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La histórica revolución de Correa (a costa de Fernando Torres) y el Atlético en Champions
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Victoria ante el Betis (1-2)

La histórica revolución de Correa (a costa de Fernando Torres) y el Atlético en Champions

El argentino ya es el máximo goleador del Atlético de Madrid saliendo desde el banquillo y supera al de Fuenlabrada en esta curiosa estadística Su puesta en escena, de nuevo fundamental para Simeone

Foto: Correa celebra el primer tanto del partido ante la atenta mirada de Joel Robles. (EFE)
Correa celebra el primer tanto del partido ante la atenta mirada de Joel Robles. (EFE)

Ángel Correa se había destapado esta temporada como el mejor asistente del Atlético y esta tarde ante el Betis en el Villamarín se ha convertido en el salvador de su equipo, que pasará las Navidades en zona Champions. Respiran los de Simeone, que entierran una pésima racha como visitantes. Ocho partidos necesitaron para volver a ganar fuera del Metropolitano (1-2). Lo hizo gracias al más listo de la clase, Correa, que sumó su segundo gol en Liga este curso gracias a su extraodinaria pillería. Agonizaban los rojiblancos en el segundo tiempo cuando Simeone agitó el banquillo y le dio entrada por Lemar. Una vez más, Ángel no falló y llevó a cabo la revolución. Presionó alto a Álex Moreno, que no le vio venir. El argentino taponó el despeje del lateral y se llevó el esférico para plantarse completamente solo ante Joel Robles. Al contrario que Morata en la primera parte, no erró en el mano a mano. Se lo quitó de encima con un buen regate y enchufó a puerta vacía.

Correa es histórico: ya es el jugador del Atlético que más goles ha metido saliendo de suplente. Con 13, supera a toda una leyenda como Fernando Torres, que se quedó en 12. Su tanto espabiló al equipo, que durante buena parte del encuentro estuvo a merced del Betis, sobre todo en la primera parte. Luego, le entregó su asistencia (ya lleva cinco) de cada tarde a Morata para que el madrileño, esta vez sí, anotara el de la tranquilidad. Conexión de quilates. Entre ellos dos han fabricado los goles del equipo en los últimos meses, prácticamente. Los rojiblancos apenas generaron oportunidades de calado, pero por fin fueron efectivos. Por su parte, el Betis sigue en continuo 'quiero y no puedo'. Tan pronto está arriba como abajo en la tabla. Le falta regularidad, solidez y precisión. Barta perforó el marco de Oblak en el tiempo añadido, pero el conjunto de Rubi desperdició hasta tres ocasiones claras para abrir la lata, sobre todo en un remate de Feddal que dio al larguero.

placeholder Morata celebra el triunfo del equipo ante el Betis tras el pitido final del árbitro. (EFE)
Morata celebra el triunfo del equipo ante el Betis tras el pitido final del árbitro. (EFE)

El Atlético sacó adelante un encuentro complicado ante un oponente que venía en progresión. Los de Simeone entraron bien al duelo, pero se diluyeron con el paso de los minutos. Poco a poco el Betis fue merodeando el área rojiblanca. Fekir y Emerson eran un dolor de cabeza para Lodi, igual que Joaquín para Trippier. Los andaluces intentaban abrir mucho campo para favorecer a sus extremos. Canales llevaba la batuta. Con lucidez, por sus botas pasaron todas las acciones de peligro del conjunto verdiblanco. Tras el testarazo de Feddal a precioso centro del cántabro, llegó un buen balón interior que Fekir no pudo concretar y otra muy buena ocasión de Emerson que desvió Oblak a saque de esquina. El Atlético, que no consiguió salir con criterio de su campo durante la primera media hora, empezó a carburar tras una cabalgada de Morata que no llegó a materializarse en gol. Joao Félix le puso una gran pelota al espacio y el de La Moraleja corrió sin intimidación alguna. Robles, que se recompuso de un fatal resbalón en esos instantes, le aguantó bien y colocó una manopla milagrosa para desviar el cuero al palo. La parroquia contuvo el aliento.

La sentencia de Morata

Lodi tuvo la última antes del descanso para poner por delante a los de Simeone, pero no conectó bien. A la vuelta de vestuarios el encuentro se embarrulló en un sinfín de faltas en el centro del campo. El Atlético, que acusó la flojera de Thomas, no terminaba de hacerse con el control. Era la hora de inyectar algo de vértigo y velocidad al partido y Simeone movió piezas. Fuera Lemar, al que ya ni se le espera, dentro Correa. Mientras, Felipe y Giménez achicaban cualquier intención de Loren. Así, y en una jugada en campo propio del Betis, Correa apareció como un rayo para robarle la cartera a un despistado Álex Moreno y subir el primer tanto al marcador. Simeone explotaba de júbilo en la zona técnica y no era para menos porque los suyos no terminaban de despejar los nubarrones que vaticinaban un posible tropiezo.

Con el paso de los minutos el Betis fue metiendo hombres en zona atlética, pero cada contra iniciada por Correa era un auténtico tormento para los de Rubi, que sin embargo pudieron empatar con algunos disparos desde fuera del área (en concreto uno de Mandi) que se fueron fuera por muy poco. En esas Correa recibió en el lateral, encaró a su defensor con suficiencia y metió un gran centro a Morata, que remató de tacón para cerrar el partido. Poco importó después el gol de Marc Bartra. No hubo tiempo para más y el Atlético, sin brillo, dormirá en puestos de Champions League hasta pasadas las navidades. El objetivo que se planteó Simeone en septiembre, cumplido.

Ángel Correa se había destapado esta temporada como el mejor asistente del Atlético y esta tarde ante el Betis en el Villamarín se ha convertido en el salvador de su equipo, que pasará las Navidades en zona Champions. Respiran los de Simeone, que entierran una pésima racha como visitantes. Ocho partidos necesitaron para volver a ganar fuera del Metropolitano (1-2). Lo hizo gracias al más listo de la clase, Correa, que sumó su segundo gol en Liga este curso gracias a su extraodinaria pillería. Agonizaban los rojiblancos en el segundo tiempo cuando Simeone agitó el banquillo y le dio entrada por Lemar. Una vez más, Ángel no falló y llevó a cabo la revolución. Presionó alto a Álex Moreno, que no le vio venir. El argentino taponó el despeje del lateral y se llevó el esférico para plantarse completamente solo ante Joel Robles. Al contrario que Morata en la primera parte, no erró en el mano a mano. Se lo quitó de encima con un buen regate y enchufó a puerta vacía.

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