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Las claves por las que el Atlético puede ganar (o no) al Real Madrid
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Las claves por las que el Atlético puede ganar (o no) al Real Madrid

El Atlético de Madrid dejó hace tiempo de ser la víctima propiciatoria en el derbi madrileño, ahora tiene argumentos deportivos sólidos para considerarse a la altura de su rival en la ciudad

Foto: El Atlético le ganó la Supercopa al Madrid. (EFE)
El Atlético le ganó la Supercopa al Madrid. (EFE)

Fue el verano de la euforia del Atlético de Madrid. En unos pocos días vieron como Griezmann rechazaba al Barcelona, como en su plantilla aparecían de repente tres campeones del mundo más -algo no tan habitual en su historia- y como su mayor enemigo caía en depresión tras la salida de uno de los mejores jugadores de su historia. Todo hilaba a la perfección, la leyenda del equipo quejumbroso y acostumbrado a llevarse golpes se convertía en una novela rosa en la que todo iba bien. No es cuestión de un mes o dos, son años en los que la ambición ha crecido y los esfuerzos económicos se han redoblado. El club rojiblanco sigue por debajo en presupuesto de sus rivales, pero sus objetivos deportivos por fin se pueden asimilar a los dos grandes.

Para eso ha tenido que haber un cambio fuerte en la filosofía, un nuevo estadio, estabilidad en la Champions y algunos éxitos en la formación de canteranos. Por encima de todo, pues explica el proceso entero, está el Cholo Simeone. Hoy el Atlético mira a los ojos del Real Madrid y no duda, no teme, no se coloca automáticamente en una posición de víctima. Los años en los que no había un rival real están en el pasado, la temporada anterior los rojiblancos les superaron en Liga, ya son varias temporadas en las que parece un duelo entre iguales. Hoy el Atlético se ve ganador y, aun en la incertidumbre, tiene lógica. Estos son los motivos por los que los rojiblancos pueden (o no) llevarse este derbi.

Foto: Julen Lopetegui en el banquillo del Sánchez Pizjuán. (Reuters)

Simeone vs Lopetegui

No hay entrenador en el mundo que públicamente se considere más importante que sus jugadores. Ellos son los artistas, ellos ganan y pierden, ellos son, en definitiva, el fútbol. La historia, sin embargo, se obceca en dar ejemplos en los que un hombre vestido de traje era la clave de un conjunto entero. Simeone no tirará un solo pase esta temporada, ni falta que le hace, pero todo lo que ocurra en su equipo tendrá relación directa con su forma de ver el fútbol y la tensión que es capaz de poner a sus equipos sin llegar a romperlos. Los aficionados atléticos recuerdan nombres como Gregorio Manzano, Abel Resino, Javier Aguirre, Pepe Murcia, César Ferrando y, después de pasar la jaqueca, entienden la diferencia que puede llegar a marcar un técnico. Simeone es un seguro, en los siete años que lleva en ese banquillo ya ha probado con creces que es eficiente, que lleva al equipo al límite, que estudia los encuentros como pocos y que nadie es más capaz que él para dar moral a la tropa. No le pidan un juego florido, las veces que ha coqueteado con eso ha terminado reculando, pero todo lo demás, lo relacionado con el resultado, es territorio Simeone.

¿Quién es Julen Lopetegui? Un entrenador que no tuvo mucho éxito en el Oporto, que no llegó a dirigir un Mundial con España, que hizo a las selecciones inferiores campeonas, siempre con equipos muy superiores a sus rivales. Es, por lo tanto, un producto por testar que en el Real Madrid, un cargo al que llegó después de unos cuantos rechazos de entrenadores de más nombre, va dando una de cal y otra de arena. Si contra la Roma aparentó haber creado un equipo indómito y genial, contra el Sevilla demostró que está muy lejos de los niveles en los que tiene que vivir el Real Madrid. Dicen desde el club que es un gran estudioso del fútbol, aunque esa está entre las cosas que el fútbol moderno no deja desentrañar, porque si pudiesen ponerle dos muros a Valdebebas mejor que uno, lo harían. También es cierto que, si en algún momento las cosas van mal, los mensajes serán los contrarios, se señalará la metodología torpona y las carencias para llevar un grupo así. Esa es también la historia del Real Madrid.

En todo caso, y a falta de más datos, ahora mismo la experiencia y la calidad demostrada ponen claramente por encima a Simeone de su rival. Le suma a eso la experiencia, que todo aporta cuando lo que toca es un duelo de esa altura.

placeholder La desesperación del Madrid en Sevillla. (EFE)
La desesperación del Madrid en Sevillla. (EFE)

La ausencia de Marcelo

Es un jugador genial, de esos que son capaces de cambiar un partido desde la banda izquierda. Marcelo ya no es un jugador por descubrir, hace años que ocupa su posición en el Real Madrid y se ha convertido en un jugador clave por la cantidad de alternativas ofensivas que es capaz de darle al equipo. No se recuerda un lateral como el, tan influyente en el juego, tan virtuoso, capaz de no solo restringirse a la banda sino de entrar por el centro del campo y sorprender. Marcelo es un 2, pero bien puede convertirse en el 10 del equipo en cualquier momento. O en el 6. Está lesionado, no se le verá en el Bernabéu.

Una baja así siempre es importante, pero todavía más si se piensa en este partido concreto. A lo largo del tiempo, el brasileño ha demostrado que es uno de los pocos seres humanos capaces de enloquecer a Diego Simeone. El argentino es cartesiano, lo tiene todo pensado y preparado, pero no existe un modo humano de prever a Marcelo. En muchos de los duelos entre ambos equipos de las últimas temporadas, la clave ha llegado desde el lateral, en esos momentos en los que se descuelga y es capaz de aparecer por cualquier lugar del campo. El Cholo nunca supo programar todo eso, en buena parte porque el juego de Marcelo siempre fue genial improvisación.

Es cierto que el lateral madridista, antes de lesionarse contra el Sevilla, ya estaba dando muestras alarmantes de baja forma física y deportiva. Se ha encontrado este año sin competencia y él, que no es el más disciplinado de los seres humanos, ha llegado a este inicio de temporada por debajo del nivel esperado. El Real Madrid le necesitará en la temporada y este fin de semana, sin duda, le echará de menos.

Foto: Diego Costa, esta temporada. (Reuters) Opinión

Las contras

El Atlético de Madrid, mucho antes de la llegada del Cholo, se ha definido desde la defensa y la velocidad. Es un equipo que históricamente ha dependido del contragolpe, y Simeone, aunque le ha dado más dimensiones al conjunto, nunca ha rechazado esas cualidades. Diego Costa y Griezmann son dos grandes finalizadores, entienden el juego en largo y son capaces de desmochar una defensa con muy pocas ocasiones. Están bien entrenados para ello y podrían ejecutarlo sin mirar.

El Real Madrid, según las últimas averiguaciones, no es capaz de defender esta jugada. Contra el Sevilla, el equipo sufrió tremendamente con la velocidad, fue incapaz de contener un arte que el Atlético de Madrid conoce como pocos equipos. Puesto por escrito, es como para que los blancos tengan miedo. Ramos y Varane son bastante mejores en abril que en septiembre, especialmente el de Camas, que tiene muchísimo potencial y una capacidad casi infinita de no concentrarse en los momentos en los que la vida no está en juego. Se dará golpes en el pecho pensándose el mejor central del mundo, pero esa frase solo puede ser correcta, con cierta generosidad, si se termina con un "a veces".

Se supone que con Nacho en el lateral, que tendrá que entrar por Marcelo, la defensa será más seria y menos atrevida en ataque. Sumar un jugador más, con escasa proyección ofensiva, puede ayudar a los blancos a contener las contras que, a buen seguro, llegarán. Motivos para dudar no faltan.

placeholder Diego Costa no pasa por su mejor momento. (EFE)
Diego Costa no pasa por su mejor momento. (EFE)

El poder de las estrellas

Viendo los presupuestos, siempre mayores en el Real Madrid, se podría deducir que las estrellas que más brillan visten de blanco. El año pasado era indudable, estaba Cristiano Ronaldo, un jugador que trasciende a su tiempo, de los mejores de la historia del club. Ahora, sin embargo, las dudas son lógicas. Modric acaba de ganar el premio The Best y a nadie sorprendería que ganaste también el Balón de Oro, pero no es un gran goleador, su influencia en el juego es amplia, aunque en la definición tradicional de estrella puede entrar más fácilmente, por ejemplo, Griezmann.

Bale puede resolver un partido, como también puede hacerlo Diego Costa. Al Madrid, en estas primeras semanas, le está faltando contundencia, incluso en los mejores partidos, esos en los que ha dominado y asediado al rival, la falta de gol ha resultado llamativa. Es normal en parte, ya no está Cristiano, durante mucho tiempo el más productivo de todos los jugadores del campeonato. En eso ambos equipos se han equilibrado, y la diferencia entre los blancos y los atléticos ya no es objetiva sino de gusto. Hay quien prefiere a Benzema y a Bale, pero estar del lado de Griezmann y Costa no es ilógico.

Las diferencias de este Atlético con aquel que perdía año sí, año también contra el Madrid es que la plantilla actual es mucho mejor. Ya no hay Musampas ni Seitaridis, la calidad media del equipo es muy superior a lo que fue, equiparable a la de cualquier equipo de Europa. Y eso, por supuesto, incluye al vecino.

Foto: Sergio Ramos, este miércoles, en el Sánchez Pizjuán. (Reuters)

El centro del campo

Esta es la vía que tiene el Real Madrid para ganar el partido, pero ni siquiera por este lado es seguro que vayan a superar a los rojiblancos. Modric, Kroos y Casemiro han demostrado en estos años que son bien capaces de ordenar el juego. No estará Isco, que en el principio de temporada ha servido como cuarto vértice de la medular, pero Lopetegui puede optar por meter a Asensio ayudando a la confección del juego.

Son jugadores de un criterio magnífico, más que testados. En frente, el Atlético ha tenido dudas. En no mucho tiempo será el territorio de Rodri, pero como novato que es, Simeone está jugueteando con él, alternándole en la titularidad por más que todos tengan claro que él es el más capacitado para diseñar un centro del campo competitivo y para ocupar el hueco de Gabi, que tras muchos años de servicio se marchó el pasado verano.

Lo más lógico es pensar que los blancos tendrán el balón. El Atlético, como mucho, presionará arriba para no hacerle cómoda la tarde en el Bernabéu. La victoria del Real Madrid pasa por tener el control del juego y acertar las ocasiones que tendrá. Los rojiblancos pueden vivir con mucho menos, pero eso también les pone a merced de la inspiración del rival.

Fue el verano de la euforia del Atlético de Madrid. En unos pocos días vieron como Griezmann rechazaba al Barcelona, como en su plantilla aparecían de repente tres campeones del mundo más -algo no tan habitual en su historia- y como su mayor enemigo caía en depresión tras la salida de uno de los mejores jugadores de su historia. Todo hilaba a la perfección, la leyenda del equipo quejumbroso y acostumbrado a llevarse golpes se convertía en una novela rosa en la que todo iba bien. No es cuestión de un mes o dos, son años en los que la ambición ha crecido y los esfuerzos económicos se han redoblado. El club rojiblanco sigue por debajo en presupuesto de sus rivales, pero sus objetivos deportivos por fin se pueden asimilar a los dos grandes.

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