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Este Barça no es de fiar y hasta le hace un favor al Real Madrid
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El pinchazo deja tocado al equipo

Este Barça no es de fiar y hasta le hace un favor al Real Madrid

Ni los analistas más sesudos son capaces de sacar una conclusión porque el Barça se encarga de despistarlos a todos

Foto: Leo Messi se desespera ante el Atlético de Madrid. (EFE)
Leo Messi se desespera ante el Atlético de Madrid. (EFE)

A este Barça no hay quien lo entienda. Porque resulta inexplicable que en un partido, en casa, en el que se está jugando el campeonato salga a verlas venir ante un Atlético que se topó con Ter Stegen en la primera parte y se desinfló luego en la segunda. Un Barça sin ánimo, previsible y lento que gracias al empate le ha hecho un favor al Real Madrid: si los de Zidane ganan los cuatro encuentros que les quedan empezando por el de este domingo frente al Sevilla, la Liga será suya. Definitivamente, no son de fiar.

placeholder Los jugadores del Barça se lamentan tras la ocasión fallada por Dembélé. (Reuters)
Los jugadores del Barça se lamentan tras la ocasión fallada por Dembélé. (Reuters)

Perdieron los dos partidos frente al Madrid, el del Wanda y, cuando jugaron para depender de sí mismos ante el Granada, también la pifiaron. Y aún así, todavía tienen opciones, pero al seguidor culé le queda de nuevo la sensación de que es un riesgo ilusionarse con un equipo incapaz de ganar encuentros decisivos ante equipos con cara y ojos. La gran incógnita es qué les pasa porque físicamente fueron mejores que el Atlético en la segunda parte, así que la falta de alma, la frialdad y la poca energía en la primera resulta incomprensible.

Ni los analistas más sesudos son capaces de sacar una conclusión porque el Barça se encarga de despistarlos a todos. Justo después de lograr la Copa del Rey y de ganar al Villarreal a domicilio, cuando parecía que todo estaba de cara, llegó el sopapo ante el Granada. Y ahora, después de vencer en Valencia y con una semana limpia, incluido el asado de conjura en la casa de Messi, se muestran incapaces de ganar al Atlético con una imagen triste que sólo Messi maquilló en la segunda parte.

placeholder Leo Messi se va hacia el túnel de vestuarios tras el pitido final. (Reuters)
Leo Messi se va hacia el túnel de vestuarios tras el pitido final. (Reuters)

Levante, Celta y Eibar serán los últimos tres partidos de una plantilla que parece estar deseando que lleguen las vacaciones y de un entrenador que no sabe si continuará la próxima temporada pese a tener contrato y también pese a los elogios de Laporta en campaña. El silencio del presidente es lo suficientemente elocuente como para que Koeman se sienta inquieto y da la sensación de que todo depende de lo que suceda precisamente en estos tres partidos aunque ya no esté en su mano y tenga que esperar a ver qué hacen el Madrid y el Atlético.

Neymar, Messi y un futuro incierto

Koeman no es el único con un futuro incierto. La situación económica del Barça es un desastre y Laporta se está encontrando con más pufos de los que se esperaba incluyendo contratos como los que explotaron con el ‘Barçagate’ por debajo de los 200.000 euros para esquivar los controles. El hermetismo de Laporta, que desde que fue investido presidente hace casi dos meses no ha vuelto a decir esta boca es mía, contrasta con el pasmo de una afición que le votó en masa y sigue esperando a un líder que aún no ha dado la cara. Ni ha explicado los polémicos avales que consiguió en el último minuto ni su férreo apoyo a Florentino Pérez en la aventura de la Superliga mientras la UEFA les amenaza. Quizás esté esperando estratégicamente poder anunciar una buena noticia que se está haciendo de rogar: Messi.

placeholder Leo Messi y Joan Laporta se saludan en el Camp Nou. (FCBarcelona)
Leo Messi y Joan Laporta se saludan en el Camp Nou. (FCBarcelona)

Leo Messi termina contrato el 30 de junio y sigue sin haber noticias sobre cuál será su decisión. Su buena relación con Laporta es un punto a favor para su continuidad, pero al margen de que no podrá cobrar lo mismo que hasta ahora, el proyecto deportivo que él tanto ha reclamado como factor clave para seguir también es una incógnita. Sin dinero no hay fichajes y las salidas tampoco están claras. Por si fuera poco, su gran amigo Neymar terminó este sábado con el culebrón y firmó su renovación con el PSG hasta el 2025 pese a que el Barça ha llamado a su puerta. El portazo del brasileño puede pesar también en Messi, tentado por el club parisino y sabiendo ahora que su compinche se queda.

Al final, la eliminación del Real Madrid en la Champions no es suficiente alegría para tapar tanto agujero en el ánimo de una afición que estaba deseando poder mirar con optimismo lo que queda del mes de mayo y desterrar la ya conocida sensación de que no hay manera de alegrarse. Que es un peligro, una pérdida de tiempo y energías, confiar en este equipo. Y que desconoce lo que viene porque nadie se lo está explicando pese a que ya hay un presidente en el palco.

A este Barça no hay quien lo entienda. Porque resulta inexplicable que en un partido, en casa, en el que se está jugando el campeonato salga a verlas venir ante un Atlético que se topó con Ter Stegen en la primera parte y se desinfló luego en la segunda. Un Barça sin ánimo, previsible y lento que gracias al empate le ha hecho un favor al Real Madrid: si los de Zidane ganan los cuatro encuentros que les quedan empezando por el de este domingo frente al Sevilla, la Liga será suya. Definitivamente, no son de fiar.