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El Barça resuelve con el mínimo esfuerzo un partido para el olvido ante el Elche (3-0)
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El Barça resuelve con el mínimo esfuerzo un partido para el olvido ante el Elche (3-0)

El equipo de Ronald Koeman firmó una primera parte sin nada que rescatar. En el segundo tiempo, Leo Messi arregló el desaguisado con un doblete y Jordi Alba sentenció el duelo

Foto: Los jugadores del Barça se abrazan tras el 2-0 de Leo Messi. (Reuters)
Los jugadores del Barça se abrazan tras el 2-0 de Leo Messi. (Reuters)

Intensidad. Ambición. Ritmo. Verticalidad. Concentración. Determinación. Convicción. Ganas. Tensión. Recursos. Velocidad. Pasión. Ánimo. Nada de esto hubo entre Barça y Elche en el partido de hoy donde dos tantos de Messi y uno de Jordi Alba resolvieron un duelo para el olvido. Los efectos de la terrible derrota ante el PSG en el Camp Nou se han extendido al resto de competiciones. El Barça se ha caído anímicamente y ha perdido la mayoría de señas de identidad que había implementado Ronald Koeman en el cuadro azulgrana. Ya no hay ni rastro de la continua movilidad en ataque, de la mejora en las transiciones defensivas o de la presión post-pérdida que el equipo realizaba con acierto hace unas cuantas semanas. En su lugar, se ha instalado el ritmo indolente y la circulación del balón anodina. Todo sucede al tran-tran en un conjunto al que la resaca de la Champions le ha dejado convaleciente.

placeholder Los jugadores del Barça celebran el 1-0 de Messi. (Reuters)
Los jugadores del Barça celebran el 1-0 de Messi. (Reuters)

Al Elche le bastó muy poco para llegar vivo al descanso. Más abierto y atrevido que el Cádiz, el conjunto de Fran Escribá se limitó a castigar la apatía y la falta de ideas azulgranas con verticalidad y juego directo sobre Pere Milla, Lucas Boyé y Emiliano Rigoni. Y eso que no tuvo apenas acierto. Y es que el Barça, timorato con el balón en los pies y sin desborde ni cambio de ritmo arriba, confundió el ataque estático con estar estático en ataque. Sin agresividad por delante de la línea del poseedor del esférico, Leo Messi se desesperó pronto. En el minuto nueve, el rosarino ya venía a recibir directamente de Gerard Piqué y Samuel Umtiti para intentar desestabilizar a una zaga que veía el fútbol de cara y nunca de espaldas.

Trincao, de lo poco salvable junto a Messi

Francisco Trincao buscaba aprovechar su oportunidad, pero entre las grandes intervenciones de Edgar Badía custodiando la meta ilicitana y la falta de recursos para regatear, el luso se quedó a medio camino. Fue de lo poco potable en un partido con visos de pretemporada donde reinó el trote cochinero y el aplatamiento general. Martin Braithwaite, desaparecido en combate, se camuflaba entre los centrales rivales, Frenkie de Jong pasaba inadvertido y Pjanic evidenciaba con su actitud el porqué no juega más.

placeholder Trincao estuvo cerca de abrir la lata. (Reuters)
Trincao estuvo cerca de abrir la lata. (Reuters)

Tan crudo lo vio Koeman que acudió a la efervescencia de Ousmane Dembélé y retiró la disipación de Pjanic. El técnico neerlandés bajó a Pedri a la línea del centro del campo junto a De Jong y Dembélé se colocó en la izquierda. Messi reaccionó con una jugada marca de la casa, condujo, aglutinó rivales, combinó con Braithwaite en la frontal y marcó el único tanto de la tarde en el minuto 48. Así encaminaría un choque al que le sobraría toda la primera parte.

El Elche no cambió su plan

El gol azulgrana despertó a Messi. El argentino utilizó a Braithwaite como boya, un elemento que le devolviese una pared en condiciones y el cambio de esquema de Koeman favoreció su conexión con Pedri. El Elche se limitó a hacer lo mismo que en el primer tiempo: esperar el fallo local. Escribá movió ficha, se fueron Cifuentes y Rigoni y entraron Fidel y Tete Morente. Koeman deshizo lo que tocó en primera instancia e introdujo a Sergio Busquets por Trincao. Con el catalán, el técnico azulgrana optó por protegerse con balón y manejar el ritmo del partido. Y De Jong tiró por un atajo.

placeholder De Jong se abraza con Messi tras el 2-0. (Reuters)
De Jong se abraza con Messi tras el 2-0. (Reuters)

En el 68, Pedri robó un balón cerca de la línea divisoria, tocó para el centrocampista neerlandés, De Jong atacó el espacio con una conducción poderosa y cuando se plantó dentro de la zona de castigo ilicitana, asistó a Messi para su doblete. El rosarino definió a la perfección y picó el cuero por encima de Badía mientras los defensas del Elche lo observaban de cerca. El conjunto de Escribá se deshizo como un azucarillo con el paso de los minutos.

Cuatro minutos después, Jordi Alba condujo el balón por dentro, abrió el balón para Messi y el argentino envió la pelota a la cabeza de Braithwaite. El danés tiró de altruismo y asistió al lateral para el 3-0. En apenas 25 minutos, el Barça resolvía un partido que se le había atragantado durante el primer tiempo. Sin brillantez y con lo mínimo, Koeman buscó recuperar la confianza de Antoine Griezmann, Sergiño Dest y Clément Lenglet, quienes entraron en el lugar de Jordi Alba, Piqué y Braithwaite. Los minutos finales pasaron sin pena de gloria, con un amago de lesión de Umtiti y el equipo local ya pensando en el siguiente encuentro. Con la victoria de hoy, el Barça se coloca tercero, a dos puntos del Real Madrid y a cinco del Atlético con un partido menos que los rojiblancos.

Intensidad. Ambición. Ritmo. Verticalidad. Concentración. Determinación. Convicción. Ganas. Tensión. Recursos. Velocidad. Pasión. Ánimo. Nada de esto hubo entre Barça y Elche en el partido de hoy donde dos tantos de Messi y uno de Jordi Alba resolvieron un duelo para el olvido. Los efectos de la terrible derrota ante el PSG en el Camp Nou se han extendido al resto de competiciones. El Barça se ha caído anímicamente y ha perdido la mayoría de señas de identidad que había implementado Ronald Koeman en el cuadro azulgrana. Ya no hay ni rastro de la continua movilidad en ataque, de la mejora en las transiciones defensivas o de la presión post-pérdida que el equipo realizaba con acierto hace unas cuantas semanas. En su lugar, se ha instalado el ritmo indolente y la circulación del balón anodina. Todo sucede al tran-tran en un conjunto al que la resaca de la Champions le ha dejado convaleciente.

Leo Messi Jordi Alba Gerard Piqué Sergio Busquets