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Nacho, el suplente ideal que no se queja, no falla, no es orgulloso y (casi) no se lesiona
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destaca por su polivalencia

Nacho, el suplente ideal que no se queja, no falla, no es orgulloso y (casi) no se lesiona

El jugador tuvo un pinchazo en el 'isquio' durante el partido contra Las Palmas, su primera lesión desde infantiles aunque no parezca que sea de consideración. Su ausencia sería fatal para los blancos

Foto: Nacho, en un partido reciente. (Reuters)
Nacho, en un partido reciente. (Reuters)

La confección de una plantilla es un proceso complejo, especialmente en las piezas secundarias. Fichar a una estrella mundial es más caro que difícil. Cuando has decidido que quieres que, por ejemplo, Gareth Bale vista de blanco te sientas con un señor, en este caso llamado Daniel Levy propietario del Tottenham, y esperas en un largo tira y afloja hasta que admites que llevarte a un jugador así te va a costar la herencia. Luego saldrá como salga, pero no deja de ser cosa de tomar una decisión y dejarse unas tardes conversando.

Es más complicado el relleno de una plantilla. Las fichas son limitadas, como el dinero, y hay que saber administrarse en las zonas menos nobles. Se necesita conocer bien el mercado pero, más que eso, conocer a los propios jugadores. Si el Madrid tuviese dirección deportiva más allá de su presidente, miraría a su defensa y se daría cuenta de que los titulares son muy buenos, sí, pero tienen algún pero. No todos, solo algunos de ellos, suficiente para obligar a tener suplentes de garantías.

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Varane, por ejemplo, es de naturaleza frágil. Del mismo modo que sabes que Sergio Ramos va a jugar siempre que no esté sancionado, con el francés hay que asumir que habrá meses en la temporada en los que tendrá que descansar con frecuencia y que es mejor que no sea titular diez partidos seguidos, que sus articulaciones no tienen la resistencia idónea para eso. Algo similar se puede decir de Marcelo, que siempre tiene alguna lesión muscular que le incapacita durante un mes. Sale a cuenta, tanto uno como otro son jugadores a la altura de la institución y compensan sus ausencias con muchos meses de brillo, especialmente en el caso del brasileño, clave en el fútbol del Madrid.

No vale pensar que no pasará, si así sucede finalmente será una fortuna para el equipo. Las lesiones son un engorro, pero no son accidentes meteorológicos, no todos los jugadores tienen las mismas opciones de pasar por la enfermería. Una lesión te quita a un jugador durante un tiempo, impide generar determinadas dinámicas en el equipo. La recuperación, además, hay que hacerla en un tiempo en el que los compañeros ya están a tope. El Madrid tiene dos jugadores más que pasan frecuentemente por el dique seco, aunque por sus posiciones en el campo hay más piezas posibles para sustituirles: Bale y Modric. Las opciones son diferentes allí, pues se puede cambiar el dibujo para que se adapte a sus ausencias. Eso no ocurre con el lateral izquierdo, cuya función específica es más clara y difícil de modificar.

Con toda esta concepción, tener a Nacho es una bendición. El madrileño se retorcía de dolor en el Estadio de Gran Canaria. Se había llevado un golpe importante y había tenido que ser sustituido. Del mismo modo que se espera que eso le pase a Bale o a Marcelo se da por hecho que el defensa está fuera de esas cuitas terrenales. Se ha lesionado, horror. Es la primera vez que puede perderse un partido desde que era infantil.

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Karim Benzema celebra un gol con Nacho. (Reuters)

Algo más que cumplidor

Es cierto que hay algo de truco, porque Nacho no ha sido siempre un jugador con muchos minutos. Con el tiempo ha ido creciendo en la plantilla, entre otras cosas porque, como se explicaba al principio de este texto, es uno de esos jugadores que rellenan mucha plantilla con muy poco. Puede jugar de lateral izquierdo y derecho, también de central. Pero tener la posibilidad de hacerlo es insuficiente, porque se puede ser un fardo al que colocas en cualquier sitio, pero no funciona. No es el caso, Nacho cumple de sobra. No es un lateral ofensivo, pero en defensa puede encontrarse cualquier rival y dar cierta tranquilidad. No es un central exuberante, ni siquiera es uno alto, pero sabe posicionarse y es lo suficientemente inteligente para enfrentarse a otros más poderosos.

La presencia de Nacho llevó al Madrid, quizá equivocadamente, a plantear una defensa extraña para este año. Ramos, Varane, Carvajal y Marcelo son material testado de sobra, los titulares. Luego él, un experto y capaz de jugar en todas partes. Con estos cinco y, sobre todo, con la polivalencia del último, los blancos pensaron que había suficiente y que lo demás podía ser cubierto por meritorios, jugadores por probar y otros géneros aún no adaptados. Achraf, Vallejo y Theo podían haber sido los suplentes reales si no fuese porque ninguno dio el nivel que se les presuponía. No tienen la confianza de Zidane y solo jugarán minutos importantes en caso de desgracia.

Foto: Isco celebra uno de sus tres goles a Argentina con España en el Metropolitano. (Reuters) Opinión

Nacho fue el que reemplazó a Carvajal cuando llegaba Neymar, a nadie se le pasó por la cabeza que ese puesto lo ocupase el más específico Achraf. Un pinchazo en el 'isquio' no debería tener más relevancia, Nacho sigue siendo una suerte de Robocop indestructible, siempre presente a la llamada del entrenador. Y en verano, cuando estén pensando en cómo cerrar los puestos del 16 al 25 de la plantilla, recordarán que tienen una navaja suiza en la zaga que les permite arriesgar y ser creativos. A veces son solo detalles, jugadores que no son centelleantes pero sí muy útiles, que cubren las fichas de varios y que con su juego permiten a los rectores de un equipo un margen de maniobra para poder equivocarse un poco más. Nacho no levantará demasiado la voz, no es su estilo, pero igual la próxima vez que tenga que renovar no está de más que recuerde el miedo que sintieron todos cuando le vieron dolorido en un banquillo. No pasa con todos los jugadores.

La confección de una plantilla es un proceso complejo, especialmente en las piezas secundarias. Fichar a una estrella mundial es más caro que difícil. Cuando has decidido que quieres que, por ejemplo, Gareth Bale vista de blanco te sientas con un señor, en este caso llamado Daniel Levy propietario del Tottenham, y esperas en un largo tira y afloja hasta que admites que llevarte a un jugador así te va a costar la herencia. Luego saldrá como salga, pero no deja de ser cosa de tomar una decisión y dejarse unas tardes conversando.

Zinédine Zidane