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El Barcelona no juega bien, pero ya vendrá Messi para arreglarlo
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El Barcelona no juega bien, pero ya vendrá Messi para arreglarlo

Dijo Luis Enrique que el Barcelona mejoraría "al mil por mil" ante el Atlético con respecto al Leganés, no fue así aunque salió del Vicente Calderón con los tres puntos, gracias a Messi

Foto: Leo Messi celebrando su gol.
Leo Messi celebrando su gol.

Si es usted culé ¿qué quiere primero? ¿La buena noticia o la mala? Empecemos por la buena: el FC Barcelona logró sumar los tres puntos ante el Atlético (1-2). Tres puntos claves para la Liga, tres puntos que significan reengancharse al campeonato y que además metían presión al Real Madrid que jugaba más tarde en el Estadio de la Cerámica. Tres puntos que necesitaban para volver a creer y ganar en confianza. Tres puntos que el conjunto catalán supo competir hasta el último minuto, sin rendirse y pese a un césped alto y seco en el que el balón botaba como un conejo por orden de Simeone. Tres puntos, en definitiva, “importantísimos”, como calificó el mismo Luis Enrique que solo un día antes había asegurado que el partido no era clave. Y hasta aquí lo positivo. Si se conforman con eso, no sigan leyendo.

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La mala es que el técnico asturiano también aseguró, tras vencer agónicamente al Leganés jugando rematadamente mal, que el Barça mejoraría “al mil por mil” en el Vicente Calderón. Y eso, no sucedió ni de lejos. El listón de la exigencia en cuanto al estilo y la manera está ya tan bajo que ni se divisa a simple vista. Ahora lo que vale es ganar, sea como sea. Es lo único que cuenta. El club, el equipo que se distinguía por su excelente paladar futbolístico se conforma y ondea ahora la bandera del resultadismo, orgulloso incluso de “saber competir”, que es lo mínimo que se le puede exigir y se le supone a un conjunto que, como no se cansa de recordar Luis Enrique, ha ganado “ocho de diez títulos” con él en el banquillo.

Busquets firmó uno de sus peores partidos

El técnico cambió el sistema y apostó por un 3-4-3, sin Rakitic, André Gómes ni Jordi Alba en el equipo. Se le pedía una reacción y en eso cumplió, pero la primera parte del Barça en el Calderón fue una calamidad como prueba el dato de que a la media hora de partido el 74% se había disputado en campo azulgrana. Si encima se le añade que Busquets firmó uno de sus peores partidos, sobrepasado, lento y dando facilidades además en la jugada que terminó con el gol del empate de Godín, y que Iniesta fue sustituido y nadie se echó las manos a la cabeza porque había pasado inadvertido, solo cabe concluir que el Barça del estilo pasó a mejor vida. El propio Iniesta tampoco disimuló tras el encuentro en declaraciones a 'TV3': “Más allá de bonito o no, hemos solventado el partido, era importante ganar por el rival y por nuestra situación. Ha sido un partido trabajado y aquí siempre se sufre. Aguantamos bien, logramos ponernos por delante y ellos acusaron el esfuerzo de la primera parte y del partido de Champions”.

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Iniesta no quiso disfrazar la realidad. ¿Que la victoria era importante? Claro. ¿Que si jugaron bien? Pues para no mentir salió con el socorrido “más allá de bonito o no”, cuando lo bonito, hasta hace bien poco contaba, y mucho, y el culé alardeaba de ello. La sinceridad del manchego contrastó con la visión de Luis Suárez, completamente opuesta. Según el uruguayo, el Barça lo bordó en el Calderón: “Hemos hecho un grandísimo partido, estamos preparados para cualquier sistema y hoy nos salió espectacular“.

Messi, 27 goles al Atlético

El "grandísimo partido" se saldó con un gol en pleno barullo con cuatro rebotes incluidos de Rafinha y otro de Messi a última hora que esta vez sí celebró. El argentino apareció lo justo en el Manzanares para ser, de nuevo, decisivo. En el 37’ lanzó una falta marca de la casa que Oblak logró despejar y en el 86’ el 1-2 definitivo. El Atlético es su víctima preferida, nada menos que 27 goles, 12 de ellos en el Calderón. Es una bestia, sí, pero ayer sin filigranas, ni para tirar cohetes tampoco. Es tan excelente que no le hace falta serlo siempre para decidir un encuentro. Y ese fue justo el caso en el Calderón. Junto a Ter Stegen, que hizo varias paradas de gran mérito y un Neymar valiente al que cosieron a faltas, pero nunca se escondió, fueron los mejores del Barça.

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Luis Enrique se marchó satisfecho, después de corregir a un periodista “no era defensa de 3 sin más. Con balón era 3-4-3 y sin balón era 4-4-2. A ver si nos revisamos el partido”, afirmar con un rotundo “sí” a la pregunta de si le había gustado el juego de su equipo y dejarle un recadito envenenado a Simeone por el lamentable estado del terreno de juego: “Nos ha beneficiado el campo en los dos goles y a ellos le ha perjudicado en la transición de Griezmann”.

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La ‘evolución’, como siguen algunos empeñando en calificar a lo que juega el Barça últimamente, se reduce a saber competir, sobrevivir y que Messi lo arregle. Hay quien sigue comprando la fórmula, pero esto, se pongan como se pongan, ni es el Barça ni se le parece. Ya basta con ganar de cualquier manera y esperar a que el Madrid la pifie. Es lo que hay.

Si es usted culé ¿qué quiere primero? ¿La buena noticia o la mala? Empecemos por la buena: el FC Barcelona logró sumar los tres puntos ante el Atlético (1-2). Tres puntos claves para la Liga, tres puntos que significan reengancharse al campeonato y que además metían presión al Real Madrid que jugaba más tarde en el Estadio de la Cerámica. Tres puntos que necesitaban para volver a creer y ganar en confianza. Tres puntos que el conjunto catalán supo competir hasta el último minuto, sin rendirse y pese a un césped alto y seco en el que el balón botaba como un conejo por orden de Simeone. Tres puntos, en definitiva, “importantísimos”, como calificó el mismo Luis Enrique que solo un día antes había asegurado que el partido no era clave. Y hasta aquí lo positivo. Si se conforman con eso, no sigan leyendo.

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