La pesada sombra de Diego Costa también aplasta a Gameiro

La temporada entra en su recta final, definitiva en el campo, también en los despachos. El futuro del Atlético de Madrid depende en gran parte de la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que antes de que finalice el actual ejercicio dará su veredicto tras la sanción que sufrió el club por parte de FIFA. Cuando se sepa si puede fichar o no el próximo verano, empezarán a tomarse decisiones. Si aparece abierta la ventana estival de fichajes, unos cuantos movimientos se producirán para oxigenar la actual plantilla, tanto en el capítulo de altas como en el de bajas. El escenario se puede nublar para unos cuantos jugadores, empezando por Kevin Gameiro, una víctima más del poderoso legado de Diego Costa, el futbolista más añorado por Simeone desde que emigró a Inglaterra.

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Simeone siempre ha sentido, desde que el hispano-brasileño hizo las maletas, que a su plantel le faltó en los últimos tiempos un goleador de primer nivel para seguir sumando títulos, lo que no ha sucedido en las dos pasadas temporadas. Mandzukic, primero, y Jackson Martínez, después, no consiguieron enterrar la pesada y alargada sombra de Diego Costa. Kevin Gameiro circula por el mismo pantanoso terreno. No está convenciendo demasiado su temporada, no está cumpliendo con las expectativas y las dudas crecen con el paso del tiempo. Su trabajo no se discute, sí sus números. No se ha comportado, al menos por el momento, como otros artilleros de clubes de primera categoría.

Dependiendo de lo que decida el TAS, un plan u otro se activará de inmediato para planificar el próximo ejercicio, para retocar la actual plantilla. Hace unos días, 'Marca' desvelaba que el Atlético de Madrid ha realizado los primeros movimientos de acercamiento con Alexandre Lacazette, goleador del Olympique de Lyon. Un jugador, de 25 años de edad, que ya apareció hace tiempo en la agenda rojiblanca, también en la de otros grandes del fútbol europeo. Desarrollando toda su carrera en el club francés, estima que ha llegado el momento de iniciar una nueva etapa lejos de sus país. Acaba contrato en junio de 2019 y su venta no se produciría, en principio, por debajo de los 40 millones de euros.

De Torres a Correa

La elección del goleador para reforzar la plantilla de esta temporada no fue nada sencilla. El club rayado hizo muchas gestiones con diferentes jugadores, y el entonces sevillista no se encontraba en las primeras posiciones de la lista de la compra. Finalmente, y después de fracasar en diferentes escenarios, no le quedó otro remedio al Atlético que comprar al internacional francés, que siempre tuvo claro que quería vestirse de rojiblanco. Simeone fue claro en todo momento con él, transmitiéndole que hasta el último momento pujaría por Diego Costa. Pero no fue posible encontrar un punto de encuentro con el Chelsea, tampoco las arcas disponían de los millones necesarios para acometer un fichaje de tan elevado coste.

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Vence su contrato el próximo 30 de junio y por el momento le toca esperar a Fernando Torres qué decisión toman el club y el Cholo Simeone. En un escenario algo agitado en los últimos tiempos, hace semanas ya dejó claro el atacante que no quiere alargar el debate, como pasó la anterior temporada. El año pasado, gracias a una buena racha goleadora y de juego, acabó firmando un nuevo compromiso, recortado por orden del estratega. Eso sucedió en el mes de julio y ahora confía en que el desenlace final, para bien o para mal, tenga lugar mucho antes. "Dependerá de los resultados", sentenció el argentino en febrero cuando fue preguntado por la renovación del emblemático futbolista.

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El que aparece claramente en la rampa de salida es Ángel Correa. Tampoco, como Gameiro, ha dado el paso al frente esperado, al menos por el momento, igual que siempre entendió que en el Atlético de Madrid nunca tendría el papel que en otro lugar. El pasado verano, el agente del jugador sudamericano insistió en la necesidad de sacar a su cliente del club del Manzanares, llegando a tener un fuerte y áspero encontronazo con un alto ejecutivo. Tenía buenas propuestas sobre la mesa de clubes que le garantizaban un papel más estelar. Pero el club le cerró las puertas con fuerza, igual que Simeone tuvo claro que necesitaba a su compatriota a su lado. En verano, cesión o venta, Correa iniciará, salvo sorpresa mayúscula, un nuevo periplo en otra parte.