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José Bordalás, el ídolo al que se aferra el Getafe para su supervivencia en Primera División
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DEJÓ HUELLA EN EL CLUB

José Bordalás, el ídolo al que se aferra el Getafe para su supervivencia en Primera División

El valenciano lideró al equipo azulón en unas de las mejores etapas de su carrera. Ahora, con el descenso acechando, se encomiendan a él para que les salve de este aprieto

Foto: Bordalás volverá al banquillo del Getafe. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Bordalás volverá al banquillo del Getafe. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El refrán dice que las segundas partes nunca fueron buenas, pero hay ocasiones en las que el público se aferra al ídolo; puede que porque todavía tienen la nostalgia de tiempos pasados en los que fueron felices. Para que alguien ocupe ese lugar, muchas veces ha tenido que marcharse otra persona. Ya saben, hay ocasiones en las que un matrimonio está encaminado a separarse. Pero pasan semanas hasta que eso ocurre, marcado habitualmente por un hecho puntual.

La unión que formaban el Getafe y Quique Sánchez-Flores terminó tras la derrota ante el Almería (1-2). Ahora todos los focos apuntan a José Bordalás, ídolo en el municipio madrileño, y elegido para ocupar el banquillo, como han confirmado desde el club. El valenciano comenzaría así su segunda etapa tras una anterior de cinco años (2017-21). Aquella vez cogió al equipo moribundo en Segunda, luego lo ascendió y lo hizo viajar por Europa.

El Getafe sólo ha sumado dos puntos de los últimos 15 (sendos empates ante Athletic de Bilbao y Barcelona) y está en apuros. Esta temporada se vivirán uno de los descensos más apretados del último lustro y la situación es complicada. Bordalás aparece como el salvador que más necesitan. Aquel que fue capaz de obrar el milagro en Segunda. Y que quieren que haga lo propio en Primera.

La difícil realidad

Su primera etapa fue de menos a más. Tras conseguir el ascenso a Primera, el equipo se mantuvo al conseguir una holgada permanencia y rozar los puestos de Europa League a pesar de ser un recién ascendido. El Getafe se transformó en uno de los clubes más incómodos de la Liga, porque jugar frente a ellos, en el Coliseum o donde fuera, era un suplicio. Un equipo cuya presión era efectiva y que galopaba al contragolpe. Eso es lo que puede esperarse de Bordalás en los partidos que restan.

La realidad es bien distinta a la de 2019, cuando el Getafe firmó la mejor clasificación de su historia (59 puntos). El equipo fue quinto y se quedó a dos del Valencia, que cerró los puestos de Liga de Campeones. Todo ha cambiado mucho desde entonces, tanto que madrileños y valencianos pelean ahora por evitar un descenso que dejaría en shock a ambas aficiones.

El Getafe mejoró aún más e incluso estuvo cerca de jugar la Champios en 2020, pero llegó el confinamiento y la suspensión de la Liga. Y nada volvió a ser como antes. El regreso a la competición tras el inicio de la pandemia fue paupérrimo. Lo que parecía una temporada de ensueño acabó de una manera muy agridulce.

placeholder Bordalás, en su etapa como entrenador del Getafe. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Bordalás, en su etapa como entrenador del Getafe. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El interés de la Roma

El verano de 2020 marcó la relación de Bordalás y el Getafe. A pesar de que el octavo puesto no había dejado contenta a la afición tras el inicio de temporada, la gestión del valenciano al frente del club azulón era intachable. Le quedaba un año de contrato, hasta el 30 de junio de 2021, cuando la Roma se interesó por su situación. El presidente, Ángel Torres, se negó a que su entrenador se marchara. Finalmente, fue Paulo Fonseca el que entrenó a los italianos durante un año, antes de que llegara José Mourinho.

La última temporada de Bordalás fue la peor con diferencia, porque con el mismo equipo estuvieron toda la temporada cerca del descenso. En última instancia, se salvaron por cuatro puntos y continuaron en Primera. Pero era el momento de separar los caminos. José terminaba contrato y tanto el club como él habían acusado el desgaste. Ahora, sin embargo, vuelve para que el equipo continúe en la élite. En Getafe se aferran a él como una divinidad.

El refrán dice que las segundas partes nunca fueron buenas, pero hay ocasiones en las que el público se aferra al ídolo; puede que porque todavía tienen la nostalgia de tiempos pasados en los que fueron felices. Para que alguien ocupe ese lugar, muchas veces ha tenido que marcharse otra persona. Ya saben, hay ocasiones en las que un matrimonio está encaminado a separarse. Pero pasan semanas hasta que eso ocurre, marcado habitualmente por un hecho puntual.

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