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Griezmann le salva la papeleta a Simeone en Mestalla y chafa la ilusión de Cavani (0-1)
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PARTIDO EN MESTALLA

Griezmann le salva la papeleta a Simeone en Mestalla y chafa la ilusión de Cavani (0-1)

En un partido para veteranos, el Atlético de Madrid supo mostrar carácter y veteranía, igual que el Valencia. Sin embargo, el chispazo de los cambios fue suficiente para tumbar a Gattuso

Foto: Griezmann, celebrando su tanto en Mestalla. (REUTERS/Pablo Morano)
Griezmann, celebrando su tanto en Mestalla. (REUTERS/Pablo Morano)

Partido para los más clásicos. El Atlético de Madrid se impuso al Valencia CF en Mestalla (0-1), en un partido marcado por las decisiones del colegiado y por las posteriores revisiones del VAR. Los locales salieron empujados por la ilusión del fichaje de Cavani, que todo lo pudo durante media hora. Los rojiblancos, en cambio, tardaron en despertar, pero, cuando lo hicieron, doblegaron a su rival. Giorgi Mamardashvili mantuvo vivo a su equipo en el tramo final, con unas paradas cinematográficas.

La primera parte fue una batalla campal. Cada general -Simeone y Gattuso- esbozó su propia estrategia. Desde los primeros compases se notó lo estudiados que se tenían el uno al otro. Tampoco hacía falta ser un lince, sus segundos lo alegaron en la previa, pero ahí se veían muchas noches de flexo y subrayador. Así, el Valencia de Rino marcó territorio -como siempre- a través del balón. Al principio costaba entrar, pero poco a poco las filas rojiblancas fueron replegándose y el murciélago fue asomando por el balcón de Oblak. El costado diestro era el rincón favorito de los chés, que encontraban en Thierry al jugador más profundo. Lino -jugador propiedad del Atleti- pudo adelantar a los suyos, pero se hizo un lío queriendo rematar.

Foto: Griezmann celebra un gol con la Real. (EFE/Javier Etxezarreta)

La intensidad era tal, que parecía complicado que acabasen el partido los 22 futbolistas. Entre tanto derroche físico, los colchoneros se relajaron -raro en ellos- y el Valencia se aprovechó por medio de un chupinazo de Yunus. Su golpeo explotó más rápido que una traca fallera. Oblak, que tenía la visión reducida, se posó sobre la línea de gol, esperando poder tocar de alguna forma semejante disparo. Pero la tecnología salió al rescate del Atlético de Madrid, recordándole a Cuadra Fernández su error.

Por arte de magia, los del Cholo despertaron. Morata buscó la espalda de Diakhaby en fuera de juego y Joao Félix obligó a Giorgi que se pusiera el traje para las mejores galas. Antes del descanso, se desató la polémica. De nuevo, Morata se desmarcó sin previo aviso y Thierry acudió a su caza. Falta clara, que concluyó con una tarjeta roja inexplicable. Solo el colegiado la vio. Otra vez el VAR le brindó una vida extra para no torcer un partido que brillaba por muchas cosas, menos por su arbitraje. Ante tanto descontrol, Morata siguió a lo suyo y a punto estuvo de acometer su meta. Mal negocio tener en frente al tal Mamardashvili, con un pie largo y tenso como la Torre del Miguelete.

placeholder La acción entre Morata y Thierry que terminó en tarteja roja, con la posterior corrección del VAR. (REUTERS/Pablo Morano)
La acción entre Morata y Thierry que terminó en tarteja roja, con la posterior corrección del VAR. (REUTERS/Pablo Morano)

La clave estaba en el banquillo

Tras el paso por vestuarios, volvió el barro. Terapia de choque para ambos conjuntos que se resguardaban en sus ganas de llevarse el duelo. Y tuvo más el Atleti. Las ganas de los rojiblancos se vislumbraron en las piernas de Lemar, que le robaron la cartera a Guillamón y cabalgó por la capital del Turia, para cedérsela al agitador Griezmann. El principito, pura magia. Agitó la varita y, a la primera que pudo, le echó un cable a sus compañeros con un tanto más que fortuito. Lemar y Griezmann, recién ingresados en el terreno de juego hacía un minuto. Acierto de Simeone. No merecía ir perdiendo el Valencia, pero así es el fútbol.

Visto lo visto, Gattuso optó por copiar la estrategia de los cambios. Nico, el juvenil Fran Pérez y Maxi Gómez, que desprende olor a despedida, más aún con la reciente llegada de Cavani, que ha paralizado la ciudad durante horas. Pese a todo, el Valencia se quedó dormido en el tramo final del partido y hasta pudo quedarse sin opciones, con el remate embocado por Cunha en posición antirreglamentaria. Samu Lino, al que poco pareció importarle el club que lo mantiene en propiedad, fue el que más colmillo mostró. Insaciable el brasileño, percutió una y otra vez sin el acierto asistido de sus compañeros.

Para deleite de los asistentes al partido, el portero georgiano brindó un par de paradas imposibles de calificar en el tramo final. Menudo diamante encontró el Valencia por la antigua Unión Soviética. Los de Genaro Gattuso suman su segunda derrota consecutiva y tendrán que seguir trabajando para no bajar el suflé de la ilusión con los resultados en el césped. El Atleti, por su parte, vuelve a la senda de la victoria tras la impaciencia mostrada en el Wanda la semana pasada y el episodio de tensión que protagonizó Hermoso con la grada. Se calman las aguas en un lado. En el otro, aplausos y orgullo por el esfuerzo. Falta el resultado.

Partido para los más clásicos. El Atlético de Madrid se impuso al Valencia CF en Mestalla (0-1), en un partido marcado por las decisiones del colegiado y por las posteriores revisiones del VAR. Los locales salieron empujados por la ilusión del fichaje de Cavani, que todo lo pudo durante media hora. Los rojiblancos, en cambio, tardaron en despertar, pero, cuando lo hicieron, doblegaron a su rival. Giorgi Mamardashvili mantuvo vivo a su equipo en el tramo final, con unas paradas cinematográficas.

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