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Ser titular en el Real Madrid, el sueño que Jesé tuvo en la palma de su mano
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Ser titular en el Real Madrid, el sueño que Jesé tuvo en la palma de su mano

A Jesé se le cayó el mundo encima justo cuando estaba a punto de comérselo. Aquella grave lesión le llegó cuando se había convertido en el jugador número doce del Madrid de Ancelotti

Foto: Las Palmas ha perdido los cuatro partidos con Jesé (Jorge Zapata/EFE).
Las Palmas ha perdido los cuatro partidos con Jesé (Jorge Zapata/EFE).

Los que ven el día a día de Jesé Rodríguez en Gran Canaria aseguran que está encantado. El chico está en casa, literalmente, y eso a cualquiera que lleva tiempo lejos del hogar le cambia el humor. Puede recuperar las tradiciones perdidas, mantener un contacto más cercano y constante con los seres queridos y, siendo en este caso Las Palmas de Gran Canaria el escenario en cuestión, disfrutar de la magnífica temperatura y aprovechar las horas de libertad para ir a la playa. Jesé está a gusto de nuevo, y falta le hacía, porque llevaba ya varios años en los que apenas encontraba algo de felicidad lejos del fútbol, en la música, esa pasión no tan oculta que le entretiene y le llena cuando no tiene que darle patadas a un balón.

Aun con todo lo anterior, parece que siempre tiene que haber algo que le frene en su felicidad. Siempre le había hecho ilusión jugar en la Unión Deportiva, el equipo al que iba a animar a la grada del Insular cuando era un pibito. Y una vez lo consigue (sin duda de la manera que él menos quería), sus primeros cuatro partidos se pueden resumir en una profunda decepción general. Las Palmas ha perdido los cuatro y Jesé ha desperdiciado unas cuantas ocasiones clarísimas de gol para estrenarse vestido de amarillo. La aspiración de jugar la próxima temporada en Europa se han visto soberanamente comprometidas.

Pero Jesé sigue seguro de sí mismo. El deseo de ser el mejor jugador del mundo sigue ahí, aunque es bien consciente de que aquella lesión que se produjo en marzo de 2014 le ha quitado buena parte de las ilusiones de llegar a la cima. Una cima que llegó a rozar con las yemas de los dedos en sos meses invernales bajo el mando de Carlo Ancelotti. De hecho, él está convencido de que esa entrada de Sead Kolasinac en el Real Madrid-Schalke 04 de Champions League le cambió la vida para peor. "Si no me hubiera lesionado, sería titular indiscutible en el Madrid", declaró en una entrevista concedida al diario 'Marca'.

El adjetivo 'indiscutible' puede que fuera ir muy lejos, pero que hubiera sido un jugador importante en el Madrid se podría dar por sentado con rotundidad. En cierta manera, empezó a serlo poco antes de romperse el cruzado. Ancelotti lo hizo entrar como titular en todos los partidos de Liga del mes de febrero, además de participar tanto en la ida contra el Schalke como en las semifinales de Copa contra el Atlético. Ese periodo de un protagonismo, inusitado para un jugador recién inscrito en el primer equipo, Jesé lo aprovechó al máximo en todos los sentidos. En nueve partidos oficiales, siete saliendo desde el inicio, Jesé marcó cinco goles y dio una asistencia.

Era un elemento más del equipo, no era el chico que ocupa un hueco como un parche, sino que Ancelotti lo consideraba como un miembro de la plantilla prácticamente indispensable. Era el jugador número 12, la alternativa directa a la delantera titular formada por Cristiano, Benzema y Bale. Es decir, se encontraba a un solo paso del deseo que ha tenido toda la vida, desde que siendo un adolescente el Madrid llamó a su puerta, que era triunfar vestido de blanco. Habría cumplido no únicamente su sueño, sino las expectativas que tenía la dirección deportiva madridista, que lo consideró desde muy joven como el mayor tesoro que había habido en la cantera merengue desde Raúl.

A Jesé se le cuidó con mimo. Evitaron que fuera quemando etapas demasiado deprisa. Pudo dar el salto al Castilla un año antes, en la temporada 2010-11, pero se le mantuvo en el 'C' una temporada más para que mantuviese los pies en el suelo. Una vez en el segundo equipo, Mourinho evitó darle mayor protagonismo del que oportuno, a sabiendas de que se esperaba mucho de él y un mal inicio en la primera plantilla podía acabar desgastándolo. Debutó con todavía 18 años y tras otra esporádica aparición en Liga en marzo de 2012, Jesé no volvió a jugar con el Real Madrid hasta que Ancelotti no cogió el timón y fue inscrito como jugador del primer equipo. No había prisas, se querían hacer las cosas bien. Y así se hicieron. Jesé entró siendo un futbolista hecho y pese a que le costó entrar en los planes del italiano, cuando lo empezó a hacer, solo la lesión le pudo apartar de las alineaciones. Después de la misma, nunca pudo volver a jugar con continuidad, y cuando estuvo en el campo, no lució de manera ni parecida a anteriormente.

París no fue lugar para él. Nunca se adaptó a vivir en la capital francesa, estuvo meses alojado en un hotel sin encontrar casa y con preocupaciones familiares que le calentaban la cabeza. Ni siquiera Emery, que le mostró una enorme confianza en el momento de convencerle para fichar por el Paris Saint-Germain, pudo salvar su estancia en el Parque de los Príncipes. A Jesé lo quería media Europa, pero él no quería a esa media Europa, quería volver a casa. Jugar en el equipo de su corazón, estar en su ciudad, ver a su hijo siempre que quisiera. Y desde el punto de vista deportivo, jugar, jugar siempre. Desde que jugaba en el filial madridista no ha vuelto a tener la continuidad que su calidad exige. Le falta atinar. Entonces, su sonrisa volverá a ser completa. Y si él disfruta en el campo, hace disfrutar.

Ficha técnica

Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos o Isco, Modric; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.

UD Las Palmas: Javi Varas; David Simón, Lemos, Bigas, Dani Castellano; Roque Mesa; Tana, Vicente Gómez, Jonathan Viera, Jesé; y Prince.

Árbitro: Fernández Borbalán (colegio andaluz).

Estadio: Santiago Bernabéu.

Hora: 21:30.

Los que ven el día a día de Jesé Rodríguez en Gran Canaria aseguran que está encantado. El chico está en casa, literalmente, y eso a cualquiera que lleva tiempo lejos del hogar le cambia el humor. Puede recuperar las tradiciones perdidas, mantener un contacto más cercano y constante con los seres queridos y, siendo en este caso Las Palmas de Gran Canaria el escenario en cuestión, disfrutar de la magnífica temperatura y aprovechar las horas de libertad para ir a la playa. Jesé está a gusto de nuevo, y falta le hacía, porque llevaba ya varios años en los que apenas encontraba algo de felicidad lejos del fútbol, en la música, esa pasión no tan oculta que le entretiene y le llena cuando no tiene que darle patadas a un balón.

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