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El Real Madrid pasa el rodillo por Balaídos y liquida a un desesperado Celta de Vigo (1-4)
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El sustituto de Casemiro se luce

El Real Madrid pasa el rodillo por Balaídos y liquida a un desesperado Celta de Vigo (1-4)

Los goles de Benzema, Modric, Vinícius y Valverde castigaron sin piedad al equipo del 'Chacho' Coudet. Tchouaméni exhibió sus condiciones defensivas en un Madrid demoledor

Foto: El croata voló por los aires el encuentro con un golazo. (Reuters/Isabel Infantes)
El croata voló por los aires el encuentro con un golazo. (Reuters/Isabel Infantes)

Se mide a los equipos campeones por la respuesta que dan en los momentos difíciles. Y el Real Madrid nunca se queda callado. Cuatro zarpazos de los blancos en un partido donde fueron de menos a más sirvieron para ganar en un estadio tan difícil como Balaídos. Sin Casemiro ni Toni Kroos, Carlo Ancelotti apostó por Camavinga y Tchouaméni en la sala de máquinas junto a Luka Modric. El equipo, sin uno de sus principales timones, notó la ausencia del alemán y su clarividencia con la pelota en la primera parte. Lo superó desde el talento individual de una plantilla que exhibió una pegada demoledora. Abrió la lata Benzema con un penalti por mano y Iago Aspas lo empató con otra pena máxima tras un penalti calcado de Militao. Luka Modric reventó el encuentro con un golazo que emuló al anotado en Old Trafford en aquella Champions, Vinícius expuso su extraordinaria mejora en la definición y Fede Valverde acabó con las esperanzas de puntuar del Celta. Hazard falló un penalti. ¿El mejor? Tchouaméni.

La energía del Celta de Vigo dejó desnortado al Real Madrid en los primeros compases del partido. En un planteamiento agresivo que buscaba el hombre a hombre y se lanzaba a la yugular del rival, los locales dieron los primeros avisos tras un disparo alto de Fede Valverde. Pudo salirle cara a Carvajal una mala salida de pelota, pero se libró por los pelos. Camavinga, más fallón que de costumbre al principio, no podía dotar de pausa a un equipo demasiado partido sin la pelota. En esa situación preocupante, un disparo de Alaba tras un cabezazo de Tchouaméni acabó en penalti por mano de Tapia. Incontestable.

placeholder El francés celebra su tanto. (Reuters/Isabel Infantes)
El francés celebra su tanto. (Reuters/Isabel Infantes)

Benzema volvió a lanzar una pena máxima en un estadio donde falló uno y marcó dos en el mismo partido la temporada pasada. Al francés no le pesó tal acción en la memoria y engañó a Marchesín. Entonces empezó a emerger el proyecto de futbolista que espera el Madrid de Tchouaméni. Ayudas defensivas a ambos lados, un elemento rocoso en el interior del área propia y alguien capaz de apagar fuegos por todo el campo. Justo cuando el Madrid se estabilizaba, Militao quiso emular a Tapia con una mano clarísima. Iago Aspas transformó el penalti pese a que Courtois adivinó el destino.

Tchoauméni estuvo espectacular

El incombustible Vinícius en ataque era la cara de una banda izquierda donde la fragilidad defensiva de Mendy fue la cruz. Extraño para un jugador que representa la solidez en todas sus formas. El Celta se vino arriba. Un disparo alto de Javi Galán demostraba que el Madrid debía engrasar rápido sus piezas. Otra pérdida de Valverde acabó en disparo de Cervi y un gran centro de Javi Galán, cabeceado por Paciencia, se fue rozando el palo de Courtois. En esos momentos de crisis apareció un futbolista inigualable cuyo vacío no habrá manera de amortiguar cuando decida salir del club, Luka Modric.

placeholder Mucha mejora respecto al primer encuentro. (Reuters/Isabel Infantes)
Mucha mejora respecto al primer encuentro. (Reuters/Isabel Infantes)

El croata danzó en el borde del área, olfateó el hueco para dibujar un latigazo y dejó a Marchesín clavado. Un golazo a la altura de su jerarquía y de la leyenda que encarna. Pudo aumentar la distancia Vinícius si Tapia no lo evita milagrosamente. Al descanso, el Madrid se iba con un botín excesivamente generoso, el Celta no se lo creía y Tchouaméni paliaba su mal debut en Almería en una primera parte de cemento armado. A la vuelta de vestuarios, más de lo mismo. Un zapatazo de Paciencia casi empata el encuentro... antes de que Vinícius lo volase por los aires tras una asistencia milimétrica de Modric al espacio. El brasileño se tiró una bicicleta perfecta, dejó sentado a Marchesín y sentenció el partido.

El Celta no bajó los brazos, espoleado por las pérdidas absurdas del Madrid en salida de balón. Aidoo acarició el 2-3 al rematar un córner por encima del larguero y Mendy dio alas a los locales con un pase fallado a dos metros. Camavinga, sin embargo, cambió el chip de la primera parte en una segunda donde trabajó sin descanso y se mostró más preciso en la base del juego ante la presión local.

El Madrid, sin Kroos, no podía reducir el ritmo, así que decidió aumentarlo. Robo magistral de Tchouaméni, conducción veloz del francés, pase para Vinícius y definición medida de Valverde. El primero de muchos. El Madrid exhibía pegada y desesperaba a su rival. Ancelotti aprovechó para dar descanso a diversas piezas.

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La imagen del 1-3. (EFE/Lavandeira)

Entraron Lucas Vázquez, Rüdiger y Ceballos. Se fueron Vinícius, Modric y Alaba. Más tarde también entrarían Asensio y Hazard. Con el partido sentenciado, Benzema provocó un penalti tras una combinación fantástica con Rüdiger. El francés, en lugar de engordar su cuenta particular como goleador en plena lucha por el Balón de Oro, dejó lanzar la pena máxima al belga. Hazard, sin confianza, pudo darle la vuelta a la tortilla a su situación... pero falló. El Madrid sigue invicto esta temporada tras ganar al Eintracht de Frankfurt en la Supercopa, remontar en Almería y ganar en Vigo.

Se mide a los equipos campeones por la respuesta que dan en los momentos difíciles. Y el Real Madrid nunca se queda callado. Cuatro zarpazos de los blancos en un partido donde fueron de menos a más sirvieron para ganar en un estadio tan difícil como Balaídos. Sin Casemiro ni Toni Kroos, Carlo Ancelotti apostó por Camavinga y Tchouaméni en la sala de máquinas junto a Luka Modric. El equipo, sin uno de sus principales timones, notó la ausencia del alemán y su clarividencia con la pelota en la primera parte. Lo superó desde el talento individual de una plantilla que exhibió una pegada demoledora. Abrió la lata Benzema con un penalti por mano y Iago Aspas lo empató con otra pena máxima tras un penalti calcado de Militao. Luka Modric reventó el encuentro con un golazo que emuló al anotado en Old Trafford en aquella Champions, Vinícius expuso su extraordinaria mejora en la definición y Fede Valverde acabó con las esperanzas de puntuar del Celta. Hazard falló un penalti. ¿El mejor? Tchouaméni.

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