Monchi, cansado de las intromisiones, tiene un pie fuera del Sevilla y el club trata de convencerle

La conquista de la séptima Europa League de su historia no ha enterrado los problemas institucionales del Sevilla. Si el martes este periódico publicó que el retorno de José María del Nido Benavente a la presidencia tiene ya fecha, en un año o año y medio aproximadamente, la siguiente salida, que podría concretarse en los próximos días según avanzó Relevo, es la de Monchi. El director deportivo, y arquitecto de la etapa más gloriosa de la historia del club, pondría fin a su segunda etapa cuatro años después de su regreso tras el paso por la Roma. El jueves por la noche, El Confidencial confirmó que se reunió con el expresidente Del Nido: la pérdida de peso en las decisiones y las intromisiones en la parcela deportiva, claves en su decisión.

Monchi fue primero delegado del equipo antes de convertirse en el director deportivo en el 2000. En ese momento, no tenía absolutamente ni idea, pero aceptó el encargo para ayudar al club en una delicada situación. "Las bases de lo que es hoy el Sevilla empezaron con el reconocimiento de que estábamos en la ruina", confiesan a El Confidencial fuentes próximas a la dirección deportiva.

Aquella secretaría técnica tenía poco margen de maniobra, y casi no se admitían errores. El capital disponible para el gasto en fichajes era mínimo. Así lo aseguran las mismas fuentes: "Se apostó por la economía de guerra. Decidimos que la cantera iba a ser un tema primordial en el proyecto y eso nos salvó. Monchi no tenía ninguna experiencia, pero sí mucho potencial".

El paso a la Roma

Convertir al Sevilla en un equipo campéon fue complicado. Y se consiguió gracias a los traspasos importantes, ya fuera de canteranos o de jugadores que se revalorizaron en la ciudad hispalense. "La de Sergio Ramos fue la primera gran venta del Sevilla. El miedo era invertir erróneamente el dinero. En aquel momento, ya habíamos superado la situación tan drástica que sufrimos, pero el club aún tenía deudas".

Esa primera etapa de Monchi concluyó en 2017, cuando confirmó su salida rumbo a Roma. Los aficionados le despidieron con un gran homenaje en los aledaños del Ramón Sánchez-Pizjuán que emocionó al propio director deportivo. En esos 17 años, el Sevilla ganó cinco Europa League, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y dos Copas del Rey. Nueve de los 15 títulos que atesoran en sus vitrinas.

El paso por Roma no fue como esperaba. Monchi estuvo dos años en los que el equipo italiano disputó la Champions, e incluso eliminó al Barcelona de Ernesto Valverde en cuartos de final en 2018, levantando un 4-1. Pero la nostalgia por Sevilla estaba ahí. El regreso a casa siempre estuvo en mente. Por eso Pepe Castro no tuvo duda alguna para que volviera al puesto que ocupó durante casi dos décadas.

Sería el segundo adiós en seis años

Monchi tenía intención de seguir en el caso de que el Sevilla no hubiera ganado la Europa League, y tampoco se hubiera clasificado para competición europea. El triunfo en Budapest y el pase para la próxima edición de la Champions dejan la decisión más cercana a una despedida que a la continuidad.

El Sevilla no tendrá problema alguno en liberar a Monchi siempre que se vaya a descansar y no esté en activo. En el caso de que otro club (se ha hablado del Aston Villa) quiera hacerse con sus servicios, se remiten a la cláusula de rescisión del director deportivo, cinco millones de euros. Entre sus posibles sustitutos, estaría Víctor Orta, según avanzó As.

Esta marcha estaría justificada en la pérdida de poder del director deportivo. Cada vez son más las intromisiones que está sufriendo en la parcela deportiva. De hecho, el fichaje de Jorge Sampaoli llegó a pesar de que Monchi no estaba del todo de acuerdo con la contratación del entrenador argentino. Si todo se confirma, sería el segundo adiós en apenas seis años. Lo que dejaría de manifiesto que tal vez la complicidad con Pepe Castro no es la misma que con Del Nido.