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Benzema rescata de nuevo al Real Madrid, que sufrió de más en el segundo tiempo (1-3)
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TRIUNFO SOBRE LA BOCINA

Benzema rescata de nuevo al Real Madrid, que sufrió de más en el segundo tiempo (1-3)

Una noche más de sufrimiento para el equipo blanco a domicilio. La segunda parte fue un laberinto y el Espanyol mereció más, pero las áreas volvieron a ser el mejor amigo del Madrid

Foto: Karim Benzema, celebrando el segundo gol. (Reuters/Pablo Morano)
Karim Benzema, celebrando el segundo gol. (Reuters/Pablo Morano)

El Real Madrid se impuso ante el RCD Espanyol (1-3), en un partido complicado para los de Carlo Ancelotti. En los primeros compases, los de Chamartín dominaron la pelota, marcaron y campaban sin preocupaciones por el césped de Cornellà. Sin embargo, la táctica espanyolista despertó en el momento justo y cogió desprevenido a un Madrid que se apagó poco a poco. En los últimos instantes, Benzema se erigió en líder y referente para llevar a su equipo a la victoria. Sudó tinta china, pero lo consiguió.

Los primeros 10 minutos del encuentro no brillaron por el talento que derrocharon los protagonistas. Los locales querían provocar al Madrid con sus armas y la estrategia era clara: trabar el partido. Los equipos de Diego Martínez son aguerridos en defensa y sorprendentes al ataque. Así, los blancos movían la pelota de un lado a otro, estrategia parabrisas, hasta encontrar el hueco.

Foto:  Carlo Ancelotti, llegando a Balaídos. (REUTERS/Isabel Infantes)

Lección número uno del nuevo Real Madrid: Tchouaméni no es Casemiro. En un visto y no visto, el flamante fichaje de este verano, que también sabe tocarla, y muy bien, se asoció en una pared explosiva con Valverde —futbolista capaz de encajar hasta en el equipo más variopinto— y encuentra el hueco dentro del área. Vinícius, que se mueve como una anguila, se desmarca y la manda para dentro casi sin mirar. Con Ancelotti ha crecido mucho, sobre todo, en los movimientos sin balón. Lecomte puede dar fe de ello.

El tanto sirvió para que el Espanyol claudicase definitivamente con la posesión. La escuadra catalana quería hacer daño con 60 metros por delante hasta llegar a la Torre Courtois, casi tan alto como las cuatro que coronan Madrid. Pero es su manera de jugar y hay argumentos para creer en ello.

Lo de Fede Valverde merece un capítulo aparte. Combativo, entregado y apasionado como pocos. Roba, llega al fondo del área rival para rematar y se cuelga de un rival, si la ocasión lo requiere, para salvaguardar un saque de puerta y celebrarlo con Alaba, como si de un gol se tratase. Lo de jugar por la banda derecha es casi circunstancial, aunque peligroso si no se le vigila.

Buena versión del Espanyol

Los blanquiazules, necesitados de palpar el género, dieron un paso al frente para atosigar al Real Madrid en su salida de balón. Las ganas del juvenil Rubén Sánchez eran las de un chaval sin miedo, decidido a desafiar al campeón de Europa. Con algo más que agallas y una buena dosis de desparpajo, el jugador de banda era uno de los más activos del cuadro local, percutiendo por la derecha como un martillo pilón.

placeholder Camavinga y Calero, en el RCDE Stadium. (EFE/Enric Fontcuberta)
Camavinga y Calero, en el RCDE Stadium. (EFE/Enric Fontcuberta)

Los de Ancelotti se vieron obligados a reorganizarse. Tchouaméni es un demonio, se mueve por todas partes, rápido, eléctrico, con nervio, para lo bueno y para lo malo. En ataque, llega como un mediapunta. En defensa, tiene que colocarse mejor. Pero sigue mejorando. Se presenta como una solución para Modric, que cada vez baja más para organizar el fútbol del Madrid y ser la brújula de sus compañeros.

Pareciera una noche plácida para el campeón de liga, pero así son los equipos de Diego Martínez: si te desconectas dos minutos, te castigan. Avisó Cabrera con un testarazo al que le faltó el soplido de algún compañero para perforar la pared belga. Segundos después, las ganas del joven Rubén, sumadas al pase filtrado de Óscar Gil, concluyeron con el gol de Joselu. El ariete nacido en Stuttgart sacó el revólver para ejecutar a Courtois al filo del descanso. Fueron dos minutos, lo suficiente para tambalear a todo un Real Madrid. No estaba dormido el Espanyol, solo aguardaba.

El gol y el descanso les sentaron de maravilla a los pericos. Les brillaba la cara al salir del túnel de vestuarios y lo refrendaron desde los primeros minutos. Su convicción se trasladó a las ocasiones. Courtois, un día más en la oficina. Lección número dos: no hay que subestimar a Courtois. Joselu marcó uno, pero no dos. Paradón del espigado guardameta blanco para sostener a su equipo. El Madrid vive del lujo de su portero. Y poco después, a punto estuvo de refrendarse en su otro pilar: Benzema. Sin embargo, Lecomte realizó su primera parada a tiempo.

Foto: Asensio celebra un gol con el Real Madrid. (EFE/Etienne Laurent)

Otra vez los cambios

Los cambios —casi obligados— aparecieron en el Real Madrid. Cambio de sistema para meter a Rodrygo y la frescura de Camavinga para agitar la coctelera; a ver si pasan cosas. El francés aparecía en varias zonas del campo, nada nuevo para el que vea sus partidos. El atacante de Brasil, en cambio, no encontraba su sitio. Al Madrid le empezaron a faltar piernas cuando el final del partido acuciaba. La pelota pasó a manos del Espanyol y el conjunto blanco montó el campamento base en su parte del terreno de juego. A defenderse sin balón y a buscar una carrera de los futbolistas de arriba o una maravilla de Benzema. Partido roto que podía decantarse de cualquiera de los dos costados.

Los fogonazos del Madrid parecían sin chispa. Faltaba algo. Hasta que apareció el de siempre. Lección número tres y —quizá— la más importante cuando te enfrentas a este equipo: nunca te fíes de Benzema. El recambio Rodrygo dio lo mejor de sí mismo en un pase mágico al segundo palo, donde solo podía aparecer el mentalista Benzema. Golpe sobre la mesa y jarro de agua fría para el conjunto local, que se veía con posibilidades de dar la campanada. La desconexión del Espanyol fue pronunciada y Lecomte se expulsó, en una acción que terminó con otra maestría de Karim desde la frontal del área.

Los catalanes demostraron haberle tomado la medida en los últimos años al Real Madrid. Tanto es así, que la versión que mostraron en el segundo tiempo bien valía, por lo menos, un punto. Pero contra el equipo blanco no vale. La importancia de las áreas sigue siendo el punto fuerte de este equipo. Courtois apareció una vez y suficiente. Benzema, casi invisible durante el encuentro, se escurrió en el área para empujar un gol y transformar una falta que vale tres puntos y el liderato del campeonato español. Así ganó la liga anterior el equipo de Ancelotti, siempre parece que está en la lona y siempre se levanta.

El Real Madrid se impuso ante el RCD Espanyol (1-3), en un partido complicado para los de Carlo Ancelotti. En los primeros compases, los de Chamartín dominaron la pelota, marcaron y campaban sin preocupaciones por el césped de Cornellà. Sin embargo, la táctica espanyolista despertó en el momento justo y cogió desprevenido a un Madrid que se apagó poco a poco. En los últimos instantes, Benzema se erigió en líder y referente para llevar a su equipo a la victoria. Sudó tinta china, pero lo consiguió.

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