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El mensaje del Real Madrid al Barcelona y cómo Butragueño explota por el VAR
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Un empate con polémica arbitral

El mensaje del Real Madrid al Barcelona y cómo Butragueño explota por el VAR

El Real Madrid fue más valiente que el Barcelona en el Clásico del Camp Nou. Lo superó en juego y lo anuló con una presión alta. Butragueño manifestó el enfado del club por dos penaltis no pitados

Foto: Modric intercepta un balón en una subida de Messi al ataque. (EFE)
Modric intercepta un balón en una subida de Messi al ataque. (EFE)

El Real Madrid habló en el campo. Le dijo al Barça: me siento en tu misma mesa por la Liga. La quiero y te lo voy a demostrar en tu propia casa. Es el mensaje que deja el empate (0-0) del Camp Nou. Este Real Madrid ya venía mostrando una mejoría como equipo. Al espíritu y el alma, le suma cada vez más sacrifico, compromiso y ganas. Pero en el Camp Nou le hacía falta algo más que corazón. Tuvo fútbol y personalidad. Jugó con autoridad en muchas fases del partido. Sobre todo en la primera parte. Le dijo al Barcelona que está dispuesto a dar guerra y que ya no será un paseo. No la va a regalar. Como en los últimos años, en los que bajaba los brazos y dimitía por estas fechas navideñas. Lo que ha conseguido Zidane es recuperar la ambición, la valentía en campos de máxima dificultad y ante rivales que tienen a Mbappé, Neymar o Messi. Hay hambre en las filas blancas. Pero también hay cabreo en el club blanco por dos acciones polémicas en las que no entró el VAR para revisar dos posibles penaltis a Varane. Explotó Butragueño en el palco y dio la versión oficial de la indignación.

Este Real Madrid transmite regularidad. La racha ya va por ocho victorias y cuatro empates consecutivos. No pierde. Tiene confianza, personalidad y fiabilidad. Le faltó lo más importante en el fútbol: pegada. Adoleció de colmillo. En un día en el que apostó por Bale (le anularon un tanto por fuera de juego) y sentó a Rodrygo. No tuvo claridad para acabar las jugadas con más efectividad y determinación. Salió con Isco de inicio y fue un incordio metido entre los centrales (Lenglet y Piqué), pero en espacios reducidos costó darle filo al ataque. Con Bale muy tirado a la banda derecha y Benzema más enjaulado. Las mejores ocasiones en las filas blancas fueron para los centrocampistas con los disparos lejanos de Casemiro y Fede Valverde. Al brasileño, le sacó Piqué un balón en la línea de gol. Desde fuera del área, hizo daño. Era una amenaza. Inmenso el uruguayo. Cada partido crece en personalidad y responsabilidad. Esos disparos fueron detenidos por un espléndido Ter Stegen. Al acoso de los blancos se sumó Varane. Protagonista de la noche por dos acciones en las que el equipo pidió penalti en la primera parte por un agarrón de Rakitic y un plantillazo, que le dejó rasguños, de Lenglet en el muslo del francés.

placeholder Casemiro dispara con la oposición de De Jong. (EFE)
Casemiro dispara con la oposición de De Jong. (EFE)

El planteamiento de Zidane y cómo lo ejecutaron sus jugadores funcionó mejor que el de Ernesto Valverde. El Barcelona vivió en una barricada para sumar el punto en el Camp Nou. Empezó muy mal el encuentro para los culés. Desde el momento en que se conocieron las alineaciones. Con un error o quién sabe si una pillería o un lío de Ernesto Valverde. Se anunció que jugaba Busquets y, tras salir el once del Madrid, desapareció y puso a Rakitic. Sea por fiebre o por decisión técnica, el Barcelona echó de menos a Busquets para dar salida a la pelota y sacar el equipo hacia delante. En la primera parte, la superioridad del Madrid fue arrolladora. Con 12 disparos por tres del Barcelona. El Real Madrid sufrió por la banda de Carvajal con las subidas de Jordi Alba y su conexión con Messi. En una de ellas evitó Sergio Ramos, tras un despeje de Cortouis, el tanto azulgrana. Poco más de un Barcelona gris. Atemorizado. Incluso vulgar, sin centro del campo y con el recurso del pelotazo. El envío largo de Ter Stegan para salir de la presión alta no está bien visto entre los que defienden la esencia de la posesión.

La polémica con los penaltis a Varane

El Barça reaccionó en la segunda parte con la entrada de Arturo Vidal. Equilibró la lucha en el centro del campo con Casemiro y Fede Valverde. Igualó la pelea física. Lo del uruguayo es la confirmación de un jugador que tiene sitio fijo en el once. No acabó el partido Griezmann. El francés estuvo desaparecido. Inofensivo. Perdido y desconectado. Salió Ansu Fati. Los últimos 20 minutos del partido se convirtieron en un ida y vuelta, más abierto el partido, con más riesgo el Barcelona y más cansancio en el Madrid. Se jugó, en líneas generales, más a lo que quiso el Real Madrid. Con el control de la pelota y menos errores, minimizó al Barça. Con más fluidez en sus acciones. Pero sin entrar a matar cuando ponía al Barcelona en las tablas y parecía hincar la rodilla. No aprovechó su momento de buen juego. La amenaza de Messi estaba ahí en un final desatado y de nervios. El descomunal partido de Casemiro (le robó una pelota a Messi de tacón cuando enfilaba el área de Courtois) desactivó la dinamita que tiene el argentino.

Foto: Leo Messi, cabizbajo al final del partido entre su equipo y el Madrid. (EFE)

El empate refuerza al equipo blanco y deja malas sensaciones en el bando azulgrana. Empotrado en su área durante un largo tiempo del primer periodo, sin la pelota e incómodo con la presión alta del Madrid. Triunfó el que jugó como equipo y tuvo más valentía. Se empequeñeció el plan del Barça: de encomendarse a Messi y su inspiración. La estrella argentina fue víctima de la superioridad, en lo colectivo, de la excelente estrategia que desplegó el Madrid de ZZ con ayudas y altísima intensidad. Este Real Madrid, el del bloque y la solidaridad, le ha dicho al Barcelona que la Liga va a estar disputada y competida. "Hicimos un buen partido. Nos ha faltado el gol. Al final, esto es el fútbol. Hay que estar contento con el partido porque también es un rival muy bueno. Me sabe a poco. Nos ha faltado meterla. Es importante el esfuerzo que ha hecho el equipo y creo que merecimos un poco más", explicó Zidane.

Las quejas de Butragueño por el VAR

"Hemos jugado con más personalidad y cuando se empata no se puede estar contento. Dominamos el partido, controlamos el juego y tuvimos la posesión en un campo complicado. Planteamos la estrategia de quitarles la pelota en campo contrario. Les hemos creado muchas dificultades. La pena es que termina el año, porque atravesamos una buena dinámica de juego. Los dos penaltis a Varane los vimos en el descanso y me parece que son claros. El VAR está para ayudar y hoy no ha sido así. Mala suerte. Ya nos tocará a nosotros. Cuando hagamos un penalti, lo mismo no lo mira", destacó el capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, con la decepción de no haberse llevado los tres puntos del Camp Nou.

El mayor cabreo está en la directiva del Real Madrid. Lo hizo saber su portavoz. Emilio Butragueño, que no suele entrar en decisiones arbitrales ni polémicas, y se quejó del arbitraje: "Es desconcertante que, caray, no haya entrado el VAR en dos jugadas clarísimas [los penaltis que pide el Real Madrid a Varane]. Si hay una tecnología, como aficionado al fútbol, creo que el VAR tiene que intervenir", denunció Emilio Butragueño en Movistar. En el Real Madrid hay un gran enfado y no lo ocultan con un mensaje (el agarrón a Varane) en su redes sociales para denunciar el mal uso del VAR.

El Real Madrid habló en el campo. Le dijo al Barça: me siento en tu misma mesa por la Liga. La quiero y te lo voy a demostrar en tu propia casa. Es el mensaje que deja el empate (0-0) del Camp Nou. Este Real Madrid ya venía mostrando una mejoría como equipo. Al espíritu y el alma, le suma cada vez más sacrifico, compromiso y ganas. Pero en el Camp Nou le hacía falta algo más que corazón. Tuvo fútbol y personalidad. Jugó con autoridad en muchas fases del partido. Sobre todo en la primera parte. Le dijo al Barcelona que está dispuesto a dar guerra y que ya no será un paseo. No la va a regalar. Como en los últimos años, en los que bajaba los brazos y dimitía por estas fechas navideñas. Lo que ha conseguido Zidane es recuperar la ambición, la valentía en campos de máxima dificultad y ante rivales que tienen a Mbappé, Neymar o Messi. Hay hambre en las filas blancas. Pero también hay cabreo en el club blanco por dos acciones polémicas en las que no entró el VAR para revisar dos posibles penaltis a Varane. Explotó Butragueño en el palco y dio la versión oficial de la indignación.

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