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El Atlético se pega un tiro en el pie y Nahuel Molina firma un debut horroroso en el Metropolitano (0-2)
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Horrible partido del argentino

El Atlético se pega un tiro en el pie y Nahuel Molina firma un debut horroroso en el Metropolitano (0-2)

El Villarreal logró el gol de Pino cuando mejor estaba el Atlético. Rulli salvó a su equipo con una parada antológica para evitar el empate y Gerard sentenció con espacios

Foto: El conjunto de Unai Emery celebra el gol de Pino. (Reuters/Isabel Infantes)
El conjunto de Unai Emery celebra el gol de Pino. (Reuters/Isabel Infantes)

Partido durísimo en el Metropolitano y mazazo para el Atlético de Madrid. El Villarreal de Unai Emery planteó una partida de ajedrez al equipo de Simeone, que nunca supo dominar. El entrenador vasco obligó al conjunto rojiblanco a presionarle arriba, una situación que provocó que los amarillos destaparan la que es la mejor salida de balón de LaLiga. Mientras Joao Félix empujaba a sus compañeros a presionar en campo rival, el Atlético de Madrid se rompía. Los locales no sabían cómo ajustar la presión y los visitantes salían con tranquilidad... pero se marcharon sin el premio del gol al descanso.

En la segunda parte, el encuentro enloqueció. Cuando mejor estaba el Atlético de Madrid, Nahuel Molina cometió un grave error defensivo en un despeje horroroso que recogió Yéremy Pino para fusilar a Oblak. El Atlético reaccionó, pero un paradón de Rulli evitó el empate. Molina, otra vez protagonista en términos negativos, terminó expulsado por agredir a un rival en el descuento el día de su debut en casa. Y Gerard Moreno mató el partido al contragolpe.

placeholder Parejo fue uno de los grandes nombres de la tarde. (EFE/Mariscal)
Parejo fue uno de los grandes nombres de la tarde. (EFE/Mariscal)

Desde el principio quedó claro que el Atlético de Madrid no estaba cómodo. Tampoco el Metropolitano, frustrado porque los suyos no sabían cómo recuperar la pelota en zona sensible. Misma receta se aplicaba para Joao Félix, que veía cómo no intervenía apenas en el juego y solo Álvaro Morata le acompañaba en tareas ofensivas. El quiero y no puedo del Atlético fue rápidamente castigado por un excelso Villarreal, con una salida organizada a través de Foyth, Albiol, Pau Torres y Parejo. Pedraza superó a un frágil Nahuel Molina en defensa y tocó para Lo Celso. El argentino sacó un latigazo que se topó con el contundente Jan Oblak.

El Atlético iba a necesitar más milagros de Oblak. Y eso que Witsel estaba sólido sin la pelota y preciso con ella. De los pocos jugadores en tareas defensivas que no se vería ampliamente superado... como sí hacía el centro del campo colchonero. A balón parado llegaría el segundo aviso. Pino remató por partida doble, aunque lo taponaron Lemar y Savic. El rebote le cayó a Capoue y Oblak tuvo que sacar una mano extraordinaria para negar el gol al Villarreal. Solo una mano de Gerard Moreno evitaría otra vez el 0-1. La pausa de hidratación significó una tregua para el Atlético.

Foto: Mario Hermoso celebra un gol. (REUTERS/Javier Barbancho)

Los rojiblancos se estiraron en ataque. Morata, muy enchufado, combinó con Joao Félix y el portugués sacó su varita mágica. El disparo del luso se marchó alto, pero encendió a una grada adormilada tras el ritmo bajo y autoritario que había aplicado el cuadro de Unai Emery. La segunda parte iniciaría sin cambios y con un 'uyyyy' enorme en la grada. Un robo de Joao Félix terminaría en Nahuel Molina. El lateral sudamericano disparó a portería y el balón, con suspense, tocó en la espalda de Morata y estuvo a punto de colarse en la portería de Rulli.

placeholder El Atlético se encomendó al luso. (Reuters/Isabel Infantes)
El Atlético se encomendó al luso. (Reuters/Isabel Infantes)

Acto seguido, Joao Félix probaría suerte desde el centro del campo... sin fortuna. Simeone empezó a tocar teclas. Fuera Marcos Llorente y Thomas Lemar; dentro Antoine Griezmann y Rodrigo De Paul. Al Atlético le faltaba presencia en el centro del campo y el técnico argentino reforzó una zona de la que el Villarreal se había adueñado. Silbidos a Griezmann y aplausos para De Paul.

El grave error que marcó el partido

Las sustituciones hicieron que el Atlético entrase en combustión. Un centro del desaparecido Yannick Carrasco al que no llegó por centímetros Joao Félix. Una llegada a las manos de Rulli. Una conducción y posterior disparo desviado de Griezmann. El Atlético había generado más llegadas y peligro en cinco minutos que en toda la primera parte. Una situación que coincidió con el bajón de un Villarreal paciente. Simeone introdujo más leña a su hoguera futbolística con Cunha y Correa por Morata y Joao Félix.

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Simeone se lamenta. (EFE/Mariscal)

El Atlético acariciaba el gol. Rulli hizo un paradón tras una gran acción combinada entre los dos hombres que acababan de entrar. En una segunda parte enloquecida, Nahuel Molina firmaría un error decisivo con un despeje grave al centro del área que recogió Yéremy Pino para adelantar al Villarreal. Tan fundido estaba el extremo canario que entró Chukwueze en su lugar. El Atlético volvió a quedarse muy cerca del gol. Carrasco, con todo a favor, remató un balón muerto y escupido por el palo, pero Rulli protagonizó una de las mejores paradas de lo que llevamos de temporada.

En los minutos finales, el partido se rompió por completo cuando el Atlético se abrió en canal para rascar el empate. La entrada de José Luis Morales, ideal para el contragolpe, no dio sus frutos de milagro, gracias, otra vez, a Jan Oblak. En el descuento, Gerard Moreno pudo sentenciar el partido en un mano a mano, pero perdonó con la intervención sobre la bocina de Reinildo. En el descuento, Nahuel Molina acabaría expulsado con una acción infantil sobre Baena al empujarlo repetidamente y propinarle un golpe por detrás del cuello. Gerard Moreno sentenciaría el encuentro para poner el 0-2 al contragolpe y romper así su maldición contra el Atlético.

Partido durísimo en el Metropolitano y mazazo para el Atlético de Madrid. El Villarreal de Unai Emery planteó una partida de ajedrez al equipo de Simeone, que nunca supo dominar. El entrenador vasco obligó al conjunto rojiblanco a presionarle arriba, una situación que provocó que los amarillos destaparan la que es la mejor salida de balón de LaLiga. Mientras Joao Félix empujaba a sus compañeros a presionar en campo rival, el Atlético de Madrid se rompía. Los locales no sabían cómo ajustar la presión y los visitantes salían con tranquilidad... pero se marcharon sin el premio del gol al descanso.

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