Los siete pecados capitales del Madrid: así se pierden dos títulos en tres días

El Real Madrid atraviesa uno de sus peores momentos en los últimos años. En plena dinámica negativa, el conjunto blanco ha perdido dos títulos en cuestión de tres días, y que haya sido ante el Barcelona lo hace aún mucho más doloroso. Después de un lustro ganador, en el que ha ganado 14 títulos -con cuatro de cinco Champions-, el equipo afronta este martes otro duelo crucial para meterse en cuartos de su competición fetiche. Eso sí, sumido en sensaciones negativas.

El Madrid parte con ventaja en la eliminatoria de octavos ante el Ajax (1-2), y presumiblemente, la lógica dice que el conjunto blanco deberá estar en cuartos de la Champions. Sin embargo, el equipo no transmite a la afición y, lo que es más preocupante, ofrece claros signos de desconexión durante grandes tramos de partido. Necesita decenas de ocasiones para marcar y ofrece síntomas de debilidad en defensa, dejando atrás la imagen de equipo rocoso de otros cursos.

Opinión

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Pero, ¿qué le pasa a este Madrid? Estos son sus siete pecados capitales:

Acuciante falta de gol

Aunque las estadísticas dicen que el conjunto blanco solo lleva tres goles menos a estas alturas de temporada que el pasado curso -suma 80 goles por 83 de la pasada temporada-, lo cierto es que al equipo le falta un 'killer' que marque las diferencias: el pasado curso, Cristiano terminó por anotar 44 goles en todo el curso; a falta de un tercio para el fin de temporada, Benzema solo suma 20... y CR7 no jugó la Copa el pasado año, donde Benzema ha anotado cuatro goles. Pero el panorama es aún más terrible mirando al resto: el segundo máximo goleador es Sergio Ramos, con once goles que, junto a Bale, son los únicos que superan la decena de dianas.

Un agujero en defensa

Los números confirman que el Madrid no tiene un jugador determinante que marque diferencias en ataque, donde el gol está más que repartido. Pero si solo lleva tres goles menos... ¿dónde está el problema? Pues la defensa, claramente, es otro de los grandes agujeros del equipo: a estas alturas de curso, el Madrid había encajado la pasada temporada 37 goles; este año, ya suma 50 en contra. No en vano, el conjunto blanco ya suma 13 derrotas, cuatro más de las que sufrió en toda la pasada temporada. Ni el fichaje de Courtois ni la llegada como un soplo de aire fresco de Reguilón -y, con menos minutos, de Odriozola- han podido frenar la sangría.

El medio del campo, sin gasolina

Buena parte de la responsabilidad recae sobre el medio del campo, incapaz de dar equilibrio al equipo. Varios jugadores se encuentran muy por debajo de su nivel, lo que termina condenando a un equipo continuamente partido. La medular debe de ser fundamental a la hora de que el equipo sea compacto, siendo sólido en defensa y ofreciendo soluciones en ataque, pero el equipo se hunde físicamente. Los esfuerzos extra para tapar los huecos que se crean por jugar con 4-3-3 terminan por fundir al equipo en la recuperación y le hacen perder brillantez en ataque. Un ejemplo claro es Modric: su continuo trabajo defensivo le hace perder su magia en los metros finales.

Falta de banquillo

Uno de los grandes problemas del Madrid esta temporada está teniendo que ver con cambiar la dinámica de los partidos. Cuando el resultado no es positivo y Solari busca soluciones en el banquillo, lo cierto es que no está encontrando demasiadas manos amigas. Pocas veces esta temporada se ha visto a un jugador salir del banquillo con ganas de cambiar las cosas, más allá de jóvenes como Fede Valverde o Ceballos cuando han tenido la oportunidad. Pero al equipo se le apagan las luces cuando hay que remontar y se necesita algo diferente a lo que hay sobre el césped. Incluso pesos pesados que han perdido su vitola de intocables.

Problemas con ilustres del equipo

Desde la llegada de Solari al equipo, dos jugadores especialmente han visto cómo el banquillo -cuando no la grada- se ha convertido en su hábitat natural. Hablamos de Marcelo e Isco, dos de los jugadores de más talento del equipo que han perdido su puesto, siendo condenados al ostracismo absoluto. Solari no ha sabido gestionar con mano izquierda las situaciones de ambos: es evidente que en una temporada hay momentos y que, a veces, un toque de atención sirve para cambiar dinámicas. Pero el argentino no lo ha conseguido con Marcelo e Isco, enquistando dos problemas con una única solución: el mercado.

Jóvenes con demasiadas responsabilidades

El bajo momento de forma precisamente de ambos jugadores -y también de Bale, que lleva otro año más para el olvido- ha propiciado la irrupción de dos jóvenes talentos que están siendo de lo más destacado del equipo en los últimos partidos. Vinicius y Reguilón han tirado la puerta de la titularidad a base de ganas, tesón e ilusión, algo que parecía que faltaba en el equipo. Sin embargo, el trece veces campeón de Europa no puede depender de dos jóvenes con corta experiencia a primer nivel para aspirar a ganarlo todo. Otros jugadores con más galones debían de haber dado el paso al que se atrevieron dos hombres con gran proyección en el club.

Solari no ha dado con la tecla

El que fuera técnico del Castilla llegó como apagafuegos a un equipo hundido tras el 5 a 1 recibido en el Camp Nou. Una vuelta más tarde, Solari no ha conseguido enderezar el camino del Real Madrid como esperaba el aficionado: eliminados de la Copa y la Liga tirada a falta de tres meses de competición, la única tabla de salvación que le queda al equipo es la Champions. Sin embargo, Solari no ha conseguido revitalizar a un Madrid en el que las sensaciones quedan muy lejos del equipo que ilusionara hace no tanto. ¿Una nueva Copa de Europa serviría para cerrar el curso con buena nota? La respuesta solo se sabrá cuando acabe la temporada.