Liberado de incertidumbres, el nuevo Atlético del Cholo acaricia la liga en febrero
Diego Pablo Simeone ha sacudido los cimientos del equipo hasta hacer evolucionar la propuesta de juego y adaptarla a sus futbolistas. Luis Suárez, máximo goleador del torneo
El renovado y versátil Atlético de Madrid avanza hacia LaLiga de manera inexorable. No importa que se tope con varios obstáculos al inicio del partido (el penalti en Eibar), con golazos surgidos de la nada (el disparo de Uros Racic ante el Valencia), la musa de la inspiración se resista a aparecer (Getafe o Alavés) o no pueda contar con dos de sus futbolistas más trascendentales a nivel estructural como Mario Hermoso y Yannick Carrasco (Cádiz). El conjunto de Diego Pablo Simeone, con el Zamora (Jan Oblak), el pichichi (Luis Suárez) y el máximo asistente (Ángel Correa) de LaLiga en su poder, sabe vencer de mil maneras diferentes.
Llegados al ecuador de la competición nacional y con una proyección de 100 puntos (recórd del torneo), 80 goles a favor y 20 goles en contra, solo el Atlético podría perder una Liga que ya tiene prácticamente en el bolsillo. Los graves problemas que viene arrastrando el Real Madrid o el mal inicio del Barça de Leo Messi han apeado a ambos de la lucha por el título demasiado pronto. Este hecho ha derivado en una diferencia atlética de 10 puntos en relación al segundo y tercer clasificado. Escollo difícil de rebasar en el campeonato de la regularidad donde nadie ha exhibido un músculo determinante tan convincente como el colchonero. El Atlético más ofensivo de la década ya ha interiorizado el cambio de registro.
Apoyado en un delantero con alma de martillo pilón, Luis Suárez ha roto el techo de cristal con el que el club del Wanda Metropolitano se estampaba la pasada campaña. Los 14 tantos del ariete uruguayo ya superan la cifra goleadora de Álvaro Morata (12) y Diego Costa (5) en toda LaLiga 2019/20 y han equiparado el dominio en área propia del equipo con el que ahora demuestra en la zona de castigo del adversario. "Defender bien te da la posibilidad de estar en el partido y potenciar el talento que el equipo posee. No hay una situación sin la otra, si hay una sola, la otra no alcanza. La situación ideal es encontrar ambas", comentaba Simeone tras el triunfo en tierras gaditanas, consciente del dominio de las áreas llevado a cabo por sus pupilos.
La metamorfosis de Simeone
Con ocho victorias consecutivas en Liga, los hombres de Simeone están a tan solo un triunfo de igualar su mejor racha histórica lograda en LaLiga 2013/14 y que se zanjó con el título liguero en las vitrinas del Calderón. Camaleónico y eficaz, la actualización del Atlético de Madrid recorre desde el cambio de dibujo hasta el abrigo de Luis Suárez pasando por la resurreción de Thomas Lemar y Yannick Carrasco. Tras una temporada de transición en las propias palabras de Simeone, el preparador rojiblanco ha dado una vuelta de tuerca a su modelo de juego.
El cuadro colchonero no espera en su campo, a menos que necesite administrar una ventaja mínima (como vs. Sevilla), sino que viaja hasta territorio rival para morder la salida de balón desde el inicio. Unidos. Compactos. Son 11 futbolistas que compiten como uno solo, puesto que el grueso del equipo siempre está en estado sólido. El mutado dibujo, con tres centrales, dos carilleros, tres 'centrocampistas' y dos delanteros, es voluble y fiable. Con el seguro bajo palos que significa Jan Oblak y sus 11 porterías a cero (nadie suma más) y una línea de centrales formada por Mario Hermoso, Stefan Savic y José María Giménez, el técnico argentino ha encontrado el sostén defensivo idóneo para dar rienda suelta al recorrido de sus carrileros: Yannick Carrasco y Kieran Trippier.
La sociedad del belga con Hermoso ha permitido al equipo del Metropolitano contar con un central que simboliza una salida de balón en sí mismo y cuyos cambios de orientación hacia Trippier o Marcos Llorente en el costado inverso anulan la capacidad advesaria de realizar un balance defensivo veloz. Sin el cuero, el canterano del Real Madrid posibilita el vértigo, desborde y la profundidad de Carrasco en izquierda. El paso por China le ha hecho desear aún más triunfar en el Metropolitano.
En el otro lado de la balanza, Kieran Trippier y Marcos Llorente se han entendido a las mil maravillas y plasman sobre el verde unos movimientos perfectamente engrasados en la pizarra. El pie del inglés, recurso fantástico en ataque, le permite centrar y asistir sin la necesidad de llegar a línea de fondo, mientras que Llorente se presenta como un cuchillo entrando en la mantequilla en cada partido. Tirando de pulmón y descaro, el interior español riega el césped con un fondo físico que sorprende a los sistemas defensivos al penetrar desde la segunda línea.
Mención aparte merece Thomas Lemar. Sus giros, anteriormente fuente inagotable de pérdidas, se han convertido en un quiebro tan efectivo como efectista. A la implicación defensiva que le faltaba a su juego, ha añadido una capa de confianza en ataque y un acomodo táctico que le ayuda a estar en contacto con el balón en zonas interiores.
Lo explicaba el propio futbolista en una entrevista concedida a France Football hace una semana: "Hubo falta de adaptación por mi parte al principio. He necesitado tiempo y ahora siento que tengo este ADN dentro. Hablé mucho con Simeone; él me preguntó que podía hacer para mejorar mi situación y le dije que yo era un jugador para moverme por dentro. Este cambio de posición me permite estar más libre, tocar la pelota más a menudo y no una vez cada 15 minutos en un costado. Luchar todos los balones, presionar, jugar hacia adelante...eso es el Atlético. Estoy dando el máximo".
Koke, timón colchonero
El inicio de temporada llegó junto a una noticia de terrible alcance para los planes del Atlético de Madrid. La directiva había decidido traspasar a Thomas Partey, pieza indispensable para Simeone, al Arsenal de Mikel Arteta y, con ello, se desprendió de un pilar en el centro del campo madrileño. En su lugar aterrizaron Lucas Torreira y Geoffrey Kondogbia, aunque ninguno de los dos se han asentaron como escuderos de Koke Resurreción. Por su parte, Héctor Herrera acabó saliendo del XI titular.
Así, fue el propio capitán rojiblanco quien multiplicó sus roles y abrazó la función de organizador de los primeros pases en la base del juego. Líder y jerarca en el centro de operaciones, el español está desempeñando una de sus mejores temporadas desde que subió al primer equipo. Koke dota de soluciones, ritmo y rango de envíos al conjunto madrileño a la hora de construir juego y superar la presión rival si el contrario se atreve a venir a por el esférico. Es cierto que ha perdido presencia en el balcón del área, pero su interpretación del juego en tareas defensivas junto al criterio con balón que le caracteriza ha vertebrado al Atlético de Madrid.
Desterrando tópicos
De los 22 goles en 19 jornadas anotados la pasada campaña se ha evolucionado a los 40 tantos a estas alturas de la competición. A pesar de contar con uno o dos partidos menos que el resto, nadie ha anotado más goles. Con un Luis Suárez arropado por el sistema y sintiéndose como un tiburón en la pecera que supone el área rival, Simeone ha logrado tapar la pérdida de piernas y físico del uruguayo gracias a acercarlo a una zona donde se muestra letal.
En su papel de 'ganaligas', el punta sudamericano encabeza la tabla de máximos goleadores con un dato que quita el hipo: de los 18 disparos a puerta que ha realizado, 14 han enviado al portero al fondo de la red. Pura voracidad goleadora para un equipo al que el gol hipotecó el curso anterior y que este año ya no se presenta como un laberinto balompédico.
Joao Félix abre un océano de posibilidades
El gran mérito de Simeone reside en haber logrado todo esto sin obtener el 100% de su estrella: Joao Félix. El portugués inició LaLiga generando ventajas por doquier, regalando goles y sintiéndose el líder del ataque colchonero, pero su protagonismo ha menguado en diciembre y enero. Esto no significa que el luso no sea el mejor jugador del equipo, o como mínimo, el que más potencial alberga en sus botas, sino que aún está adaptándose a las exigencias globales que toda estrella debe asimilar para ser titular indiscutible en el Atlético.
Ahora, saliendo como alternativa desde el banquillo, revoluciona el ataque y supone un atajo hacia el gol. El margen de crecimiento en el último tercio del campo es enorme. Por su parte, Ángel Correa está bordándolo. El argentino, máximo asistente de la competición con seis pases de gol, vacía el tanque del compromiso en cada partido. Predicador del cholismo, se ha ganado el paso de revulsivo desde la banqueta a titular consolidado (a pesar de partir como suplente en Cádiz).
El gol no termina en la individualidad, puesto que a la solidez defensiva que caracterizó la primera Liga de los rojiblancos bajo el manto de Simeone hay que sumarle la recuperación a balón parado en los últimos partidos. Con seis goles en acciones de estrategia según el portal de datos WhoScored, tan solo la Real Sociedad con ocho tantos ha anotado más dianas que el equipo colchonero con el cuero detenido.
El título de Liga ya es prácticamente una realidad para un Atlético que cuenta sus partidos por victorias, únicamente ha cedido siete puntos de 57 en juego y tan solo ha estado 115 minutos por debajo del marcador de los 1710 disputados hasta el momento. El ritmo de crucero infernal que le ha imprimido a la competición nacional hace que la distancia en la tabla de clasificación se ajuste a su superioridad sobre el terreno de juego. Que pase el siguiente.
El renovado y versátil Atlético de Madrid avanza hacia LaLiga de manera inexorable. No importa que se tope con varios obstáculos al inicio del partido (el penalti en Eibar), con golazos surgidos de la nada (el disparo de Uros Racic ante el Valencia), la musa de la inspiración se resista a aparecer (Getafe o Alavés) o no pueda contar con dos de sus futbolistas más trascendentales a nivel estructural como Mario Hermoso y Yannick Carrasco (Cádiz). El conjunto de Diego Pablo Simeone, con el Zamora (Jan Oblak), el pichichi (Luis Suárez) y el máximo asistente (Ángel Correa) de LaLiga en su poder, sabe vencer de mil maneras diferentes.