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El Villarreal cierra el círculo: el Atlético invencible recuerda viejos fantasmas
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el gol de soriano silenció el calderón

El Villarreal cierra el círculo: el Atlético invencible recuerda viejos fantasmas

El mismo equipo que dejó KO al Atlético hace media Liga le borra de un plumazo la sonrisa de los morros y le hace mirar con desconfianza la tercera plaza y la semifinal vecinal de Champions

Foto: Fernando Torres solo tuvo diez minutos. (EFE)
Fernando Torres solo tuvo diez minutos. (EFE)

El buen Atlético de este tiempo se estrelló. Lo hizo otra vez con la misma montaña. Una cumbre que colapsa su portería y que perfora la contraria con exactitud y pocos recursos. El Villarreal ganó en el Calderón haciendo lo mismo que sabe hacer el que perdió, es decir, aguantar arropado sobre su portero y marcando en esa ocasión esporádica de gol que se encuentran inusitadamente. El mismo equipo que dejó KO al Atlético hace media Liga le borra de un plumazo la sonrisa de los morros y le hace mirar con mayor desconfianza la tercera plaza y la semifinal vecinal de Champions League.

La predisposición del Atlético de Madrid ha variado sustancialmente en los últimos meses. Seguro que recuerdan lo que pasó hace 19 jornadas exactas, es decir, una vuelta completa. Estábamos terminando la primera ronda de la Liga y el Atlético visitaba el todavía estadio del Madrigal. Era un momento crítico de la temporada, no porque se estuvieran decidiendo los puestos de la clasificación final, sino por las perspectivas a futuro que se podían intuir en aquel instante en el equipo rojiblanco. Antes de ese encuentro, había empatado contra el Espanyol en casa y ganado a Osasuna en Pamplona. Ese triunfo en Navarra era la única alegría que traía el Atleti después de dos derrotas consecutivas. En Vila-Real, el Atlético tocó fondo.

Ese día, los amarillos ganaron por un rotundísimo 3-0. No hubo la más mínima respuesta colchonera en ningún instante al rapapolvo que estaban recibiendo de un candidato a ocupar puestos europeos a final de curso. La guinda amarga a un pastel de mal sabor fue la lesión de Jan Oblak. Nada bueno surgió de ahí. Salvo una reacción. No se produjo exactamente en esa fecha, sino en enero, un mes después. El resurgir del Atlético contra el Barça en la Copa del Rey, pese a la eliminación, reanimó a un equipo medio muerto que empezaba a aspirar más a luchar por ser cuarto e ir a la fase previa de la Champions que por el título de Liga, como dijo a principio de temporada Simeone, cambiando por primera vez su discurso tripartidista.

Fue encontrarse tumbado en la lona, recibiendo los golpes del rival como si fuera víctima de McGregor y el árbitro no se decidiese a dar por terminado el combate, cuando el Atleti se levantó, inspiró una reconfortante bocanada de aire y empezó a vivir de nuevo. Las heridas se fueron curando milagrosamente al más puro estilo DiCaprio en 'El Renacido' y empezó a vengarse de todos sus enemigos. Solo el Barça le pudo meter mano otra vez con el resultado más habitual en el Calderón en esos duelos, un 1-2 que no hizo justicia a lo visto, pues por entonces, hablamos de hace ya dos meses, el Atlético ya había adquirido velocidad de crucero y ni el iceberg azulgrana iba a hundir la nave.

El Sevilla estaba a nueve puntos, ahora está a tres, que pueden ser cero, sí, pero en algún momento tenía que acabar esa racha y el dolor resurgió al encontrarse contra el mismo adversario. El Villarreal es el peor enemigo del Atlético de Simeone. Ni el Madrid (no en Liga, lo de la Champions es otra historia con próximo fascículo a la venta en una semana) le ha hecho tanto daño recientemente. No ha marcado ningún gol en 360 minutos al conjunto amarillo, es decir, en los cuatro últimos encuentros de Liga en los que se han enfrentado, obteniendo el durísimo balance de tres derrotas y un empate. Una de esas victorias castellonenses, la de hace dos temporadas, la originó un gol de Vietto. ¿Se acuerdan de él? Sampaoli no.

Y el Atleti jugó a lo mismo que lleva jugando estos meses: a ganar. No hay una destreza especial en el juego colchonero. No hay un dictamen que seguir más allá de la extrema competitividad de una plantilla exquisita que se siente cómoda con 'solo' ganar. Pero es que esa actitud no es solo una forma de jugar, es una forma de vida. Es una pura cuestión psicológica. El Cholo no ha implementado en estos meses cambios drásticos de esquema ni de jugadores. El esqueleto es el mismo, solo que ahora tiene músculos que le hacen moverse y una piel que le protege ante la contaminación exterior.

Durante semanas, los jugadores rojiblancos dudaron de sí mismos, de su filosofía, de la manera en la que habían vivido con destreza durante un lustro victorioso. Ese segundo tiempo contra el Barça en el Calderón les recordó que no tenían por qué hacerse preguntas existeniales, que la única realidad que tenían ante sus ojos era la misma que habían vivido con anterioridad, que solo estaba dormida en algún lado de su subsconsciente y que la hipnosis azulgrana les hizo reencontrar. El Villarreal les dejó inconscientes y fueron poco a poco recobrando la verticalidad y recordando quiénes eran hasta que se miraron al espejo y se reconocieron.

Detrás de ellos, en el mismo reflejo en el espejo, de pronto surgió un espectro amarillo que trajo a la memoria los viejos miedos ya olvidados aparentemente. No había lujo en ese espectro, era el mismo equipo rocoso y firme atrás que sentía el olor de la sangre en determinado momento y era capaz de clavar los colmillos en la yugular de un solo gesto ágil. Andrés Fernández, el buen portero murciano, cumplió su cometido a la perfección como segundo en el Zamora. Lo detuvo todo. Trigueros y Bruno engancharon a Koke y Saúl y Bakambu, con las piernas frescas de las que carecía Filipe, salió raudo hacia la línea de fondo y entregó el golpe de gracia al Soriano italiano. Nadie se lo vio venir. El Atlético infalible incaba las rodillas otra vez. Le habían vuelto a golpear en su talón de Aquiles. Paris vestía de amarillo.

Ficha técnica

0 - Atlético de Madrid: Oblak; Giménez, Savic, Godín, Filipe; Gaitán (Carrasco, m. 55 (Fernando Torres, m. 71)), Saúl, Gabi, Koke; Griezmann y Correa (Gameiro, m. 55).

1 - Villarreal: Andrés Fernández; Rukavina, Musacchio, Álvaro González, Costa; Castillejo, Bruno, Manu Trigueros (Rodrigo, m. 84), Jonathan dos Santos; Adrián (Soriano, m. 63) y Sansone.

Gol: 0-1, m. 81: Soriano, a pase de Bakambu.

Árbitro: Iglesias Villanueva (C. Gallego). Amonestó a los locales Gabi (m. 54) y Godín (m. 90), y a los visitantes Manu Trigueros (m. 57), Rukavina (m. 65), Jaume Costa (m. 88), Musacchio (m. 88) y Bakambú (m. 90).

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima cuarta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 48.000 espectadores.

El buen Atlético de este tiempo se estrelló. Lo hizo otra vez con la misma montaña. Una cumbre que colapsa su portería y que perfora la contraria con exactitud y pocos recursos. El Villarreal ganó en el Calderón haciendo lo mismo que sabe hacer el que perdió, es decir, aguantar arropado sobre su portero y marcando en esa ocasión esporádica de gol que se encuentran inusitadamente. El mismo equipo que dejó KO al Atlético hace media Liga le borra de un plumazo la sonrisa de los morros y le hace mirar con mayor desconfianza la tercera plaza y la semifinal vecinal de Champions League.

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