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El grito de Joao Félix o cómo lo caro puede acabar saliendo barato
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El grito de Joao Félix o cómo lo caro puede acabar saliendo barato

La calidad, el talento y la personalidad no se le pueden negar. Tiene hasta elegancia. Ese estilo erguido cuando conduce la pelota le da aire de genio. Contra el Leganés fue clave en la victoria

Foto: Joao Félix celebra con este gesto de euforia el gol de Vitolo en Leganés. (Efe)
Joao Félix celebra con este gesto de euforia el gol de Vitolo en Leganés. (Efe)

Con el Atlético de Madrid puedes pasar del aburrimiento a un estallido de felicidad con un fogonazo de Joao Félix. Van dos jornadas de Liga y el niño de oro portugués lleva un par de acciones de esas que justifican el potencial que se le presume y hacen pensar que lo caro acaba saliendo barato. Joao Félix fue la clave en la victoria (0-1) del Atlético en Butarque contra el Leganés. En la fase del partido loca, de ida y vuelta, se descolgó a la banda derecha, encaró y asistió a Vitolo. Otra acción descarada del adolescente de 19 años en una tarde en la que sacar el talento era un riesgo. El Leganés, como el Getafe la semana pasada, no hace regalos. El portugués es valiente. No se intimida. Aguanta las tarascadas. Se encuentra cómodo en la refriega. Crece. Como ese jugadón que se marcó en el estreno en el Wanda Metropolitano que acabó en penalti (Morata se lo debió dejar lanzar).

Lo mejor de Joao Félix es que sigue recopilando argumentos a favor y no es nada fácil. El listón lo tiene alto. Lleva el ‘7’ de Griezmann y por mucho que le pese a la parroquia rojiblanca, el francés dio un excelente rendimiento en las cinco temporadas. Fue de lo mejor que pasó por el equipo de Simeone. No sólo por desequilibrar partidos. También por hacerlo bonito. Antoine se marchó por la puerta de atrás y algunos habrán borrado los buenos recuerdos. Llegar para sustituirlo y costar 127 millones de euros pone muchas piedras en la mochila del chaval. No le pesan, de momento, a un Joao Félix que tiene desparpajo, atrevimiento y kilos de personalidad. La confianza que le ha dado Simeone es el mejor espaldarazo.

placeholder Vitolo celebra el gol contra el Leganés. (Efe)
Vitolo celebra el gol contra el Leganés. (Efe)

En ocasiones da la sensación de que pretende rizar el rizo. Antes de su jugada que acabó en el gol de Vitolo tuvo una clara ocasión para hacer gol. Remató de tijera un centro de Koke. Estaba solo. Pudo adornarse o eligió mal. El remate se fue por encima del larguero de la portería de Juan Soriano. ¿Busca Joao Félix hacer un gol de esos que den la vuelta al mundo? Puede que sienta esa responsabilidad. Querer hacer una barbaridad. Con él hay muchas expectativas creadas y tras el carrerón que protagonizó frente al Getafe se habló de jugada ‘maradoniana’, se le comparó con el mejor Ronaldo Nazario y hasta con Messi. No se le sube a la cabeza. Eso parece. Detrás de él tiene gente que le vigila. Más le vale.

Genio precoz e intermitente

La calidad, el talento y la personalidad no se le pueden negar. Tiene hasta elegancia. Ese estilo erguido cuando conduce la pelota, con la cabeza alta y la mirada fría le dan un aire superior. Se le pone cara de crack. En contra se puede hablar de su intermitencia. En diferentes fases del partido desaparece. Por otra parte es normal cuando hablamos de un jugador joven, que viene de otro país y está en fase de adaptación. Al fútbol español y a la filosofía del Cholo. Nunca es fácil interpretar todo el sacrificio y energía que exige Simeone a los jugadores y lo que le cuesta a los nuevos. Joao Félix envía señales asombrosas. Cuando le llega la pelota a los pies sientes que va a suceder algo magnífico. Es un genio precoz, pero todavía intermitente.

Hay que seguir puliendo a un futbolista que marca las diferencias. Lo que se ve es alentador. Joao Félix no se hace pipí en la Primera división española y lleva dos test duros (Getafe y Leganés). El chico tiene el foco mediático encima. La semana pasada fue noticia hasta por abandonar un entrenamiento y marcharse a un rincón para orinar. Las imágenes se repetían en los telediarios. Ha llegado al punto de escrutar todo lo que se sale de la normalidad de un futbolista al que se le quiere ver como un marciano. “Tiene que mejorar”, es la frase que repite Simeone para frenar la euforia. Difícil cuando se trata del fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid y en este sentido es difícil tener paciencia. Se le exige rendimiento inmediato (como puede ser el caso de Vinicius en el Real Madrid) y en dos partidos de Liga ha sido el más deslumbrante en un equipo que ha suma dos victorias, pero le cuesta quitarse la etiqueta de rácano.

Con el Atlético de Madrid puedes pasar del aburrimiento a un estallido de felicidad con un fogonazo de Joao Félix. Van dos jornadas de Liga y el niño de oro portugués lleva un par de acciones de esas que justifican el potencial que se le presume y hacen pensar que lo caro acaba saliendo barato. Joao Félix fue la clave en la victoria (0-1) del Atlético en Butarque contra el Leganés. En la fase del partido loca, de ida y vuelta, se descolgó a la banda derecha, encaró y asistió a Vitolo. Otra acción descarada del adolescente de 19 años en una tarde en la que sacar el talento era un riesgo. El Leganés, como el Getafe la semana pasada, no hace regalos. El portugués es valiente. No se intimida. Aguanta las tarascadas. Se encuentra cómodo en la refriega. Crece. Como ese jugadón que se marcó en el estreno en el Wanda Metropolitano que acabó en penalti (Morata se lo debió dejar lanzar).

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