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Atlético de Madrid-Barcelona, un partidazo de bandera y de banderas
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a las 20.45 los rojiblancos se juegan su liga

Atlético de Madrid-Barcelona, un partidazo de bandera y de banderas

El duelo, uno de los más clásicos del campeonato, viene marcado por la situación política en Cataluña. Se espera que la grada del Metropolitano reciba con hostilidad al equipo azulgrana

Foto: La grada del Wanda, cuajada de banderas. (EFE)
La grada del Wanda, cuajada de banderas. (EFE)

Muchos aficionados atléticos rumian sobre la frialdad del nuevo Wanda Metropolitano. Aceptan que el cambio ha sido a mejor, que el estadio es más amplio, más cómodo, mucho más moderno y grande que el Calderón, que la mudanza supone un cambio lógico en una institución que aspira a seguir creciendo en el panorama mundial del fútbol. Todo eso bien, por supuesto, pero el viejo estadio era más que eso, era un hogar, el lugar donde cada quince días se desfogaban y que sonaba en el más alto de los volúmenes, un espacio que solo era frío en temperatura, nunca en ambiente, y en el que los cánticos retumbaban desde la primera fila hasta el gallinero. Hasta algún veterano jugador ha constatado lo que todos ven, que se echa de menos la casa que fue.

La afición atlética está de pruebas, mirando cómo puede hacer de la joya arquitectónica un lugar en el que el sonido mande y amedrente a los rivales. Ya ha pasado por el Wanda el Sevilla, uno de los clubes menos queridos por los rojiblancos, pero no fue suficiente. Este sábado, sin embargo, se espera que el calor sea mayor que en otras ocasiones. No por los motivos adecuados, probablemente, pero es que hay cuestiones que no tienen programación posible. Recibe el Atlético al Barcelona, uno de los grandes partidos de La Liga, de siempre, de toda la vida. Este año, sin embargo, es imposible disociar completamente la cita con el entorno.

Foto: Piqué durante el España-Albania del viernes pasado en Alicante. (EFE)

Porque el Barcelona no es solo el líder y uno de los dos mastodontes del campeonato, también es el equipo de Cataluña. Y está la política como está, agitada, casi al borde de un ataque de nervios. La significación del club azulgrana es más que evidente, en estas semanas ha expresado su adhesión al derecho a decidir, se ha sumado al paro independentista, ha forzado que un partido en su estadio se juegase a puerta cerrada y se ha alineado con bastante nitidez con los postulados del independentismo. Siempre fue un club bastante político, pero las cotas de las últimas semanas son indudablemente mayores.

En la directiva del Barça, que ha forzado buena parte de esta situación, hay miedo del recibimiento que puedan encontrarse en el Metropolitano. En realidad, va más allá de este partido, pues dan por hecho que durante un tiempo su significación política supondrá un aumento de la hostilidad que se encuentren en las gradas cuando sean el equipo visitante. Pitos, muchos pitos, abucheos, cánticos y, por supuesto, banderas de España.

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GRA475. MADRID, 16 09 2017.- Un paracaidista con una bandera española aterriza en el terreno de juego antes del partido entre Atlético de Madrid y Málaga, de cuarta jornada de liga en Primera División, en la inauguración del estadio Wanda Metropolitano, en Madrid. EFE Javier López

Las cadenas de Whatsapp

"El que quiera ponerse una venda antes de tener la herida lo puede hacer. El ambiente será espectacular, es un partido entre dos equipos que quieren optar a ganar la Liga, pero esto es un partido de fútbol, no es más", dice Valverde, técnico del Barcelona, intentando quitar hierro a lo que sabe que será un partido especialmente caliente. Los 'whatsapp' se expanden como la pólvora entre los aficionados rojiblancos. Hay que ir a animar con camiseta rojiblanca y bandera rojigualda, dicen. Quieren hacer del estadio un fortín y este partido es, en el mejor de los casos, una buena excusa para ello.

No está de más recordar que los aficionados radicales del Atlético, el Frente, ahora algo menguado, era fundamentalmente de ideología de extrema derecha y españolista. Las banderas españolas siempre estuvieron muy presentes en su zona y se quiere que esta semana rebroten como flores en primavera. El himno rojiblanco, por cierto, también deja bastante claro de dónde es el equipo, pues en uno de sus versos, cantado a voz en grito por cualquier aficionado que se precie, se habla con contundencia del equipo como "rey de la furia española".

Foto: Saúl es intocable para Simeone: ha jugado todos los minutos del Atlético de Madrid en lo que va de temporada. (EFE) Opinión

"En ese partido tenéis la responsabilidad y el deber de representarnos a todos los españoles y seréis nuestra voz y representaréis nuestro orgullo", dice uno de los muchos mensajes que están circulando por las redes, poco conciliadores, para qué engañarse. Desde el club, y en la boca del presidente Enrique Cerezo, se intenta apaciguar lo que se espera y darle al encuentro algo de normalidad. "Bartomeu viene y habrá comida de directivas como siempre. Creo que nuestros aficionados son conscientes de que una cosa es la política y otra un partido de fútbol", decía en estos días previos a sabiendas, probablemente, de que la confusión entre ambos conceptos, política y deporte, estará muy presente en las gradas del Metropolitano.

El Atlético, como viene haciendo desde que inauguró su nuevo estadio, preparará una bienvenida especial y ambientará los alrededores. Todo aséptico y apolítico, que hay miedo de que se desmanden las cosas aunque no se esperen muchos aficionados azulgranas, más que nada porque prácticamente no se les ha proporcionado entradas para el encuentro bajo la excusa de que se priorizan las peticiones de los socios no abonados. 200 o 300, no más, y en el ambiente está la sensación de que no es del todo conveniente aparecer con una camiseta del Barcelona en el estadio. Nunca debería ser así, pero...

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GRAF298 SANT JOAN DESPÍ (BARCELONA), 13 10 2017.- El delantero argentino del FC Barcelona, Leo Messi durante el entrenamiento que realiza la plantilla azulgrana para preparar el próximo partido de liga, que disputarán mañana en el Wanda Metropolitano ante el At. de Madrid. EFE Alejandro García

Messi y el estado del césped

Además de todo esto, de lo ambiental, se juega un partido de fútbol. Un partidazo, de hecho. El Barcelona se ha sacudido las dudas de la pretemporada y ha saldado sus siete partidos del campeonato con victorias. El Atlético no ha perdido, pero se ha dejado por el camino tres empates que les mantienen a seis puntos. Una derrota puede ser letal. En el Calderón esperan que a partir de enero el equipo sea considerablemente mejor, con Costa y con Vitolo pueden mirar cara a cara a cualquier equipo del mundo. Pero si la distancia es excesiva para cuando lleguen esos refuerzos no habrá manera de igualarse.

De fútbol se habla de Messi, porque es puro fútbol en sí mismo. El virus FIFA existe y todos los clubes lo saben, los jugadores, especialmente los sudamericanos, tienen una semana de trasiego, trastornos horarios y fatiga física. Messi, además, tuvo que salvar a su país del mayor descalabro. Marcó tres goles en Ecuador y demostró una tarde más que Argentina empieza y termina en él. Eso, lógicamente, es también una hipoteca futbolística. No es que vaya a desaparecer, no ha dejado de repente de ser Messi, pero habrá que comprobar cuál es su estado para encarar este partido, de exigencia máxima. Más aún si se tiene en cuenta que enfrente estarán los pretorianos de Simeone, un argentino feliz con la 'pulga' que hará todo lo posible por amargarle la existencia.

La otra línea de conversación está en el estado del césped, lo cual también es, como la catalanidad, una seña de identidad del Fútbol Club Barcelona. "No soy el jardinero, soy el entrenador, cuando tu me invitas a tu casa como con tu mantel, tus platos y tus vasos y cuando yo te invito a mi casa invito con mi mantel, mis platos y mis vasos. Cuando yo voy a tu casa no elijo qué plato quiero, sino que como en el que me ofreces. Por eso uno juega como local y otro juega como visitante", decía Simeone en la previa del encuentro. Suena a advertencia, se espera hierba alta y seca, parecida a la que dispuso el Getafe para enfrentarse a los azulgrana. Valverde, con sorna, responde al duelo: "Nos adaptaremos al menú, a la vajilla y a todo".

Muchos aficionados atléticos rumian sobre la frialdad del nuevo Wanda Metropolitano. Aceptan que el cambio ha sido a mejor, que el estadio es más amplio, más cómodo, mucho más moderno y grande que el Calderón, que la mudanza supone un cambio lógico en una institución que aspira a seguir creciendo en el panorama mundial del fútbol. Todo eso bien, por supuesto, pero el viejo estadio era más que eso, era un hogar, el lugar donde cada quince días se desfogaban y que sonaba en el más alto de los volúmenes, un espacio que solo era frío en temperatura, nunca en ambiente, y en el que los cánticos retumbaban desde la primera fila hasta el gallinero. Hasta algún veterano jugador ha constatado lo que todos ven, que se echa de menos la casa que fue.

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