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El Barça, un villano mediático devorado por el caso Negreira y el silencio de Laporta
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Sin explicaciones oficiales del Barça

El Barça, un villano mediático devorado por el caso Negreira y el silencio de Laporta

Más de un mes después del escándalo de los pagos por más de 7 millones de euros al vicepresidente de los árbitros, Laporta no ha dado una rueda de prensa. La reputación del club está por los suelos

Foto: El presidente todavía no ha ofrecido una rueda de prensa tras el estallido del caso Negreira. (EFE/Alejandri García)
El presidente todavía no ha ofrecido una rueda de prensa tras el estallido del caso Negreira. (EFE/Alejandri García)

Hoy se juega un Clásico en Barcelona y el resultado no podría importar menos. Así de extraordinario es el escándalo de los pagos por más de 7,3 millones de euros al vicepresidente de los árbitros en activo, José María Enríquez Negreira, durante dos décadas por parte del FC Barcelona y de sus expresidentes. El silencio atronador de los principales periódicos catalanes con relación a la intención del club choca frontalmente con el estupor internacional y la cobertura nacional. La UEFA ya se prepara para tomar cartas en el asunto. La bola de nieve es tan rematadamente enorme que no hay manera de desviar el foco de atención pese a las débiles intentonas saturadas de victimismo y populismo de su actual presidente, Joan Laporta.

Ahora mismo, el Barça es el mayor villano del fútbol español y así se lo han recordado en las últimas jornadas, como ya sucediera en San Mamés o el Sánchez-Pizjuán, a través de cánticos, insultos y lluvia de billetes con la cara del dirigente. El clamor popular en Bilbao provocó que Xavi Hernández se quejara públicamente: Me ha sorprendido este ambiente de tanta hostilidad, es algo que me entristece. Creo que juzgar antes de tiempo no es bueno para la sociedad", afirmó el entrenador. La sensación es que este clima de animadversión contra el FC Barcelona va a continuar y que la mancha es tan espesa que no se puede borrar. Solo jugar en el Camp Nou va a ser cómodo para el Barça.

Foto: El presidente del Comité Técnico Arbitral, Medina Cantalejo. (EFE/J.J. Guillén)

Por otra parte, pese a la implicación de Laporta en los pagos, será difícil que las diligencias le afecten. La denuncia de la Fiscalía, ya admitida a trámite por la jueza, atribuye a los expresidentes Sandro Rosell (julio 2010-enero 2014) y Josep Maria Bartomeu (enero 2014-octubre 2020) los presuntos delitos de corrupción en los negocios en su modalidad deportiva, administración desleal y falsedad documental. La investigación que afecta también a los expresidentes Sandro Rosell y Josep María Bartomeu, los exdirectivos Albert Soler y Óscar Grau y el antiguo árbitro Enríquez Negreira. La magistrada también admitió la querella que interpuso el árbitro Xavier Estrada Fernández y aceptó, además, la personación de La Liga como acusación particular.

El delito con mayor tiempo de prescripción es el de corrupción de los negocios, pero está limitado por la fecha en la que entró en vigor, diciembre de 2010. El Ministerio Público y la jueza solo pueden atribuir presuntas responsabilidades desde esa fecha. Laporta no está imputado porque, en su primera etapa como presidente, ocupó el cargo hasta el 30 de junio de 2010. Aunque efectuó pagos, todavía no existía ningún delito que tipificara la compra de árbitros para manipular competiciones deportivas. La Fiscalía concluyó que el Barça pagó al vicepresidente de los árbitros en activo durante casi dos décadas para "favorecer al Barça en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el club" e influir en los resultados de las competiciones.

La batalla por el relato mediático

Con esa premisa, el dirigente azulgrana ha emprendido una huida hacia ninguna parte en las últimas semanas. "Se están intentando sacudir las culpas, pero Laporta debería aclarar por qué cuadruplicó el salario de Negreira en la temporada 2009-2010. Ahora Bartomeu es la diana fácil", afirma un histórico exdirectivo azulgrana. Bajo su despampanante criterio, con un tono cada vez más duro, Laporta ha denunciado que los enemigos del Barça se han empeñado en sabotear la recuperación del club y quien vea algo sospechoso en tener en nómina al número dos de los árbitros durante casi 20 años es "un sinvergüenza que está manchando el escudo".

"Detrás de este caso, en concreto, hay una campaña para perjudicar los intereses del Barcelona, muy orientada a controlar el club. La contundencia de los hechos contradice a quienes intentan cambiar el relato. Nada es por casualidad. Ahora que empezamos a ir bien...", afirmó Laporta en el Círculo Ecuestre hace casi dos semanas. "Conocía un poco a Enríquez Negreira, pero el Barça nunca compró árbitros", añadió Laporta. Ese mismo día, también explicó que iba a ofrecer la rueda de prensa para atajar el escándalo de los 7 millones destinados a Negreira, pero tenía que atender el compromiso en el Círculo Ecuestre.

placeholder Laporta vivió el bochorno en San Mamés. (Reuters/Vincent West)
Laporta vivió el bochorno en San Mamés. (Reuters/Vincent West)

El 22 de febrero, Laporta remarcó: "Daremos una rueda de prensa lo antes posible para dar explicaciones y decir la información necesaria". Para ello, necesita tener los informes externos que encargó el FC Barcelona. El Confidencial preguntó el motivo de externalizar la investigación, a lo que el club contestó que era "para garantizar la máxima eficiencia durante el transcurso de la misma". Más de un mes después, el máximo responsable del FC Barcelona no ha ofrecido ni una sola rueda de prensa. Laporta contribuye a fabricar un clima de ceguera colectiva entre la masa social azulgrana. Solo faltan risas enlatadas en sus vídeos cargados de sentimentalismo y decorados de cartón. El Camp Nou y las redes sociales aplauden. Pan y circo.

LaLiga será del FC Barcelona salvo hecatombe y el Real Madrid ya está más pendiente de la Champions League y de remontar la vuelta de la Copa del Rey contra el club azulgrana que de recortar la distancia liguera. Si los culés ganan en el Camp Nou, donde se espera lleno absoluto y un ambiente de hostilidad hacia el Real Madrid, LaLiga estará en el bolsillo del equipo de Xavi Hernández, ahora a nueve puntos. En caso de victoria del Real Madrid, solo se alargará la consecución del título. El Clásico aterriza en un momento donde el colectivo arbitral vive la mayor crisis de desconfianza de aficionados, directivos, entrenadores e incluso otros árbitros.

placeholder Florentino Pérez y Joan Laporta, durante un acto oficial. (EFE/Mariscal)
Florentino Pérez y Joan Laporta, durante un acto oficial. (EFE/Mariscal)

Lo realmente interesante estará en el palco después de que el Real Madrid anunciara hace una semana que se iba a personar en el caso Negreira en defensa de sus "legítimos intereses". Laporta saltó con un tweet: "Culés, estén tranquilos. El Barça es inocente de lo que se le acusa y víctima de una campaña contra su honorabilidad en la que ahora ya están todos. Ninguna sorpresa, defenderemos al Barça y demostraremos la inocencia del Club. Muchos tendrán que rectificar", apuntó el presidente del Barcelona en su perfil. El Mundo adelantó ayer Florentino no estará en el Camp Nou. Laporta, que previamente aceptó una relación de vasallaje respecto a Florentino Pérez, ahora se ha visto obligado a presentar a uno de sus principales socios en la lucha por la Superliga como a un nuevo enemigo... que busca hundir al Barça. "Pasaremos al ataque", dijo el azulgrana.

Hoy se juega un Clásico en Barcelona y el resultado no podría importar menos. Así de extraordinario es el escándalo de los pagos por más de 7,3 millones de euros al vicepresidente de los árbitros en activo, José María Enríquez Negreira, durante dos décadas por parte del FC Barcelona y de sus expresidentes. El silencio atronador de los principales periódicos catalanes con relación a la intención del club choca frontalmente con el estupor internacional y la cobertura nacional. La UEFA ya se prepara para tomar cartas en el asunto. La bola de nieve es tan rematadamente enorme que no hay manera de desviar el foco de atención pese a las débiles intentonas saturadas de victimismo y populismo de su actual presidente, Joan Laporta.

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