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El Atleti se empequeñece contra los grandes
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griezmann salva un punto con una genialidad

El Atleti se empequeñece contra los grandes

Koke marcó sin querer a los dos minutos y desde entonces, el Athletic dominó y logró remontar, lo que hace años hubiera sido imposible, con goles de Lekue y De Marcos... pero surgió Griezmann

Foto: Griezmann y De Marcos, dos de los goleadores (Luis Tejido/EFE).
Griezmann y De Marcos, dos de los goleadores (Luis Tejido/EFE).

A la larga, los resultados obtenidos, juntos todos en un cuadro, resultan ejemplares para comprender qué ha sido de un equipo. Como por ahora solo llevamos la mitad de la temporada ('solo' es un decir, es increíble que ya se haya pasado medio campeonato), las cifras totales no las conoceremos hasta mayo, pero nos sirven para ver que al Atleti esta Liga no le va. Por los motivos que sean, pero no, no es su temporada en la competición doméstica, la misma que había sido su baluarte hacia los éxitos en Europa y que le dio la mayor alegría de la historia reciente. Se ha dejado otros dos puntos en un estadio complicado, contra un rival complicado, es decir, en esos escenarios y ante esos equipos con los que solía mostrar su rostro más malévolo y e infalible.

Foto: El Atlético ha ganado dos de sus últimos tres partidos en LaLiga por 1-0 (Kiko Huesca/EFE
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Desde la primera temporada del Cholo, cuando llegó en Navidad para ocupar el lugar de Manzano, el Atleti no acababa una primera vuelta con tan pocos puntos. Qué contradictorio resulta que ocurra justo en la campaña, la única de todas, en la que el entrenador asumió desde muy pronto la obligación de luchar por la Liga: va a ser esta la primera en cuatro años que no dispute hasta el final, salvo sorpresa mayúscula y batacazo global de los que tiene por arriba. Frente esos tres que le anteceden y los tres que le preceden, el Atlético solo ha sumado dos puntos de 18 posibles, a saber, el empate en el Camp Nou y esta igualada en Bilbao. Ha perdido contra el Sevilla, contra el Real Madrid y contra el Villarreal. Darle la vuelta a esos resultados es casi imposible, sobre todo si se pierden puntos también contra el resto de equipos.

Acaso sirva este encuentro como paradigma de su devenir. Por algo, este Atlético de Madrid está dejando de ser imbatible. Ese algo es que se haya visto contra las cuerdas en una situación que otrora le era la más ideal. Lo que mejor se le ha dado históricamente al Atlético del Cholo es defender un resultado a favor, obtenido por lo general con el mínimo esfuerzo ofensivo y el máximo defensivo. En el nuevo San Mamés, estadio de solo recuerdos buenos para los colchoneros, se encontró con un gol nada más empezar y en el minuto 80 solo una genialidad de Griezmann permitió al Atleti no volver a perder y cortar de cuajo su buena racha de resultados.

Ganar en San Mamés es un reto enorme, pero no tanto para los que, como el Atlético, aspiran a ganarlo todo, o deberían de aspirar a ganarlo todo. Claro que el Athletic también juega y lo hace bien. No siempre, ese es su principal problema. Si los 'Leones' jugasen así, como contra su hijo de otra madre (el Atlético, endiéndase) algo más de la mitad de sus partidos, sus aspiraciones europeas no estarían puestas en duda en ningún caso. Pero si lo están es porque las virtudes que demuestran en las grandes citas brillan por su ausencia en ocasiones menores. Este mismo equipo perdió en el Molinón, la Rosaleda, el Gran Canaria y en el Villamarín y no ha ganado a ninguno de los tres recién ascendidos. Plantilla tiene para sumar mucho más.

Cierto es que las lesiones han molestado la progresión del equipo de Valverde. Uno de los que más tiempo ha estado fuera, Óscar de Marcos, volvió al once. A este chico, el Luis Enrique del siglo XXI, en San Mamés le han visto jugar en cualquier lugar del campo y hacerlo excepcionalmente bien en todos. A Valverde le encajó como lateral, pero en una arrancada de fe y de memoria de sus años con Bielsa, apareció por el corazón del área para rematar una jugada como si fuera Aduriz. Era el 2-1. De Marcos se reencontraba con el fútbol, con el gol, sus amigos de toda la vida. Y de paso, hacía justicia a lo que se veía en el campo.

El Atlético marcó un gol que a ver quién iba a ser el listo que destacase a su autor a simple vista. Solo Griezmann sabía desde el primer instante que el tanto era obra de Koke, aunque este lo que quería fuera asistir a su amigo. Fue la mejor jugada del Atlético, en el minuto tres. Como le suele pasar a este equipo, cuando consigue lo que quiere, olvida que puede ir a por más. Como si se acercase al mercado y solo cogiese una naranja entre toda la amplia oferta. Es un automatismo que antes funcionaba y ahora está estropeado a la espera de arreglos. Cuando cogía la pelota Iker Muniain (cuya grandísima actuación nos hace confiar en su añorada explosión definitiva como futbolista), había runrún en el área de Moyá. Podía llegar el tanto en cualquier instante y esa sensación de inseguridad es nueva en el Atlético.

Como De Marcos, Iñigo Lekue puede jugar donde le pidas. Esta vez, Valverde le dijo que jugara en la banda izquierda, como extremo. Y al chaval lo que le sale de dentro es cumplir, hacerlo lo mejor que sabe. No es un jugador virtuoso, no destaca prácticamente en nada, pero todo lo hace bien. Sí destacó, sin embargo, cuando de repende apareció por la frontal del área, lanzó un amago y al segundo gesto, colocó la pelota en la escuadra izquierda de Moyá.

La remontada bilbaína desató el descontrol, ya muy presente durante todo el primer tiempo. Pérdidas, contragolpes constantes, pocas ocasiones, tensión. Un partido de los que han hecho famoso el espíritu de la Catedral, vamos. Simeone se puso nervioso con el gol de De Marcos y reaccionó casi enseguida gastanto sus cambios: Torres, Correa y Gaitán por Gabi, Gameiro y Carrasco. Unos no hicieron más que los otros. La inconsistencia de la delantera del Atleti es preocupante, porque Griezmann no puede hacerlo todo él solo. Al menos ha vuelto a confirmar que está de nuevo ahí, peleando por ser de los mejores del mundo. Porque eso es lo que hacen los mejores: de la nada, solucionan un partido. No generó peligro el Atleti en el segundo tiempo. Da igual, Griezmann se inventa un zapatazo a la base del poste. Así, como si fuera fácil...

Ficha técnica

2 - Athletic Club: Iraizoz; De Marcos, Bóveda, Laporte, Balenziaga; Iturraspe (Mikel Rico, m.89), San José; Raúl García, Muniain (Susaeta, m.83), Lekue; y Williams (Villalibre, m.83).

2 - Atlético de Madrid: Moyá; Vrsaljko, Godín, Giménez, Filipe Luis; Koke, Gabi (Torres, m.57), Saúl, Carrasco (Correa, m.65); Griezmann y Gameiro (Gaitán, m.65).

Goles: 0-1, m.3: Koke. 1-1, m.42: Lekue. 2-1, m.55: De Marcos. 2-2, m.80: Griezmann.

Árbitro: Iglesias Villanueva (Galicia). Mostró tarjeta amarilla a los locales Williams (m.36) e Iturraspe (m,.63), y a los visitantes Gabi (m.47), Carrasco (m.64) y Giménez (m.93).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimonovena, y última de la primera vuelta, jornada de LaLiga Santander, disputado en San Mamés ante 44.263 espectadores, según dato de LaLiga. La tercera mejor entrada en Liga de la temporada en San Mamés.

A la larga, los resultados obtenidos, juntos todos en un cuadro, resultan ejemplares para comprender qué ha sido de un equipo. Como por ahora solo llevamos la mitad de la temporada ('solo' es un decir, es increíble que ya se haya pasado medio campeonato), las cifras totales no las conoceremos hasta mayo, pero nos sirven para ver que al Atleti esta Liga no le va. Por los motivos que sean, pero no, no es su temporada en la competición doméstica, la misma que había sido su baluarte hacia los éxitos en Europa y que le dio la mayor alegría de la historia reciente. Se ha dejado otros dos puntos en un estadio complicado, contra un rival complicado, es decir, en esos escenarios y ante esos equipos con los que solía mostrar su rostro más malévolo y e infalible.

Antoine Griezmann Diego Simeone
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