La inolvidable traición de Figo: "No lo dijo antes de las elecciones para no perjudicar a Gaspart"

Una declaración de amor. Una negociación a escondidas. Filtraciones. Elecciones. Una compensación a los socios. Risas en Barcelona. Ilusión en Madrid. ¿Una traición sin precedentes? Todo esto pasó hace 22 años, cuando Luis Figo, entonces ídolo y segundo capitán del Barça, fichó por el Real Madrid a cambio de 11.900 millones de pesetas (71'5 millones de euros). Ahora Netflix, en su documental 'El caso Figo: el fichaje del siglo', recuerda cómo fue todo aquello.

Año 2000. Aznar revalidó la presidencia del Gobierno en las generales. Sin embargo, esas elecciones no fueron las que tambalearon el país. En verano, tanto el Real Madrid como el Barcelona cambiaron de presidente. Florentino Pérez sucedió a Lorenzo Sanz y Joan Gaspart a Josep Luis Núñez. Así comenzó el caso Figo. El portugués llegó al Barcelona el verano de 1995 como una apuesta personal de Johan Cruyff. Ese año tenía firmado dos precontratos, con la Juventus y con el Parma. Aquellos acuerdos, sin embargo, no se ejecutaron y Figo vistió de azulgrana. Un lustro más tarde la historia fue parecida, aunque con un final diferente.

La desesperación de Figo

Figo era uno de los líderes del vestuario y cobraba 700 millones de pesetas brutos al año (4’2 millones de euros) en el 2000, el año que ganó el Balón de Oro. El portugués pidió un aumento de sueldo a Núñez, que apuraba sus últimos meses como presidente. Sin embargo, el mandatario no se ocupó del asunto y dejó el marrón para su sucesor.

"Nadie está dispuesto a escuchar o decidir nada. Me siento como la pelota en un partido de tenis porque el presidente dice que no puede arreglar nada y los candidatos, que no tienen poder", se quejó Figo en la concentración de Portugal en la Eurocopa. En esos momentos, el luso ya había tenido contactos, que no fructificaron, con el Milan y la Lazio para abandonar la Ciudad Condal.

Finalmente, hubo dos candidatos a la presidencia del Barcelona, Joan Gaspart y Luis Bassat. El primero había sido el vicepresidente de Núñez durante sus 22 años en el cargo y era la apuesta continuista. El segundo era un publicista que había participado en las ceremonias de inauguración y clausura de Barcelona 92. Y representaba la renovación.

Un fichaje llevado en secreto

"Cuando era candidato, ya sabía que Figo había fichado por el Real Madrid. No negocié con él ni con su agente, porque los candidatos no podemos hacer nada hasta ser elegidos. Los jugadores lo saben perfectamente", dice Luis Bassat en conversación con El Confidencial.

Florentino Pérez ya fue candidato en 1995, cuando perdió frente a Ramón Mendoza. En el 2000, sin embargo, tenía preparado el golpe de efecto con Figo. "Si gano y no fuera verdad (que Figo jugaría en el Madrid), le pagaría las cuotas de un año a todos los socios", declaró Florentino. Ese importe ascendía a 22 millones de euros, un dinero que le llegaría del portugués si este se echaba para atrás. Luis y su agente, José Veiga, firmaron una penalización de 30 millones si incumplían el precontrato.

La operación tardó en hacerse pública. Fue el propio Florentino el que, a través de un amigo, quedó con Paulo Futre. El exjugador colchonero, que intervino en la operación, se sorprendió al escuchar a Pérez: "Pensé que estaba loco cuando me dijo que quería fichar a Figo". "Yo hablé con Florentino 15 días antes de las elecciones y no me comentó absolutamente nada sobre Figo", explica Bassat.

Una legislatura turbulenta desde el primer día

El traspaso se hizo oficial el 24 de julio, un día después de las elecciones en las que Gaspart fue elegido presidente. Y en las que votaron célebres personajes como Vázquez Montalbán, Serrat y Jordi Pujol. Así lo explica Bassat: "Figo no quiso decirlo antes de las elecciones para no perjudicar a Gaspart. Por lógica, el contrato de Figo ya estaría pactado, porque no fue cosa de un día". En el Madrid, su salario subió hasta los seis millones netos.

Uno de los precandidatos de aquellas elecciones a la presidencia culé fue Joan Castells, que 'a posteriori' retiró su candidatura y se integró en la de Gaspart para acabar como su vicepresidente. Así relata Castells a El Confidencial lo ocurrido: "Tras ganar las elecciones, nos llegó un fax de Figo y de su representante en el que rescindían el contrato. El día después de que nos llegara ese documento, hubo una transferencia con el pago total de la cláusula, más el IPC y el IVA, que no tenían que pagarlo, pero lo hicieron. El Madrid no se puso nunca en contacto con nosotros; lo negociaron todo con Luis".

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X.M.

Una decisión imperdonable

"Fue más que una traición", dijo Gaspart en una entrevista a El Confidencial. "Se fue al Madrid porque firmó un compromiso ilegal. Es historia negativa del barcelonismo". Bassat, sin embargo, discrepa con el que fue su adversario electoral: "No puedo tacharlo de traición, porque los jugadores van donde les conviene. El Barça y él no eran un matrimonio".

La candidatura ganadora de aquellas elecciones, como apunta Bassat, también estaba al tanto de que Figo ya había fichado por el Madrid. "Lo sabíamos nosotros y Bassat", cuenta Castells. El portugués estaba dispuesto a quedarse en Barcelona… si el club pagaba la penalización. "Figo se aprovechó de que el club estaba sin presidente para mejorar sus condiciones. Nos pidió que pagáramos los 30 millones de penalización y que le subiéramos el sueldo para seguir en el Barça. No llegamos a un acuerdo y nos llegó un fax con el cheque del Banco Zaragozano por el importe de su cláusula".

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Kike Marín

La cara de Figo era un poema cuando fichó por el Madrid. En el tráiler del documental, Pep Guardiola, otrora su compañero de habitación, confiesa que "era feliz en Barcelona". "Si lo dijo Pep, será verdad. Es una persona seria y me fío de él", comenta Bassat. La única opción que cuadra para su traspaso es la económica: "Si el Barcelona le hubiera pagado lo que pedía, no se hubiera ido. El Madrid se lo dio y se fue. Igual pasó cuando Messi se marchó al PSG. No sé si el responsable fue exclusivamente Gaspart o él y su junta".

Aquella decisión nunca se la perdonaron a Figo en Barcelona, donde volvió tres meses después y casi no pudo ni sacar los saques de esquina. Los que estuvieron presentes comentan que nunca escucharon un ruido semejante en el Camp Nou. Un fichaje que da que hablar hasta dos décadas después.