A cerrar la Liga o salvar las arcas: el Clásico de la mercadotecnia puede dictar sentencia

Este domingo, se jugará uno de los Clásicos más extraños de los últimos tiempos (21:00 horas). Cuenta la leyenda que hubo una época en la que Real Madrid y Barcelona se lo jugaban todo en encuentros a brazo partido, en los que luchar por la victoria tenía una transcendencia que iba más allá de los 90 minutos. Esa imagen de vencedores y vencidos daba la vuelta al mundo: el equipo blanco o el azulgrana daban un golpe de autoridad ganando al eterno rival y decantaban la Liga de un lado o de otro en estos choques donde estaba en juego algo más que el orgullo. Pero, en esta ocasión, ni tan siquiera se respetarán los colores tradicionales.

Y es que ni Madrid ni Barcelona vestirán los colores tradicionales de ambos clubes. El Real Madrid anunciaba en sus redes sociales que, en el Clásico, vestirá de negro con una nueva camiseta en honor a sus 120 años de historia; poco después, el conjunto culé confirmaba que vestirá con la 'senyera' en el Santiago Bernabéu. O, dicho de otra manera, las camisetas blancas y azulgranas brillarán por su ausencia en el último Clásico de la temporada, una situación que no gusta nada a los más puristas. La tradición y la leyenda han dado paso a la mercadotecnia y al imperio del dinero. Y, mientras tanto, tiene lugar un partido con intereses muy diferentes.

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El Confidencial

El Real Madrid busca dar un golpe definitivo a la Liga justo antes del parón de selecciones. El líder comanda el campeonato con mano de hierro: con 66 puntos y diez de ventaja con el segundo, el Sevilla, los de Carlo Ancelotti son conscientes de que un triunfo podría suponer dejar casi cerrado el capítulo liguero para centrar buena parte de los esfuerzos en la Champions. El Barcelona, por su parte, busca continuar con su racha positiva y, así, seguir alimentando el sueño de meterse en la máxima competición continental con el objetivo de aliviar sus dañadas arcas. Pero, lo cierto es que la Liga se le antoja como imposible.

Los de Ancelotti están firmando un curso para recordar. Campeones de la Supercopa de España, en cuartos de final de la Champions tras su increíble remontada ante el PSG y líderes destacados de la Liga, saben que solo quedan 30 puntos por disputar y que tiene 10 de ventaja con su primer perseguidor. El margen es grande y, por ello, el Clásico puede dictar sentencia, máxime cuando la próxima jornada se enfrentan Sevilla y Barcelona. Tres puntos ante el Barça pueden suponer el punto de inflexión definitivo y cerrar el capítulo liguero —al menos, virtualmente— en vísperas de los desafíos europeos que están por llegar.

Eso sí, el Madrid llega al partido con varias dudas en su once. Ancelotti no podrá contar con Ferland Mendy, por lo que Nacho será su recambio, con la posibilidad de que en fases del partido intercambie su posición con Alaba. Pero el principal problema está en el ataque: con Karim Benzema en casa, el técnico italiano deberá de decidir cómo jugar ante el Barcelona... con Rodrygo también limitado tras el partido de Mallorca. La opción elegida podría ser con brasileño y Vinicius en bandas, con Asensio como 'falso nueve' o, incluso, con un 4-4-2 con Valverde en el medio. Pero también puede incluir a alguien que ya ha desempeñado esa función como, es el caso de Isco.

Lo que parece claro es que ni Jovic ni Mariano son opciones que Ancelotti maneje para jugar de inicio, dos jugadores que no han convencido y que parece que tienen las horas contadas en el club. La ausencia de Benzema es, sin duda, muy importante para el Real Madrid: con 32 goles y 13 asistencias en lo que va de curso, el francés es el jugador que marca las diferencias. No en vano, solo la semana pasada fue capaz de marcar cinco tantos y dar un pase de gol, pero su lesión muscular ha provocado que el Madrid se quede huérfano de gol en el Clásico, un problema que deberá de resolver 'Carletto' de la mejor manera que pueda.

El Barça, a dar la sorpresa

Por su parte, el Barcelona llega al Clásico en el mejor momento de la temporada. Con once partidos consecutivos sin conocer la derrota en Liga —ocho victorias y tres empates— y tras firmar la clasificación a los cuartos de final de la Europa League, la principal preocupación del equipo entrenado por Xavi Hernández es saber cómo llega físicamente el equipo tras su partido del jueves. Los refuerzos azulgranas han mejorado claramente la cara del combinado azulgrana, pero habrá que ver cómo llegan de gasolina a un partido básico para seguir soñando con meterse en zona Champions y evitar un nuevo problema económico para el club.

Y es que el peor escenario para el Barcelona no es perder el Clásico o quedar eliminados de la Liga Europa, sino no meterse en la Champions de la próxima temporada. Sin esa importante cantidad de ingresos por jugar la máxima competición europea, el 'roto' que se generaría en el equipo sería de mucha envergadura, que podría dar lugar a que algunos de los mejores jugadores del equipo tuvieran que salir. Por esa razón, de aquí a final de temporada, cualquier partido de Liga para los culés es una final, con la necesidad de acabar entre los cuatro primeros para minimizar daños. Y llegan al Bernabéu con todo, salvo la baja por lesión de Dest.

Con Aubameyang en estado de gracia y un Pedri que está brillando en los últimos partido, el Barça buscará continuar con su racha en un partido de intereses muy diversos. El Madrid, a tratar de dar el golpe de autoridad definitivo; el Barça, a tratar de seguir soñando con meterse en Champions. Y, mientras tanto, el mejor jugador del Clásico en casa por lesión, los dos equipos con una camiseta poco habitual y con la sensación de que, en caso de perder, no ha pasado nada. Llega el gran partido del fútbol español y, al menos sobre el papel, el más descafeinado de los últimos años. Veremos si el césped termina dictando sentencia.