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Los agujeros del VAR: por qué no es perfecto y va a seguir generando polémica
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EL ÁRBITRO SIGUE TENIENDO LA DECISIÓN FINAL

Los agujeros del VAR: por qué no es perfecto y va a seguir generando polémica

El VAR fue básico a la hora de juzgar una jugada en el Camp Nou que hizo que el Barça jugara más de cincuenta minutos con un hombre menos frente al Girona

Foto: Gil Manzano, revisando en el VAR la jugada que supuso la expulsión de Lenglet. (Reuters)
Gil Manzano, revisando en el VAR la jugada que supuso la expulsión de Lenglet. (Reuters)

Corría el minuto 34 del partido entre el Barcelona y el Girona. Stuani se inventa un gran pase de tacón hacia Pere Pons, que encara a la defensa azulgrana. Lenglet sale al cruce para cortar el balón y ambos jugadores terminan en el suelo: en un primer momento, todo apunta a que es falta del centrocampista del Girona que, tras darse largo el balón, golpea al francés. Pero el VAR dicta sentencia: roja al zaguero azulgrana por una agresión en la cara del rival. ¿Justo? ¿injusto?

Mucho debate se ha generado en torno a la jugada entre Lenglet y Pons, donde existen dos puntos de vista muy diferenciados: los que hablan de 'robo' por una roja que no debía de haber existido y los que ven una agresión clara y, por tanto, una expulsión merecida. ¿Quién tiene la razón? La respuesta es sencilla: el árbitro, que es quien toma la decisión apoyado por un equipo de colegiados y por las imágenes, que terminan de completar las sensaciones que ha tenido sobre el césped.

Foto: El FC Barcelona perdió los dos primeros puntos de la temporada. (Reuters)

El VAR ha llegado al fútbol para ayudar al colegiado y, por tanto, en muchas ocasiones lo hace aún más justo. Sin ir más lejos, este fin de semana hemos tenido un caso claro, como lo fue el gol de Marco Asensio al Espanyol que Mateu Lahoz había anulado por fuera de juego. El videoarbitraje confirmó que en el momento en el que le llegó el balón al centrocampista blanco no se encontraba adelantado y, por tanto, el tanto subió al marcador. Es un caso de justicia que arregló el VAR.

Recordemos que el VAR se aplica en cuatro casos: para determinar si un gol es legal o no; si ha existido penalti; si una jugada merece ser roja; o si hay dudas con la identidad de un futbolista. En las propias bases de su uso, ya se ve dónde puede estar su mayor 'agujero': en los supuestos dos y tres siempre interviene la subjetividad del colegiado, del encargado de impartir justicia, y las imágenes solo sirven para que su decisión se encuentre sustentada en lo que puede no haber visto a la primera.

Eso es precisamente lo que ocurrió en el caso de Lenglet: Gil Manzano, en primera instancia, no vio lo que había sucedido más allá de la falta de Pere Pons, pero Del Cerro Grande, el responsable del VAR, le avisó de que se había producido un impacto del codo de Lenglet a su rival. Tras acudir a revisarlo, el colegiado del encuentro determinó que existía intencionalidad en el golpeo. ¿Existió? Solo Lenglet lo sabe, pero el colegiado interpretó que no fue un movimiento lógico de su extremidad.

placeholder Momento en el que el codo de Lenglet impacta en la cara de Pere Pons
Momento en el que el codo de Lenglet impacta en la cara de Pere Pons

La subjetividad sigue existiendo

Es la misma situación que lo que ocurrió en la tercera jornada de Liga en el derbi entre el Betis y el Sevilla, curiosamente con los mismos colegiados tanto en el césped como en el VAR: Pau López se disponía a sacar y en su camino chocó con Roque Mesa, que ya tenía amarilla. En el impacto, ambos jugadores cayeron al césped y Gil Manzano consideró que se trataba de una obstrucción al saque y, por tanto, amonestación. Al ser la segunda tarjeta, el Sevilla se quedó con un hombre menos.

En esta ocasión, el árbitro no recurrió al VAR y expulsó al jugador por segunda amarilla. ¿Por qué? Porque en el VAR no se pueden analizar segundas tarjetas que supongan una expulsión y el árbitro se dejó llevar por lo que vio sobre el césped. ¿Podría haber recurrido al videoarbitraje? Solo si Del Cerro Grande hubiera interpretado que Pau López agredió al centrocampista canario y hubiera supuesto la roja para el meta bético (y, por tanto, penalti). Como no fue el caso, esa jugada no se revisó.

De momento, en las primeras cinco jornadas ligueras en las que se ha aplicado el VAR, las sensaciones que deja confirman que hacen del fútbol un deporte mas justo, aunque no servirá para acabar con toda la polémica. Al final, el árbitro sigue siendo el juez máximo del partido y el que valora la gravedad de las jugadas, apoyado por otras herramientas como otro grupo de colegiados y las imágenes del vídeo: ahora, el VAR será el nuevo motivo de discusión en el bar.

Corría el minuto 34 del partido entre el Barcelona y el Girona. Stuani se inventa un gran pase de tacón hacia Pere Pons, que encara a la defensa azulgrana. Lenglet sale al cruce para cortar el balón y ambos jugadores terminan en el suelo: en un primer momento, todo apunta a que es falta del centrocampista del Girona que, tras darse largo el balón, golpea al francés. Pero el VAR dicta sentencia: roja al zaguero azulgrana por una agresión en la cara del rival. ¿Justo? ¿injusto?

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