Un poco de alegría de Bale resuelve el enésimo trámite del Madrid en Liga

Siguen teniendo los partidos ligueros del Madrid ese ambiente de amistoso que los hace poco digeribles. Es lógico, los blancos no van a ganar esta Liga y no se van a quedar fuera de los puestos de la Champions League. Pensar de verdad que el segundo puesto puede ser un objetivo real es juguetear con los conceptos, a nadie importa realmente el segundo escalón, si acaso será tomado en cuenta si se lo juegan en la última jornada y pueden ponerle algo de picante a la batalla con el Atlético. A largo plazo no es nada. Pero, como esto se inventó hace décadas, los partidos hay que disputarlos igualmente.

Sirven estos partidos para cosas diferentes, secundarias. Tuvieron minutos Vallejo, Achraf, Llorente y Theo. También Bale. No están en el mismo grupo de jugadores pero todos, por unos motivos u otros, han terminado recalando en el banquillo y esperando sus oportunidades. Escasas en los primeros casos, notables pero inferiores a lo esperado cuando se habla del galés. Jugar en Las Palmas da también para no pasar asfixias. Los insulares son uno de los equipos más limitados de la competición, parecen abocados al descenso y en un día medianamente bueno, que el Madrid tuvo, no supone una resistencia real.

Opinión

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Contra un equipo así el Madrid suele dominar, más aún si coloca en el medio del campo a Modric y a Casemiro. Uno por talento, el otro por esfuerzo, son capaces de merendarse rivales y administrar balones a su libre entender. Los dos fueron sustituidos cuando aún faltaba media hora de juego, Zidane también sabe que la prueba de verdad, la que medirá sus posibilidades de seguir en ese banquillo, es el martes en Turín. La primera de unas cuantas.

Modric estos partidos grises, con calor y sol y sombra, los utiliza para jugar un rato. No se exprime 90 minutos, pero se inventa un pase perfecto para que Bale corra un rato y fusile a Chichizola para el primer gol. Es cierto que el argentino es uno de los peores porteros titulares que se recuerdan en Primera División, que pudo hacer más para atajar esa bola, pero al galés le vale igual, tampoco todas las semanas hay que desbordar a Oblak. En esa jugada mostró las que son sus mejores cualidades, punta de velocidad, suficiente para rebasar a un central, y buen disparo cuando no piensa. Mucho tuvo que ver en el gol el pase del croata, que casi se da por descontado aunque no debería ser así. No hay muchos jugadores que sepan hacer tantas cosas jugando con un balón.

La lesión de Nacho

Poco después de ese gol se lesionó Nacho. Esto es un gran acontecimiento porque el ¿central? ¿lateral? no se había lesionado nunca como profesional. NUN-CA. Es otra de esas cosas que tiene Nacho, un jugador al que igual no le recuerdan dentro de 15 años pero que ha demostrado sobradamente su utilidad y polivalencia. Sin haber sido titular en el equipo, porque no lo es, su habilidad de cumplir convenientemente con todas las funciones que le son encomendadas es realmente asombrosa. Se retorcía en el banquillo el pobre sufriente, aunque a la salida esperaban que no fuese tanto. Un golpe, poco más. Igual es solo que no acostumbra al dolor, es lo que tiene ser de acero.

El partido siguió, con ese ritmo lento, trabado, un poco pegajoso. La ventaja era escasa, es cierto, pero pronto llegaría Calleri para solucionarlo. No, el delantero no marcó gol sino que hizo un penalti para esclarecer más aún el marcador. Un penalti clarísimo y absurdo, patada por detrás a Lucas Vázquez en una esquina del área, una jugada que ya estaba sentenciada a la intrascendencia pero que gracias al delantero del Las Palmas retomó la vida y se convirtió en el segundo gol blanco. De Benzema, en este caso, que con Cristiano ausente se pidió el turno para maquillar un poco su muy pobre estadística goleadora de este año.

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Le dio la tarde al Madrid para marcar otro penalti. Fue poco después del descanso y, como en el caso anterior, también consecuencia de otra torpeza de un jugador del La Palmas. Siempre hay que evitar el penalti, pero mucho más en los casos en los que la posibilidad de que te marquen un gol son ínfimas. Llego Bale y lo marcó, consiguiendo así marcar dos tantos en la tarde y convertirse en el héroe del día. Magro premio el de ser un héroe en una tarde tan intrascendente. Igual le sirvió para coger confianza, aunque probablemente no, a estas alturas no se engañan los profesionales, los días como estos son burocracia con botas.

Con el partido resuelto sacaron a otros meritorios: Kovacic y Marcos Llorente. No es un examen cuando no puede pasar nada. El Madrid jugó más o menos bien, pudo marcar más goles y se fue al vestuario rápido. El único daño colateral es Nacho, todo lo demás entraba en el guión, este guión aburrido al que los blancos han obligado a sus aficionados desde hace meses. El martes llega la Champions, otro rollo.

Ficha técnica

0. UD Las Palmas: Chichizola: Míchel Macedo (Jairo, min. 46), Gálvez, Ximo Navarro, Aguirregaray; Javi Castellano; Halilovic, Aquilani, Vicente Gómez (Erik Expósito, min. 46), Momo (Ezekiel, min. 85); y Calleri.

3. Real Madrid: Keylor Navas; Nacho (Achraf, min. 29), Varane, Vallejo, Theo; Lucas Vázquez, Casemiro (Marcos Llorente, min. 61), Modric (Kovacic, min. 61), Bale; Asensio y Benzema.

Goles: 0-1, min. 26: Bale. 0-2, min. 39: Benzema, de penalti. 0-3, min. 51: Bale, de penalti.

Árbitro: Pablo González Fuertes (Comité Asturiano). Mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Momo (min. 35), Gálvez (min. 45+3) y Ximo Navarro (min. 51).

Incidencias: partido de la trigésima jornada de LaLiga Santander disputado este sábado en el Estadio de Gran Canaria ante 22.942 espectadores, según informó el club local. Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Luis Hernández Ortega, exjugador de la UD Las Palmas entre 1973 y 1976.