El modo ahorro de energía es el que mejor le funciona al Atlético

Definitivamente, el debate en el Atlético de Madrid ha muerto. No tiene sentido seguir buscándole los tres pies al gato cuando queda ya bastante claro que lo que mejor le funciona al equipo es lo que mejor sabe hacer, es decir, jugar a que no pase nada, o no mucho, durante 90 minutos y espera a que lo poco que tengas lo aproveches. Eso le fue bien al Atleti durante los últimos cinco años, y pese a que cualquiera entendería que lo normal en el fútbol es ir hacia delante, buscar la evolución de lo ya conocido y no estancarse en una idea para siempre, los hechos demuestran que jugando a lo mismo que siempre, el club colchonero suma puntos, se mantiene vivo en la lucha por el título y, por el contrario, si trata de variar su libreto, se estrella.

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Al Betis se le puede ganar de varias formas, ya lo han dejado claro muchos equipos a lo largo de esta liga, la del Atleti es solo una más, pero una especialmente efectiva y que conlleva un aparente esfuerzo inferior a las demás. Esto, obviamente, no es así del todo. Si algo tiene el juego rojiblanco, este del que estamos hablando, es que es cansado y difícil de sobrellevar física y psicológicamente a lo largo de una temporada, mucho más con el paso de las temporadas. Este equipo, sin embargo, se ha construido a través de esa filosofía y solo se siente cómodo desarrollándola. Fueron varias las voces del vestuario que criticaron (con suavidad, que conste) el paso a jugar con solo dos mediocentros, la idea que manejaba Simeone desde hacía tiempo. Cuando la aplicó, hubo días de un fútbol excelente, pero otros muchos de empane general. Se impuso la opinión de la caseta sobre la del experto.

De nuevo, el trío Saúl-Koke-Gabi en el centro del campo es indiscutible, y a partir de ahí, salvo Griezmann, las variables son bien amplias y conocidas. Esta vez, al francés le acompañaron Gaitán y Torres, dos suplentes fijos cuyo rendimiento no ha sido el deseado en esta mitad prácticamente de campeonato que se nos ha ido ya. A Torres le volvió a dar la titularidad después de un partido sin demasiado brillo en Ipurua, y quién sabe si le entregará de nuevo las llaves de la delantera cuando el fuenlabradeño sigue sin aparecer prácticamente cuando tiene oportunidad de jugar.

Funciona durante esos 30 minutos iniciales (algo reiterativo en los últimos encuentros) en los que el Atleti sale a morder y muerde, aunque tampoco se luce, pues su trabajo consiste principalmente en la presión al contrario y en servir de apoyo a sus compañeros, sin mayores funciones ofensivas, prácticamente. En el segundo tiempo se encontró con una de esas jugadas tan del Torres de Liverpool en las que controla en carrera y define ante el portero, pero esta vez sin acertar. Le sustituyó Gameiro, que al menos se dejó ver en ese ratito final del partido en el que el Atleti se puso serio y le vino a bajar los humos al Betis, que nunca dio por perdido el partido y que, de hecho, creó bastante más peligro que el equipo local.

Gaitán, en cambio, hizo lo que tenía que hacer, que es marcar. Estuvo atentísimo cuando Donk, que hizo un partido soberbio en defensa, metió el pie cuando no debía, desviando así la bola hacia el lugar donde apareció el pie del argentino para marcar el único gol del partido. El centro, por cierto, fue de Vrsaljko, que tuvo para él toda la banda derecha. Juanfran fue suplente, Carrasco también. El croata va ganando la partida por méritos propios, y eso que al principio de la temporada no convencía en absoluto a los técnicos rojiblancos y era el que siempre se llevaba las broncas en los entrenamientos. Con paciencia y duro aprendizaje, Sime ya es una pieza importante para el presente del Atlético y, seguro, que para el del futuro.

Víctor volvió a jugar con defensa de cinco jugadores con la idea de dejar que fuera el Atleti el que dominase el partido, algo que precisamente no se le da bien al conjunto de Simeone, y menos en esta versión de ahorro de energía. Sin Petros controlando el centro del campo, hubo mucha mayor responsabilidad sobre los hombros de Dani Ceballos. Pese a su desafortunado peinado, el joven '10' verdiblanco va cogiendo galones poco a poco y ejerciendo como el líder que está llamado a ser. Pide todos los balones, los reparte con criterio, va el primero a motivar a un compañero, a decir que no pasa nada cuando uno se equivoca. Gracias en buena medida a él, pudo el Betis seguir con vida. Y gracias a Moyá no hubo empate en el Calderón en ningún momento después del 1-0.

Hasta el minuto 80 aproximadamente, el Atleti jugó una vez más sobre la cuerda floja, tentando constantemente a su adversario a atacarle, lo cual hacía y con ganas, pero con desatino. Cuando ya coincidieron en el campo Carrasco, Griezmann y Gameiro hubo algo más de frescura en el ataque rojiblanco y, si bien tampoco crearon oportunidades con regularidad, sí que al menos amansaron al Betis hasta convencerle de que no iba a sacar nada del Calderón aunque lo intentase. Ni siquiera Joaquín, que salió en el segundo tiempo sustituyendo a un gran Brasanac, pudo aportar algo de magia. No hay magia en el Manzanares, hay un trabajo de labriegos.

Ficha técnica

1 - Atlético de Madrid: Moyá; Vrsaljko, Savic, Godín, Filipe; Saúl, Gabi, Koke, Gaitán (Carrasco, m. 62); Griezmann (Giménez, m. 91) y Fernando Torres (Gameiro, m. 68).

0 - Real Betis: Adán; Piccini, Pezzella, Donk, José Carlos (Nahuel, m. 69), Durmisi; Brasanac (Joaquín, m. 65), Dani Ceballos, Jonas Martin; Rubén Castro y Álex Alegría (Zozulia, m. 81).

Gol: 1-0, m. 14: Gaitán remata desde el suelo en el segundo palo tras un rechace de Donk.

Árbitro: Clos Gómez (C. Aragonés). Amonestó a los visitantes Piccini (m. 60) y Alex Alegría (m. 79).

Incidencias: partido correspondiente a la decimoctava jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 53.000 espectadores.