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El Atlético se pone a 100, pero el problema lo tienen los árbitros y LaLiga, no Simeone
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Lemar ganó el partido en el 99'

El Atlético se pone a 100, pero el problema lo tienen los árbitros y LaLiga, no Simeone

La decisión de Munuera Montero desató un aluvión de críticas en las redes sociales. El Atlético de Madrid no dejó de creer y marcó el tanto de la victoria en el tiempo añadido

Foto: José Luis Munuera Montero anula el primer gol de Thomas Lemar. (Reuters)
José Luis Munuera Montero anula el primer gol de Thomas Lemar. (Reuters)

El agónico triunfo del Atlético de Madrid en Cornellà-El Prat ante el Espanyol (1-2) se selló con un intempestivo gol de Thomas Lemar en el minuto 99. Después de consultar el tiempo perdido en la segunda parte, el colegiado decidió que se jugaría hasta el minuto 100 y que se cumplirían 10 minutos de descuento. Fue ahí, en un tiempo añadido que parecía nunca acabar, donde el conjunto rojiblanco accedió a las llaves de la victoria entre desesperación del público local, regocijo de la hinchada visitante e incomprensión de gran parte del madridismo en las redes sociales. Las palabras de 'tongo' y 'robo' brotaron como setas tras la lluvia, pero la realidad es que el árbitro añadió justó lo que se perdió pese a las quejas del equipo local. Incluso menos.

Dos minutos de pausa de hidratación, el gol anulado de Lemar por el fuera de juego de Luis Suárez, la intervención médica a Felipe Monteiro, Sergi Darder y Nico Melamed y la confirmación del empate rojiblanco tras el visto bueno del VAR. Hagan las cuentas. El problema no está en que se alcanzase el minuto 100 en el Espanyol-Atlético de Madrid, sino en que LaLiga se presente como la competición de las cinco grandes ligas donde más tiempo se pierde, más faltas se realizan (13,4 según el portal de datos Fbref) y más se engaña al árbitro y que, para colmo, el entorno futbolero justifique esas actuaciones en pos de sumar tres puntos. En el país del más listo, hacerse el tonto es algo plenamente compartido por los equipos del campeonato.

El país del engaño y la picaresca

Lo explicaba Diego Pablo Simeone en la rueda de prensa pospartido: "Fueron muchos minutos de añadido, pero tampoco vi nunca tanto tiempo perdido en un encuentro. Habría que mirar lo que pasó durante el partido". Si bien la declaración del técnico argentino puede sonar exagerada, lo cierto es que en España los árbitros y el ecosistema futbolero, aficionados incluidos, han legitimado las continuas pérdidas de tiempo, el arte del engaño entre los futbolistas para lograr un penalti o una falta inexistente o la picardía de las faltas tácticas.

placeholder Óscar Melendo reacciona a una decisión arbitral. (Reuters)
Óscar Melendo reacciona a una decisión arbitral. (Reuters)

Solo así se entiende que, según datos de Opta, en LaLiga solo se compitan 51'52 minutos de los 90 reglamentarios. Un 57,24% del total. Es decir, la Primera División española disputa 2'58 minutos menos que la Premier League inglesa y 2'02 menos que la Serie A. Las cifras demuestran que el nivel de fluidez en el terreno de juego no suele ser un elemento a tener en cuenta por los árbitros a la hora de dirimir cuánto tiempo hay que añadir, por lo que los jugadores se aprovechan según les convenga. De hecho, LaLiga ya lideró el peor porcentaje de tiempo real disputado entre las cinco grandes ligas con un 59'3% según un estudio del Centro Internacional de Estudios Deportivos llevado a cabo entre julio de 2019 y marzo de 2021.

Foto: Luis Suárez reclama una falta durante el Atlético de Madrid-Villarreal. (Reuters)

Yannick Ferreira Carrasco, autor del 1-1, daba su versión de los hechos al finalizar el encuentro: "Me ha parecido muy bien que se jugase hasta el minuto 100, porque el Espanyol perdió mucho tiempo, hubo que consultar el VAR dos veces... y marcamos en esos 10 minutos". En el otro lado de la balanza, el delantero del Espanyol, Raúl de Tomás, se mostraba muy molesto: "No sé por qué ha añadido tanto y en qué momento se ha perdido tanto tiempo. Pero nos teníamos que haber hecho más fuertes y al final lo hemos pagado".

El entrenador periquito, Vicente Moreno, lanzaba un dardo en rueda de prensa al ser cuestionado por la decisión del colegiado: "No opino. Me puede parecer mejor o peor, pero eso lo decide el árbitro. Poco va a cambiar con lo que diga. Pocas veces se ve 10 minutos en un partido, pero soy totalmente respetuoso. Espero que sea igual cuando nos interesa a nosotros o venga a nuestro favor". Algo que el propio club también plasmaba en sus redes sociales.

Lo advertía el entrenador del Betis, Manuel Pellegrini, al inicio de la temporada: "En la reunión de los árbitros nos dijeron que es la liga de Europa donde se juega más lento, se demora más el saque de una falta, se simula constantemente. Tenemos que hacer un esfuerzo entre árbitros, jugadores y entrenadores para que LaLiga no sea esta vergüenza". El técnico chileno también se mostró muy crítico con todos los implicados: "O cuidamos esto o va contra el espectáculo, la gente paga una entrada para algo. Es LaLiga en la que menos se juega, los árbitros deben apurar a los porteros para sacar pronto, a los recogepelotas y a que no se tiren".

La única manera de acabar con este tipo de polémicas absurdas es que los árbitros apliquen un criterio común basado en recuperar lo desperdiciado durante el encuentro. Que esto no sea la excepción o que solo pase un partido o dos por jornada (aunque habría que ver si en un Levante-Getafe haría tanto ruido), sino que siempre se lleve a cabo el mismo 'modus operandi' y se añada tanto como se haya dejado de jugar. Ojalá la decisión de Juan Martínez Munuera se multiplique y él mismo la siga durante el resto del campeonato.

El agónico triunfo del Atlético de Madrid en Cornellà-El Prat ante el Espanyol (1-2) se selló con un intempestivo gol de Thomas Lemar en el minuto 99. Después de consultar el tiempo perdido en la segunda parte, el colegiado decidió que se jugaría hasta el minuto 100 y que se cumplirían 10 minutos de descuento. Fue ahí, en un tiempo añadido que parecía nunca acabar, donde el conjunto rojiblanco accedió a las llaves de la victoria entre desesperación del público local, regocijo de la hinchada visitante e incomprensión de gran parte del madridismo en las redes sociales. Las palabras de 'tongo' y 'robo' brotaron como setas tras la lluvia, pero la realidad es que el árbitro añadió justó lo que se perdió pese a las quejas del equipo local. Incluso menos.