El Atlético de Madrid se desangra donde el Barça manda: cómo Xavi se convirtió en Simeone
El Barça solo ha encajado nueve goles en 30 partidos de Liga, mientras que ha concedido 16 tantos en ocho partidos en Europa este curso. La anomalía refuerza el 'unocerismo' azulgrana
Que el sol de Barcelona no nuble los recuerdos. Hubo un tiempo, ya bastante lejano, donde el Atlético de Madrid dominaba las áreas con mano de hierro y controlaba todo lo que sucedía en las zonas en las que se deciden los encuentros. Tanta seguridad en campo propio y determinación en el rival llevó a los pupilos del Cholo Simeone a brillar en la Champions League y a conquistar, entre otros títulos, dos ligas inolvidables. Desgraciadamente para los rojiblancos, esa descripción en el dorso es una aspiración imposible con el estado de la plantilla actual... Sin un delantero centro temible y sin centrales infranqueables. En la batalla del Camp Nou, donde LaLiga podía dar un vuelco, el Barça mostró un olfato letal para marcar el primer gol del partido en el primer disparo a puerta e inclinar el encuentro. El Atlético se daría de bruces una y otra vez contra su impotencia goleadora (1-0) y la ausencia de calidad diferencial. Ver para creer cómo han cambiado las tornas.
"Contundencia, contundencia". Esa es la respuesta que repite Simeone como un mantra esta temporada. La que faltó en el gol de Ferran Torres, con el error en cadena de toda la zaga colchonera y de Jan Oblak. Y también la que ha logrado el Barça de Xavi Hernández en LaLiga del unocerismo implantado en el Camp Nou. El Atlético de Madrid tuvo cuatro ocasiones claras, como mínimo, para adelantarse en el marcador y luego, para empatar, pero el Barça se libró. Del disparo al travesaño de Antoine Griezmann antes de cumplirse el primer minuto del encuentro a los otros dos tiros del francés y una llegada clara de Rodrigo de Paul en la segunda parte. El Atlético no tuvo puntería en un partido notable y el Barça, que también perdonó en el segundo tiempo cuando se despertó, se escapó con vida. Otra vez. Algo que se ha repetido sistemáticamente este curso.
Lo explicaría el propio técnico rojiblanco en rueda de prensa: "El equipo jugó el partido que quería jugar. No pudimos ser contundentes de cara al gol. La del travesaño de Antoine Griezmann, esos centímetros de fortuna no se tuvieron en esa jugada, luego otra también de Griezmann que detuvo el portero del Barcelona... En el segundo tiempo fue diferente. Con el 1-0 ellos buscaron cerrar el marcador, pudieron hacer algún gol más, pero nosotros también tuvimos ocasiones para poder empatar el partido", explicó.
Solo Griezmann transmitió verdadera sensación de peligro junto a un Ángel Correa poco voraz. Yannick Carrasco lo intentó sin acierto y Álvaro Morata, que estuvo cerca de cazar un centro de Nahuel Molina en el segundo tiempo, no tuvo impacto real tras salir desde el banquillo. El español debería ser ese 9 potente al espacio y goleador que desea el Atlético, pero no lo ha conseguido. "El encuentro genera una derrota justa porque ellos fueron más contundentes, pero seguimos en la misma línea del encuentro ante el Barcelona en el Metropolitano, que fue parecido. La contundencia te hace ser campeón. Contundencia en las dos áreas", remarcaría Simeone.
El 'unocerismo' que hará campeón a Xavi
Xavi, que se las ha tenido tiesas esta temporada con el preparador argentino por sus críticas al estilo del Atlético, recogió el guante. "Para nosotros, el 1-0 es un resultado muy bueno, ojalá ganáramos todos los partidos. Se hace complicado ganar por más de uno. Estamos en una posición muy buena. Ha visto todo el mundo que podíamos marcar más goles". La historia ya colea desde hace meses. Incluso años. Hace poco, Simeone afirmó: "A algunos estrategas amantes del juego bonito ya les escucho decir que el 1-0 también es bonito". Entonces Xavi replicó: "Una cosa es el resultado y otra es el estilo. Nosotros no vamos a cambiar el estilo. Nunca nos vamos a cerrar atrás. Siempre somos proactivos".
Los datos, sin embargo, reflejan otra realidad. El Barça ha ganado con lo mínimo en infinidad de ocasiones, especialmente sin Dembélé, Pedri o De Jong, que ayer reaparecieron. El Barça no ha tenido clarividencia en los últimos metros, desborde ni fluidez, pero sí determinación. Hay una estadística demoledora que explica esta Liga de claro color azulgrana y que los de Xavi Hernández tienen en el bolsillo desde hace muchas jornadas. El Barça ha encajado en Europa (Champions League más Europa League) 16 goles en ocho partidos. En LaLiga, en cambio, solo han concedido 9 goles en 30 partidos. El Atlético, 22 tantos en contra. Además, de los 30 encuentros que ha disputado, el equipo azulgrana ha logrado dejar la portería a cero en 10 ocasiones. Un 33% de las ocasiones. En Champions y en Europa League no lo consiguió ni una sola vez.
"Nos sorprende, no es normal llevar nueve goles encajados en 30 partidos. No es normal. Señal que hacemos un buen trabajo en defensa. No todo es mérito nuestro, también demerito", contestó Xavi sobre ese dato en rueda de prensa. El abanico de goles cantados que han fallado los rivales del Barça en Liga este curso es muy amplio. Por suerte para el equipo culé, los de Xavi han logrado compensar el bloqueo goleador de Robert Lewandowski tras el Mundial (nueve goles en 18 partidos) con un soberbio Ronald Araújo y con las paradas milagrosas de Marc-André ter Stegen. El Barça tiene LaLiga a tiro de piedra.
Que el sol de Barcelona no nuble los recuerdos. Hubo un tiempo, ya bastante lejano, donde el Atlético de Madrid dominaba las áreas con mano de hierro y controlaba todo lo que sucedía en las zonas en las que se deciden los encuentros. Tanta seguridad en campo propio y determinación en el rival llevó a los pupilos del Cholo Simeone a brillar en la Champions League y a conquistar, entre otros títulos, dos ligas inolvidables. Desgraciadamente para los rojiblancos, esa descripción en el dorso es una aspiración imposible con el estado de la plantilla actual... Sin un delantero centro temible y sin centrales infranqueables. En la batalla del Camp Nou, donde LaLiga podía dar un vuelco, el Barça mostró un olfato letal para marcar el primer gol del partido en el primer disparo a puerta e inclinar el encuentro. El Atlético se daría de bruces una y otra vez contra su impotencia goleadora (1-0) y la ausencia de calidad diferencial. Ver para creer cómo han cambiado las tornas.
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