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Los fallos del diván de Xavi y la única bala de plata que le queda para no enterrarse en el Barça
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ALUDE A UN PROBLEMA DE LA PLANTILLA

Los fallos del diván de Xavi y la única bala de plata que le queda para no enterrarse en el Barça

El entrenador azulgrana, que volvió para reverdecer viejos laureles, no ha sido capaz de revertir la mala situación culé y la Liga se antoja como última tabla de salvación del curso

Foto: Xavi, tras encajar el segundo gol del Bayern. (Reuters/Nacho Doce)
Xavi, tras encajar el segundo gol del Bayern. (Reuters/Nacho Doce)

Hace casi un año, Xavi Hernández llegaba al Barcelona con la idea de revitalizar al club. Los primeros compases de la temporada con Ronald Koeman a los mandos no estaban siendo tan positivos como se esperaban y, tras una dura derrota en el Clásico, Joan Laporta decidió que la única solución viable era el cambio de entrenador. La encrucijada del presidente era clara: ¿cómo arreglar el problema deportivo sin poder disponer de una elevada cantidad económica? La llegada de un ídolo que devolviera la ilusión era la única solución. Ahora, la realidad demuestra que el éxito no llega solo.

El pasado curso, cuando Xavi llegó al club, la eliminación de la Champions era prácticamente una evidencia. Tras caer en la fase de grupos, y con el objetivo de volver a ser competitivos, el Barça tiró de talonario y fichó a cuatro jugadores: Aubameyang, Adama Traoré, Ferran Torres y Dani Alves. A pesar de los esfuerzos, el Barça no pudo competir por la Liga, cayó eliminado por el Eintrach de Frankfurt en la Europa League y el Real Madrid le apeó de la Supercopa de España. O, lo que es lo mismo, cerró la temporada sin títulos... y con tres de los cuatro fichajes volviendo por donde habían venido.

Foto: El entrenador catalán aplaude a la afición tras quedar eliminados. (EFE/Alejandro García)

Llegó la nueva temporada y el Barça de las palancas quería dar una imagen completamente diferente: era necesario endeudarse y vender futuros beneficios del club con el objetivo de rehacer la plantilla y conformar un equipo competitivo capaz de luchar por todo. No solo de luchar por todo, sino de intentar ganar absolutamente cualquier competición en la que participara. Pero escasos días antes de que se cumpla el primer año de Xavi en el banquillo culé, lo cierto es que los resultados siguen sin llegar y las dudas empiezan a ser más que evidentes sobre el proyecto deportivo. E incluso algo más.

Más de 200 millones invertidos en ocho jugadores, muchos de ellos de primer nivel, debían de servir para hacer que este equipo tuviera opciones de luchar por grandes logros… pero lo que nadie esperaba era que, a las primeras de cambio, el Barcelona quedara de nuevo eliminado de la Champions. Esta situación ha provocado una lluvia de críticas a la plantilla y ya se ha abierto la espita entre la afición de dudar sobre su ídolo en el banquillo. Empiezan a verse las primeras voces discordantes con la idea deportiva de Xavi, especialmente en los partidos importantes.

Tras muchos meses echando balones fuera, fue este viernes cuando Xavi, por primera vez, hizo autocrítica en público y desgranó algunos de los problemas que tiene este equipo. ¿Qué le pasa al Barça? El técnico cree que hay dos claves: falta tranquilidad con el balón y existe un problema psicológico en la plantilla, sobre todo cuando hay que encarar los partidos grandes. Eso sí, no dudó en dejar su habitual mensaje que achaca parte de los problemas de la entidad a elementos exógenos: "Sabemos que hay ciertas cosas que no dependen de nosotros", expresó públicamente.

"Insistimos a los jugadores en que nos falta pausa. Desde dentro, hemos hecho el análisis de lo que nos pasó con el Bayern y sabemos que hay un tema psicológico importante, claro. Pero también nos faltó calma. Pedri ha de ser importante, como Gavi, Busquets o De Jong. El fútbol es más de los centrocampistas de lo que pensamos. Antes de medirnos al Valencia, he hablado de cambiar el chip, de que en Liga estamos en buena dinámica. Hemos hecho autocrítica de lo que nos pasa en los partidos grandes. El diagnóstico desde dentro está claro. Ha habido cosas que no dependían de nosotros. Otras que sí", expresó.

Pero el problema para Xavi es que el análisis de esta situación ha llegado tarde y ese problema del que habla, que está claramente relacionado con la sensación de la propia plantilla de ser inferiores al rival en los partidos grandes, no ha conseguido ser borrado por el entrenador. El diván de Xavi no está funcionando y el primer torneo grande ya se le ha escapado a las primeras de cambio, siendo uno de los fracasos más rotundos del Barcelona en muchísimo tiempo. El tropiezo en Champions no sería tapado con un hipotético título en la Supercopa ni en Copa del Rey, por lo que la única bala que le queda es la Liga.

"Sigo siendo positivo, todavía podemos luchar por la Liga", expresaba el técnico catalán. Es cierto que en el campeonato nacional, la imagen del Barcelona es bien diferente, pero no es menos verdad que en los partidos grandes se atasca, tal y como demostró en el Clásico. Ahora mismo es segundo a tres puntos del Madrid y queda mucha competición como para pelear por el título. Eso sí, es la última bala de plata de Xavi y una mala racha de resultados puede condenar a este Barça de los fichajes millonarios a otro sonoro fracaso. Y, de paso, arrastrar a Xavi a un profundo pozo del que tendrá difícil salir.

Hace casi un año, Xavi Hernández llegaba al Barcelona con la idea de revitalizar al club. Los primeros compases de la temporada con Ronald Koeman a los mandos no estaban siendo tan positivos como se esperaban y, tras una dura derrota en el Clásico, Joan Laporta decidió que la única solución viable era el cambio de entrenador. La encrucijada del presidente era clara: ¿cómo arreglar el problema deportivo sin poder disponer de una elevada cantidad económica? La llegada de un ídolo que devolviera la ilusión era la única solución. Ahora, la realidad demuestra que el éxito no llega solo.

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