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El Atlético exhibe puño de hierro en Granada con los goles de Llorente y Correa (2-1)
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El Atlético exhibe puño de hierro en Granada con los goles de Llorente y Correa (2-1)

Los pupilos de Diego Pablo Simeone superaron un encuentro con visos de partida de ajedrez durante la primera parte y que se rompió por completo en la segunda

Foto: Marcos Llorente, Vrsaljko y Ángel Correa celebran el gol de la victoria. (Reuters)
Marcos Llorente, Vrsaljko y Ángel Correa celebran el gol de la victoria. (Reuters)

El Atlético de Madrid va superando los obstáculos que le aparecen por el camino. A pesar de las bajas. A pesar del calendario apretado. A pesar de lo que hagan sus rivales. Cuando no es Luis Suárez el autor del tanto de la victoria, emergen otros salvadores: Marcos Llorente y Ángel Correa. Esta vez, ante el Granada, recuperó a dos hombres tan cruciales en su sistema como Mario Hermoso y Yannick Carrasco; el madrileño, como lanzador en la salida de balón y el belga, como hombre peligroso al espacio e imaginativo al pie. Un paso de gigante para recuperar la normalidad competitiva.

En frente esperaba uno de los huesos más duros de roer de la categoría: el Granada de Diego Martínez. Así las cosas, el conjunto madrileño empezó el partido mandón y haciendo acular a los andaluces, pero echaba de menos una pieza que hiciera de bisagra entre el centro del campo y el ataque.

placeholder Marcos Llorente celebra el 0-1 en Los Cármenes. (Reuters)
Marcos Llorente celebra el 0-1 en Los Cármenes. (Reuters)

Con Carrasco estrenándose en la posición de interior y Marcos Llorente ejerciendo de multiusos en la derecha, el Granada no pudo empezar a incomodar al Atlético hasta el minuto 15 de la primera parte, donde ajustó la presión en campo rival. Hasta entonces, los pupilos de Diego Pablo Simeone habían podido correr y superar el planteamiento defensivo local, con Felipe sacando el balón en largo, el belga conduciendo el contragolpe y Correa a punto de abrir la lata con un disparo blando con el exterior. Las maniobras de Luis Suárez dentro del área tampoco surtieron efecto, aunque la sensación de peligro inminente ya es un clásico cuando el uruguayo aletea dentro del área. Nadie regalaba un metro en un partido de conquitar trincheras.

placeholder Luis Suárez se lamenta tras fallar una ocasión de gol. (Reuters)
Luis Suárez se lamenta tras fallar una ocasión de gol. (Reuters)

Guerra de trincheras en el primer tiempo

El Granada, por su parte, esperaba un desajuste defensivo y la oportunidad de correr. Así, en el minuto 10, Ángel Montoro vio el desmarque profundo por la izquierda del lateral nazarí, Carlos Neva, Llorente acudió a la cobertura, pero se dejó el balón atrás y el defensor local dibujó un centro que no halló rematador. Tres minutos después, Kenedy ejecutaba un córner en el que Jan Oblak salió a abrazar el aire y Germán Sánchez no estrenaba el electrónico por muy poco. El Atlético dominaba territorialmente, pero el Granada sabía exprimirle el jugo a sus ocasiones. La igualdad campeaba en el encuentro mientras los visitantes tenían el cuero.

placeholder Los jugadores de ambos equipos pugnan por un balón dividido. (Reuters)
Los jugadores de ambos equipos pugnan por un balón dividido. (Reuters)

Las bajas significaban oportunidades y Geoffrey Kondogbia buscaba la suya como titular en el centro del campo por segunda semana consecutiva. Poderoso en la conducción, el francés batió una línea de presión, avistó el desmarque de Suárez a la espalda de Vallejo y el disparo tras recortar salió desviado. Superado el ecuador del primer tiempo, Luis volvió a la carga, aunque su acción desde la izquierda no encontró un rematador en el corazón del área. El uruguayo buscaba ajustar la mirilla, pero cuando Kondogbia se plantaba en el balcón del área y asistía al ‘9’ colchonero, el charrúa fusilaba a bocajarro a Rui Silva sin poder doblegar al portero portugués. Simeone agitó el árbol y colocó a Carrasco como carrilero y a Llorente como interior derecho.

Respiraba el Granada porque las acometidas del Atlético no obtenían botín. De nuevo, cuando el descanso ya acechaba un primer tiempo ultradisputado, el Atleti ilustraba su cambio de mentalidad mediante una combinación entre Llorente, Koke y Correa que el argentino no pudo acabar de conectar con Suárez.

Simeone cambió el dibujo en el segundo tiempo

Tras el descanso, Simeone le dio otra nueva vuelta de tuerca a su equipo. Kondogbia se quedó en el vestuario y entró Vrsaljko en su lugar. Con esta modificación, el Atlético pasó a defensa de cuatro integrantes, Carrasco se colocó como extremo en derecha y Llorente, en la izquierda. La reacción fue inmediata. El atacante belga ejecutó una falta, la defensa nazarí rechazó el cuero a los pies de Correa y el argentino buscó a su mejor socio: Luis Suárez. El uruguayo engatilló la pelota dentro del área y sin apenas ángulo. Tan solo el travesaño pudo escupir su volea en el 48.

placeholder Yannick Carrasco, uno de los rojiblancos más activos en el primer tiempo. (Reuters)
Yannick Carrasco, uno de los rojiblancos más activos en el primer tiempo. (Reuters)

El Granada no se arrugaba. Darwin Machís enviaba un centro envenenado y Oblak lo despejaba como podía. El partido se abría y ambos entrenadores fueron a por los tres puntos. Kenedy armaba el contragolpe, despistaba a Hermoso con una finta, lanzaba a Foulquier, el centro del galo conectó con Jorge Molina y la definición se fue al cielo de Granada. Diego Martínez introdujo a Yangel Herrera y Yan Eteki enfiló el banquillo. Sin esperarlo, Luis Suárez se encontró con un balón muerto tras el córner colchonero, pero se durmió en los laureles y no pudo sacar el remate.

Con 30 minutos por delante, el duelo parecía desquebrajarse tras las reservas en el primer tiempo. A los golpes, el Atlético exhibió su puño de hierro. De este modo, Marcos Llorente se fabricó el espacio suficiente como para cargar su martillo y el disparo, raso y ajustado, se clavó en la meta de Rui Silva. Ya son siete goles y seis asistencias en la presente Liga. El conjunto visitante se adelantaba en el 63, pero la alegría duraba poco. A los tres minutos, Yangel Herrera recogía un balón mordido en el corazón del área y el remate del venezolano se introducía en el arco de Oblak tras impactar en el cuerpo de un defensor.

placeholder Yangel Herrera dedica el tanto del empate. (Reuters)
Yangel Herrera dedica el tanto del empate. (Reuters)

El empate no alteró la dinámica del encuentro. A cada ocasión, seguía otra del rival. Cuando el balón no se paseaba por delante de Oblak, nadie podía encontrar el pase de Llorente en el interior del área ni acertar a conectar con la carrera de Carrasco. Entretanto, Marcos Llorente llegaba a línea de fondo una y otra vez. En una de esas combinaciones, Correa recogió la pelota, recortó a su defensor y el disparo se coló en el feudo de Rui Silva tras salir disparado al impactar en la pierna de un rival. El Atlético le daba la vuelta a un partido gracias a su futbolista más insistente y profundo, aunque el tanto llevaba la firma de otro pilar indiscutible.

El Granada tiraba de fondo de banquillo mientras Simeone se mordía las uñas. No hay más cera de la que arde en el desnutrido banquillo colchonero en estos momentos. Así, Machís y Foulquier se iban del partido y Soro y el debutante Domingos Quina ocupaban su lugar. El cuadro local quería igualar el duelo a través del balón parado, optando por el atajo ofensivo, pero el Atlético estaba cansado de segundas oportunidades. Firme y sólido, el Atlético eliminaba cualquier opción de gol por arriba y protegía su área como un gato panza arriba en los minutos finales. Con 54 puntos y tan solo una derrota en 21 partidos, los hombres de Simeone no frenan su avance hacia LaLiga.

El Atlético de Madrid va superando los obstáculos que le aparecen por el camino. A pesar de las bajas. A pesar del calendario apretado. A pesar de lo que hagan sus rivales. Cuando no es Luis Suárez el autor del tanto de la victoria, emergen otros salvadores: Marcos Llorente y Ángel Correa. Esta vez, ante el Granada, recuperó a dos hombres tan cruciales en su sistema como Mario Hermoso y Yannick Carrasco; el madrileño, como lanzador en la salida de balón y el belga, como hombre peligroso al espacio e imaginativo al pie. Un paso de gigante para recuperar la normalidad competitiva.

Marcos Llorente Granada