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El Atlético se sume en el caos y pincha ante un Espanyol en crisis y con uno menos (1-1)
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El luso amortigua la decepción

El Atlético se sume en el caos y pincha ante un Espanyol en crisis y con uno menos (1-1)

Los de Simeone perdonaron y lo acabaron pagando. Los rojiblancos fueron incapaces de ganar a un equipo que jugó con diez desde el minuto 28 y Joao Félix marcó el gol del empate

Foto: Joao Félix hizo el tanto del empate. (Reuters/Juan Medina)
Joao Félix hizo el tanto del empate. (Reuters/Juan Medina)

El Atlético de Madrid está sumido en un ambiente enrarecido bañado por un clima de nerviosismo latente. Es el resultado de no haber pasado a los octavos de final de la Champions League y de ni siquiera llevarse el premio de consolación de caer a la Europa League. Esta vez, el conjunto de Diego Pablo Simeone no fue capaz de vencer a un Espanyol en crisis y que jugó en el Metropolitano con diez hombres desde el minuto 28 de la primera parte. En el Metropolitano se llegaron a escuchar tímidos silbidos dirigidos hacia el técnico argentino porque el equipo está muy lejos de aquel Atlético de Madrid sólido, con personalidad y las ideas claras que anteriormente maravillaba en Europa y en LaLiga.

El Atlético de Madrid tuvo ocasiones para ganar sobradamente ante un equipo débil defensivamente, pero perdonó tanto que lo acabó pagando. El Espanyol se estiró mediante el goleador Joselu y de un cabezazo suyo en un centro lateral nació la asistencia para Sergi Darder. El capitán blanquiazul marcaría el gol visitante en una jugada que radiografió todas las debilidades del Atlético de Madrid. Luego Joao Félix anotaría el 1-1 definitivo en una gran jugada personal con la colaboración de Lecomte, exportero colchonero. Un empate que no alivia las heridas.

placeholder Simeone durante el encuentro. (Reuters/Juan Medina)
Simeone durante el encuentro. (Reuters/Juan Medina)

Tal es el malestar entre la masa social que ni los ultras colchoneros, el Frente Atlético, aparecieron en la primera parte como muestra de protesta por la mala fase de grupos del conjunto madrileño. "Los únicos que han aparecido en el campo hemos sido nosotros, ni rastro de los jugadores, directivos ni del cuerpo técnico. No han querido luchar por todas esas personas, no han querido pelear por los miles de atléticos que les estaban apoyando desde casa. En definitiva, nos les ha salido de los huevos luchar", explicaron en un comunicado a través de sus redes sociales. En la segunda parte, el grupo ultra entró, pero no animó.

En el césped, un mal Atlético de Madrid de nuevo. Solo Antoine Griezmann demostró rebeldía en los primeros compases del juego en una puesta en escena donde actuó de nexo entre el centro del campo y el ataque colchonero, con pases filtrados, llegadas de segunda línea y acciones de muchos quilates. El Espanyol presionaba arriba, pero nunca llegaba a robar a tiempo, por lo que el Atlético salía jugando con facilidad pero poco peligro. Faltaba valentía para tomar las riendas del equipo más allá de Griezmann. Entonces apareció el máximo goleador periquito, Joselu, pero su disparo cayó tibio en las manos del gigante Oblak. También Griezmann, otra vez con un disparo mordido.

Joao salvó a Simeone

En una grada que silbó parcialmente a Simeone, el Atlético entraría en un periodo extraño, de anestesia general. Sin embargo, un balón en largo para Álvaro Morata hizo que Cabrera entrase en pánico, se olvidase de la pelota y derribase al delantero rojiblanco en un duelo individual que terminó con una roja muy rigurosa para el central uruguayo. El Espanyol se quedó con diez futbolistas, pero no varió el plan de partido, ya centrado en esperar al Atlético en su área y resistir como se pudiese. Reinildo profundizó por la banda y puso un centro de oro para Marcos Llorente, pero el centrocampista colchonero no atinó. Lejos queda ese Marcos Llorente hiperproductivo en ataque.

placeholder Cabrera vio la roja directa. (EFE/JuanJo Martín)
Cabrera vio la roja directa. (EFE/JuanJo Martín)

En los últimos compases de la primera parte, el Atlético apretó y el Espanyol resistió en varias llegadas muy peligrosas. Reinildo Mandava, Nahuel Molina, Marcos Llorente y Antoine Griezmann tuvieron ocasiones claras para inaugurar el marcador, aunque les faltó determinación en el área. La segunda mitad empezó con un cambio en las filas rojiblancas: Correa por un despistado De Paul. El centrocampista argentino ya lleva semanas muy fuera de tono y desdibujado. Los rojiblancos siguieron a lo suyo, buscando encontrar su mejor versión y fallando ocasiones.

Primero Giménez con un cabezazo alto, luego Lecomte con una buena intervención al disparo de Correa y por último, el recién entrado Sergi Gómez desactivó una acción de Correa, que revolucionó el encuentro. El Espanyol lo intentaría a balón parado y el partido enloqueció. Porque el Atlético acarició el gol, pero sería el Espanyol quien golpearía primero cuando un balón largo sobre Joselu hizo que el gallego ganase el duelo aéreo contra Nahuel Molina, Giménez perdió la marca de Darder y el balear fusiló a Oblak a placer dentro del área.

Foto: Los jugadores se marchan del césped tras caer por 2-1 en Oporto. (Reuters/Miguel Vidal)

El 1-1 pudo llegar acto seguido... si Giménez no hubiese fallado un gol cantado de cabeza. El Atlético las tuvo de todos los colores y hasta con cantada incluida de Lecomte, pero no hubo manera. Griezmann puso de su parte y ni aun así. Entonces Simeone introdujo a Joao Félix y Witsel por Carrasco y Kondogbia y a Cunha y Lemar por Griezmann y Morata. El preparador argentino se desesperó con Cunha, pero sonrió con Joao Félix. El luso salió con ganas y rápidamente demostró que tiene una calidad increíble que no siempre es capaz de enseñar con regularidad. Junto a Correa fue el mejor.

En una jugada donde mezcló talento, potencia, olfato goleador y fuerza, la estrella portuguesa superó a Óscar Gil, probó al frágil Lecomte y anotó el tanto del empate con un disparo raso por el palo del portero. El Atlético de Madrid empató y se fue a por el tanto de la victoria... que no llegaría. Y es que los rojiblancos metieron al Espanyol en su área hasta el punto de tener una ocasión de oro en los pies de Joao Félix que Lecomte, anteriormente villano al fallar en el 1-1, salvó en una acción clave. También la tuvieron Giménez y Nahuel Molina, pero sus remates se marcharon desviados para que los periquitos rascaran un punto en su visita al Metropolitano.

El Atlético de Madrid está sumido en un ambiente enrarecido bañado por un clima de nerviosismo latente. Es el resultado de no haber pasado a los octavos de final de la Champions League y de ni siquiera llevarse el premio de consolación de caer a la Europa League. Esta vez, el conjunto de Diego Pablo Simeone no fue capaz de vencer a un Espanyol en crisis y que jugó en el Metropolitano con diez hombres desde el minuto 28 de la primera parte. En el Metropolitano se llegaron a escuchar tímidos silbidos dirigidos hacia el técnico argentino porque el equipo está muy lejos de aquel Atlético de Madrid sólido, con personalidad y las ideas claras que anteriormente maravillaba en Europa y en LaLiga.

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