mediapro también negoció con RTVE, aunque el consejo de administración de la corporación pública de medios rechazó pagar 3,8 millones en este paquete, unos 100.000 euros por partido.
El fútbol, aun así, no adolece de los mismos problemas que otros deportes que se emiten en televisiones de pago. Se trata de un producto premium y el principal reclamo de los operadores para captar o fidelizar clientes. Los principales paquetes de Movistar+ van asociados a la oferta deportiva, liderada por LaLiga y la Champions League. Orange volverá a ser la única teleco que, junto a Telefónica, tenga todo el fútbol en su catálogo, tanto competiciones domésticas como europeas, gracias a los acuerdos de sublicencia firmados con Movistar+ y Dazn.
Estas tres son las únicas plataformas donde se podrán ver los partidos de LaLiga EA Sports, a excepción del partido en abierto de los lunes. LaLiga Hypermotion, por su parte, ha alcanzado acuerdos con una veintena de plataformas y operadores, que también incluyen a Prime Video, Yoigo, MásMóvil, Vodafone, Euskaltel, Guuk o Embou, entre otras. El objetivo, a diferencia de la Primera División, es lograr una mayor cobertura territorial, con un componente más regionalista para que los aficionados sigan a sus clubes.
En el fútbol internacional también se han producido importantes movimientos este verano. Dazn ha culminado su ofensiva al hacerse con la Bundesliga hasta 2029 y la Serie A hasta 2027. Además, ha renovado con la Premier League hasta 2028 y aún se desconoce el futuro de la Ligue 1, de la que Dazn tendrá sus derechos en Francia. La plataforma de streaming ha pivotado hasta convertirse en el epicentro del fútbol internacional, tanto masculino como femenino, ya que aparte de la Liga F, también emite la Women’s Champions League, Women’s Super League, Frauen Bundesliga y NWSL. En 2023-2024 también emitió la Serie A femenina y la Première Ligue francesa femenina en España, la primera vez que ambas ligas llegaban al país. La joya de la corona, la Champions League, sigue en manos de Movistar+ hasta 2027.
En cuanto al polideportivo, la ACB finalizará su contrato con la plataforma de Telefónica en el verano de 2025. Ambas organizaciones han mostrado su vocación de continuidad, aunque se desconoce si también podría haber un cambio de modelo para adaptarse a un escenario de mayor convergencia entre el abierto y el pago, para usar el primer canal como generador de suscripciones.. Las televisiones autonómicas también jugaron un rol fundamental en el baloncesto español, hasta que pasó a los canales de suscripción.
Desde la propia ACB, Antonio Martín ya apuntaba en conversación con 2Playbook a “estar atentos a los cambios en el mercado”, dejando abierta la puerta a nuevos acuerdos con su socio audiovisual. Movistar+, de hecho, ha empezado a pasar cada vez más partidos a su OTT MovistarPlus+ e incluso a los canales generalistas, no incluidos con el paquete deportivo que incluye toda la ACB.
Este esfuerzo por combinar plataformas en streaming, contenidos de pago y partidos puntuales en abierto es el que se está consolidando en España. Dazn fue de las primeras en combinar ambos formatos con la Champions femenina, emitida de forma gratuita en su canal de YouTube, para luego traccionar hacia su paquete Victoria, exclusivo de fútbol femenino.
La apuesta la replicó con la Liga F y, poco a poco, ha ido expandiendo la oferta en abierto para que ejerza de reclamo tanto para captar usuarios registrados gratuitos sobre los que impactar con publicidad y promociones, como para que posteriormente den el salto como usuarios de pago fidelizándoles con el resto de contenidos. Este año ha alcanzado acuerdos con Movistar+ para emitir un partido por jornada de la Premier League y emitirá la pretemporada de la NFL gratuita para cualquier usuario registrado, entre otras iniciativas.
La combinación de emisiones de pago con las píldoras en abierto es un paso más de la evolución del sector audiovisual. Tras el boom de las plataformas de streaming, los últimos dos años se ha vivido un proceso de consolidación e integración de ofertas, con grandes operadores como Max, Prime Video, Dazn o Movistar+ alcanzando acuerdos cruzados para integrar sus plataformas y comercializar distintos paquetes. Por otro lado, se han ido integrando nuevas propuestas de entretenimiento que complementaran la oferta de cada una, e incluso Netflix ha entrado en deporte y emitirá la WWE y los partidos de Navidad de la NFL en todo el mundo, incluido España.
Sacar algunos contenidos o partidos de la televisión de pago responde a la necesidad de los operadores de generar más demanda para captar nuevos suscriptores. También va en beneficio de las propiedades deportivas, que miran a la televisión de pago para generar ingresos significativos a costa de impactar en menos audiencia y, por lo tanto, menos impactos a favor de sus patrocinadores.
Es una estrategia que coincide en todas las competiciones que han dado este salto. Asobal y Primera FEB, que renovaron con LaLiga+ hasta 2028, también incluyeron a las autonómicas en la ecuación y la posibilidad de comprar paquetes para seguir a un único club. Los derechos audiovisuales de ambas competiciones se tasan en un millón de euros y 300.000 euros, respectivamente.
El resto del polideportivo combinará algunos partidos en Rtve con las retransmisiones en canales autonómicos y OTTs de las federaciones. La corporación pública de medios tiene asegurado un partido semanal de Liga Femenina Endesa, Lnfs, Primera Femenina de fútbol sala, ligas masculina y femenina de rugby o Liga Guerreras, entre otras. Muchos de estos partidos ya ni siquiera pasan por Teledeporte y se han derivado únicamente a Rtve Play.
El resto de competiciones de tenis, ciclismo y otros deportes pasarán principalmente por Eurosport y Rtve, en el caso de las que se disputen en España. El motor, en cambio, sigue en manos de Dazn, que tiene los derechos de MotoGP y Fórmula 1, entre otras competiciones. Ninguna ha cambiado de estrategia o de tenedor de los derechos en 2024-2025.
El interés por los derechos audiovisuales de las competiciones deportivas es un indicador para medir su grado de repercusión y crecimiento. En España, tan sólo LaLiga, la ACB y otras ligas o torneos internacionales logran generar ingresos significativos por sus retransmisiones. El resto aún asume el peaje de Teledeporte, que les otorga una visibilidad y audiencia a la que no llegarían en una OTT, pero que a su vez implica un elevado coste para los promotores, que deben asumir parte o la totalidad de la producción de sus retransmisiones.
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