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Un Barça de '10' sin Messi: Koeman enseña el camino para superar una pérdida traumática
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Así inicia la era pos-Leo

Un Barça de '10' sin Messi: Koeman enseña el camino para superar una pérdida traumática

El técnico se apoyó en el colectivo y maquilló la ausencia del astro argentino. El equipo defendió con todos los jugadores de campo y Griezmann y Memphis funcionaron

Foto: Memphis Depay fue uno de los nombres a destacar contra la Real Sociedad. (Reuters)
Memphis Depay fue uno de los nombres a destacar contra la Real Sociedad. (Reuters)

El Barça se jugó mucho más que tres puntos ante la Real Sociedad. No en el resultado, pero sí a la hora de esbozar en el colectivo imaginario azulgrana cómo sería la vida sin Leo Messi a partir de ahora. Grupo. Coral. Colectivo. Son las tres palabras marcadas a fuego en la libreta de Ronald Koeman para superar el haberse desprendido de su máximo goleador (30 tantos), asistente (9 pases de gol) y regateador (160 quiebros, según el portal de datos Sofascore) de LaLiga la temporada pasada. Fue una victoria de equipo. Con algunos nombres sobresaliendo (Martin Braithwaite, Memphis Depay, Frenkie de Jong, Gerard Piqué o Eric García), pero sobre todo, con un conjunto que respondió a la perfección a la primera prueba de fuego y basó su superioridad en la fuerza grupal.

placeholder Los jugadores saludan al público del Camp Nou. (Reuters)
Los jugadores saludan al público del Camp Nou. (Reuters)

Así lo confesó el técnico de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, en rueda de prensa: "Sin Leo Messi o con él, son buenos. Si encima presionan con 10, muy pocos ganarán aquí. Tienen un gran equipo, una gran actitud. Así es como hay que jugar. Si hacen lo que han hecho hoy a nivel defensivo, estarán cerca de ganar LaLiga". El Barça despojó a la Real Sociedad del balón, trituró su sistema defensivo durante todo el encuentro y catalogó de 'siniestro total' a uno de los equipos más atractivos de la pasada campaña liguera.

Por supuesto que Koeman escogería tener al argentino si pudiese, pero ya ha diseñado una hoja de ruta sin él. "Prefiero tener a Messi, pero sin él, nuestro juego ha de ser más colectivo que antes. Ya no tenemos a un jugador que decida partidos por sí mismo, así que este es el camino que queremos seguir". El preparador neerlandés también dedicó tiempo a hablar de la faceta defensiva, uno de los grandes puntos de mejora en lo que se refiere a la anterior campaña, donde el equipo encajó demasiados goles: "Sabemos que somos buenos con balón, pero hemos trabajado muy bien cómo hay que presionar y que hay que hacerlo con todos. Para mí, el equipo de la primera media hora ha sido el mejor Barça en muchos años.

Foto: Un aficionado azulgrana se hace una foto antes del pitido inicial. (Reuters)

Ese "hay que hacerlo con todos" no es anecdótico y merece detenerse a reflexionar sobre él. Durante muchas temporadas, el Barça defendió con un jugador menos, incluso con dos menos cuando estaba Luis Suárez, sabedor de que el volumen ofensivo que brotaba del argentino compensaba la ausencia defensiva del '10'. El Barça no estaba en igualdad de condiciones defensivas del mismo modo que Leo podía resolver el encuentro en cualquier momento. La presión menguaba en muchas ocasiones y por eso no extrañaba ver al Barça dar un paso atrás en lugar de hacia adelante. Ahora ya no hay excusas para ser valiente y morder arriba.

La 'messidependencia' ofensiva

Había muchas dudas en las horas previas sobre cómo solventaría el Barça la desaparición de Messi en los circuitos atacantes. Quién ocuparía su zona en la corona del área. Si alguien podría exhibir la misma conexión con Jordi Alba que poseía el argentino. Incluso si Memphis y Griezmann sabrían repartirse la zona central y entenderse o, al contrario, se pisarían. El balón se dispuso a despejar tanta incógnita entre ataque y ataque culé. Más velocidad ofensiva, más verticalidad sin pecar de precipitación y una mayor división de responsabilidad en la finalización.

Foto: Ronald Koeman observa a Leo Messi tras finalizar un encuentro. (Reuters)

Unas veces era cosa de Memphis, otras de Griezmann y por supuesto, de Braithwaite, gran vencedor de la noche con doblete y asistencia. Fueron cuatro goles, aunque la cuenta pudo ascender a cinco si el travesaño de Griezmann no hubiese escupido la pelota con furia. El Barça funcionó como una máquina engrasada ante un rival, la Real Sociedad, que quedó aturdido hasta el minuto 80 y no se conectó al partido cuando ya era demasiado tarde para rascar algo. Se a como fuera, no hubo un solo generador de ocasiones ni de juego.

Frenkie de Jong brilló en la dirección de la pelota, las conducciones y su capacidad para cubrir mucho campo. Griezmann revoloteó por la banda, el centro y el balcón del área para ganarse el derecho a ser más importante esta temporada. El delantero galo, con más libertad y menos obligación de estar entre centrales o pegado en la banda, supo fluir junto a Memphis y protagonizó algunas de las mejores ocasiones del encuentro sin dejar de trabajar como el que más en banda con la intención de ayudar a su lateral.

placeholder Depay fue de los más destacados. (Reuters)
Depay fue de los más destacados. (Reuters)

Sin embargo, mención aparte merece la actuación de Memphis Depay. En el partido de su debut y con el dorsal '9' a la espalda, el habilidoso jugador neerlandés fue el principal encargado de levantar al Camp Nou con dosis de fantasía, liderazgo, desborde y creatividad. Sin necesidad de inyectar velocidad al espacio, generó ventajas en la mayoría de sus acciones, aglutinó defensas, agitó el frente de ataque y se encargó de ejecutar la pelota parada. De sus botas nació el gol que abrió la lata con el cabezazo de Piqué así como el segundo tanto en la cuenta particular de Braithwaite. En el primer día sin Leo Messi, Memphis se ganó al público por su descaro y talento y el Barça dio la sensación de bramar aquella célebre frase de Joan Laporta: "al loro, ¡que no estamos tan mal!".

El Barça se jugó mucho más que tres puntos ante la Real Sociedad. No en el resultado, pero sí a la hora de esbozar en el colectivo imaginario azulgrana cómo sería la vida sin Leo Messi a partir de ahora. Grupo. Coral. Colectivo. Son las tres palabras marcadas a fuego en la libreta de Ronald Koeman para superar el haberse desprendido de su máximo goleador (30 tantos), asistente (9 pases de gol) y regateador (160 quiebros, según el portal de datos Sofascore) de LaLiga la temporada pasada. Fue una victoria de equipo. Con algunos nombres sobresaliendo (Martin Braithwaite, Memphis Depay, Frenkie de Jong, Gerard Piqué o Eric García), pero sobre todo, con un conjunto que respondió a la perfección a la primera prueba de fuego y basó su superioridad en la fuerza grupal.

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