La violencia con Vinícius ya es una cacería: la peligrosa costumbre de estar siempre en el foco

Una vez más, Vinícius volvió a ser el gran protagonista del partido. Y no solo porque marcara un enorme gol ante el Valencia o porque fuera nombrado el MVP del encuentro, sino, sobre todo, por ser el foco de atención más allá del balón. De un tiempo a esta parte, el jugador brasileño se ha convertido en el gran centro de la polémica en el Real Madrid, en el jugador al que todos apuntan, tal y como quedó confirmado este jueves con la violenta entrada de Gabriel Paulista.

"Hay que proteger a Vini. Es un chico muy expresivo en el campo, que hace muchos regates y a un defensa no le gusta. Sienten que les vacila, pero es su fútbol. Necesitamos a Vinicius para desequilibrar las defensas. En muchos partidos le han dado muchas patadas y estoy contento de que un árbitro haya tenido la valentía de expulsarle (a Paulista)", explicaba Thibaut Courtois a los micrófonos de DAZN al término del encuentro. Una muesca más para el brasileño.

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Javier de Paz Fernández

Si por algo se ha caracterizado Vinícius desde que aterrizó en el fútbol español es por ser uno de esos regateadores de los que ya pocos quedan. Capaz de salir por los dos costados, eléctrico, muy rápido en su zancada inicial e imparable cuando está en vuelo, muchas veces los defensas no tienen otra opción que pararlo con faltas. Es parte del juego y así se tiene que entender por las dos partes: ahí está el árbitro para juzgar si se sanciona o no y con qué color.

El principal problema es que, de un tiempo a esta parte, la violencia contra Vinícius ha ido in crescendo de manera exponencial. La entrada de Paulista -más fruto de la frustración que de tratar de hacer daño a un rival- es la última de una larga lista de situaciones que empiezan a salirse de madre. Muñecos colgados con su nombre, amenazas veladas de rivales antes de enfrentarse y continuas faltas de respeto de aficiones rivales que cristalizan en acciones como la de este jueves.

Es cierto que Vinícius no es un santo sobre el césped y no solo por sus continuos envites con el balón. Protesta de más, se queja, se encara con rivales, los desafía y provoca. Incluso llega a hacerlo con la grada por momentos. Es un jugador que reta constantemente con el balón y que, en algunas ocasiones, se mete en batallas dialécticas que no le benefician, que le terminan por poner en el foco y pueden llegar a generar que se convierta en diana de otros jugadores.

La casualidad ha querido que la acción de Paulista haya sucedido escasos días antes de que el Real Madrid visite al Mallorca, un conjunto en el que militan Pablo Maffeo y Antonio Raíllo, dos jugadores que han tenido en el pasado sus más y sus menos con Vinícius. Y, de hecho, hace solo unos días, el capitán bermellón volvía a echar leña al fuego: "Si el día de mañana tengo que poner un ejemplo a mis hijos, les pondré a Modric o a Benzema, pero nunca a él", afirmaba a DAZN.

Hace solo unos meses, el propio Raíllo cargaba duramente contra el brasileño: "Vinícius que baile, pero que no falte, que no insulte y no menosprecie a los compañeros de profesión; luego, cuando se le tilda de provocador, usa el comodín del racismo", en declaraciones a Diario de Mallorca. Tras el huracán levantado por la patada ante el Valencia, llega el choque de Son Moix... de nuevo con el brasileño con centro de atención. La peligrosa costumbre de estar en el foco está provocando que la dureza contra Vinícius esté empezando a descontrolarse. O se frena de raíz o el problema puede ser mayor. Y la violencia no tiene espacio en el deporte.