El pupitre de colegio de Cristiano en Eibar
La SD Eibar es el equipo más modesto de Primera, con un presupuesto diez veces menor al de su rival de este fin de semana, el Real Madrid, y con una naturalidad que llama la atención
“No tenemos más espacio. Todo está justo. De hecho, esos pupitres que hay debajo de las cabinas de radio son para los jugadores no convocados. Así que si Cristiano al final no es convocado, se sentaría en uno de esos”, comentaba el director de comunicación, Unai Artetxe, a El Confidencial este viernes por la mañana. Y son pupitres como el de una escuela normal y corriente, como todo lo que rodea al Eibar. Al final, tras las dudas iniciales, Zidane decidió convocar para el choque de este sábado al portugués y serán otros jugadores los que —de haber viajado— podían acomodarse en tan llamativo asiento para ver el Eibar vs. Real Madrid (a las 13:00 horas). En la modesta casa del club armero, más allá de la ilusión de enfrentarse a “jugadores mejores” –como señaló Mendilíbar este viernes—, poco más varía la vida del equipo más humilde de la Liga.
La SD Eibar es un parque temático del fútbol. Se puede acariciar el balompié romántico y crudo, participar de él e interactuar con los protagonistas. “Eso es que vienes poco por aquí. Es algo que es normal y después charlamos de cualquier cosa como si nada”, explica Mendilíbar en rueda de prensa previa al choque frente al Madrid, cuando un periodista le cuestiona por los tacos que ha utilizado para reprochar una acción a José Ángel durante el entrenamiento. El espectador se acerca tanto a la acción que se puede asombrar con determinadas actuaciones. Quien se pase por un entreno en Atxabalpe, los campos donde entrena el Eibar, podrá saborear cada comentario –positivo o negativo– que Mendi habitualmente realiza a los suyos durante un partidillo o en cualquier ejercicio para tratar de automatizar movimientos. Un deleite y un espectáculo para el amante del balón, además de una lección –y privilegiada oportunidad– para poder interpretar mejor un partido o este deporte.
Se escucharán insultos, vaciles, reproches, felicitaciones, correcciones, piropos… reacciones que, sacadas de contexto, podrían servir de portada de un periódico o la apertura de un telediario. Ejemplo: “Mendilíbar llama **** a un futbolista suyo en pleno entrenamiento”. ¿Y? Después le puede dar un abrazo, explicarle el fallo o el jugador reconoce su error… Cualquier gesto o acción posterior naturaliza ese comentario que es normal dentro de este contexto. Es su manera de expresarse, la que le sale en ese momento y que él mismo reconoce. ¿Y si Zidane hiciera lo mismo o cualquier otro técnico de un equipo más mediático? Entre otros motivos (tácticos, principalmente), por el respeto a la intimidad y para no depender del punto de vista del informador, la mayoría de entrenamientos de los equipos de élite son a puerta cerrada. Durante un entreno hay espacio para las quejas, gritos, alabanzas… Expresiones normales dentro de un grupo que convive y cuyo objetivo es luchar como si de una familia se tratara, con sus alegrías y sus penas. Hay veces que estos episodios se tergiversan y crean ruido en torno al equipo.
Las literas de Ipurua para la siesta los jugadores
Acudir a Atxabalpe es sentirse dentro del propio equipo, ser prácticamente parte de una plantilla que este viernes, tras su entreno en las instalaciones situadas en Mondragón, fuer rápidamente hacia el 'txoko' que hay en el propio estadio de Ipurua. Allí, en este modesto ‘restaurante’ para los miembros del club, los futbolistas se encargan de poner y quitar la mesa para degustar unas raciones estudiadas a conciencia por la nutricionista del club, Aurora Cid. Posteriormente, subiendo unas escaleras, pueden descansar en unas literas donde suelen reposar y echarse la siesta antes de encarar un encuentro. Es su ‘hotel de concentración’ particular, ubicado en una de las esquinas del modesto estadio, el más pequeño de Primera, con 7.056 localidades (la previsión es ampliarlo hasta 9.000 en breve). Su presupuesto también está lejos de los grandes porque con 45 millones anuales es quince veces menor al de su rival de esta semana.
El museo del Eibar, también en las entrañas del estadio, es igualmente sencillo, pero con joyas como las fichas federativas de Silva o Xabi Alonso, y en el palco ocurre lo mismo: poco más de 50 butacas y un antepalco en el que las paredes no son lo que parecen, ya que suelen convertirse en armarios empotrados que hacen las veces de almacén. Todo está medido al milímetro en este modesto club que “podía estar ahora mismo como el Barakaldo o el Langreo –entre Segunda B y Tercera– de no ser por el ascenso a Segunda ante L’Hospitalet en 2013”, comenta el utilero Zapico mientras limpia las botas de sus futbolistas. Cada detalle ha influido para este milagro llamado SD Eibar, que tiene accionistas repartidos por 69 países y que es capaz de mandar a Cristiano Ronaldo a un pupitre de colegio para ver el partido si Zidane no le hubiera convocado (dejó fuera y se quedaron en Madrid Luca Zidane, Achraf, Vallejo, Llorente, Ceballos y Mayoral). Para ellos es un lujo estar en Primera, y para la Primera es un lujo que uno de sus equipos sea capaz de acercar tanto el fútbol a un aficionado.
“No tenemos más espacio. Todo está justo. De hecho, esos pupitres que hay debajo de las cabinas de radio son para los jugadores no convocados. Así que si Cristiano al final no es convocado, se sentaría en uno de esos”, comentaba el director de comunicación, Unai Artetxe, a El Confidencial este viernes por la mañana. Y son pupitres como el de una escuela normal y corriente, como todo lo que rodea al Eibar. Al final, tras las dudas iniciales, Zidane decidió convocar para el choque de este sábado al portugués y serán otros jugadores los que —de haber viajado— podían acomodarse en tan llamativo asiento para ver el Eibar vs. Real Madrid (a las 13:00 horas). En la modesta casa del club armero, más allá de la ilusión de enfrentarse a “jugadores mejores” –como señaló Mendilíbar este viernes—, poco más varía la vida del equipo más humilde de la Liga.