Misterio Monchi: el mago que quiere salir del Sevilla y no sabe cómo hacerlo

A nadie se le escapa que el muñidor del imponente Sevilla de la última década es Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi. Y dirigiendo los hilos del viejo club de Nervión, el también llamado León de San Fernando se ha convertido en uno de los mejores directores deportivos del mundo. Pero la idílica relación profesional entre el ejecutivo y la entidad no se encuentra en el momento más dulce. El amago de 'fuga' de Monchi el verano pasado provocó un incendio y, meses más tarde, aun quedan rescoldos. El Sevilla con Sampaoli vuela, pero los rumores se disparan. En Sevilla es un secreto a voces: el mago quiere salir y no sabe cómo hacerlo.

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Kike Marín

Quizás Monchi firme lo que dice Confucio: que el silencio es un amigo que jamás te traiciona, pero mientras el Sevilla viaja viento en popa en todos los niveles (tercero en LaLiga Santander, clasificado para los octavos de Champions League, vivo en la Copa del Rey y una solvencia económica más que envidiable), sus paredes se tiznan de sobresaltos. Y los sobresaltos revolotean sobre las espaldas de este Merlín de los despachos. En Italia aseguran que la Roma tiene “un compromiso” con el director técnico sevillista. El evidente revuelo inmediato ha hecho que la sociedad romanista saliera a desmentir dicho acuerdo. Pero un mes después, en Italia siguen convencidos de que todos los caminos, sobre todo el de Monchi, conducen a Roma.

La hiperactividad del director deportivo

Desde Francia apuntan al París Saint Germain como destino del León de San Fernando, conocido francófono (domina perfectamente la lengua de Moliére), posibilidad que le uniría de nuevo a su amigo Unai Emery. En la Premier League varios clubes han mostrado su interés en conocer la situación contractual de Monchi. ¿Y éste? El ex futbolista se muestra hermético en este tema, aunque de tarde en tarde utiliza las redes sociales para lanzar mensajes crípticos y citas orientativas como la que colgó el pasado 12 de este mes en su cuenta de Facebook: “Dentro de veinte años lamentarás más las cosas que no hiciste que las que hiciste. Así que suelta amarras y abandona el puerto seguro. Atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre. (Mark Twain)”.

En medio de esta calle, Ramón Rodríguez, lejos de abandonarse a las faldas de la melancolía, ha multiplicado su actividad en el terreno que más fama le ha dado: la gestión deportiva, la captación de talentos de oro a coste mínimo. Porque Monchi puede estar desayunando en Hamburgo con un agente de futbolistas que mueve los asuntos de una figura en ciernes, comer unas horas más tarde en Zagreb con otro futbolista y su padre, y cenar en Lisboa para convencer al presidente de un club remiso a ceder los derechos federativos de su mejor jugador.

En sus círculos más cercanos aseguran que Monchi se crece cuando le acechan nubarrones. Eso pasó cuando Unai Emery dejó el barco sevillista para embarcarse en un trasatlántico como el PSG; un día después aterrizaba en Sevilla Jorge Sampaoli. O cuando los aficionados lloraban la ausencia del talentoso Éver Banega y llegó el genial Samir Nasri. Todos de la mano del mago isleño, que lleva semanas preparando 'el pedido' de su entrenador: un zaguero central zurdo, un volante y un ariete goleador. Al respecto, se habla de los cotizados Depay y Martial, jóvenes del Manchester United, sedientos de minutos y que en Sevilla dispondrían del calor necesario para reactivar sus carreras. Todo está en manos de Mourinho, muy remiso a la labor de facilitar los papeles.

Agradables sorpresas

En el Sevilla miran al mercado con especial ilusión, pues los aficionados andan acostumbrados a que Monchi y su equipo de colaboradores se presenten con un ramillete de agradables sorpresas. Pero el capitán de este exitoso barco, en sus escasas declaraciones, no duda en manifestar hallarse en los límites de la fatiga. Así, el mes pasado declaró a un medio local: “A veces tengo la sensación de que el director deportivo se ha comido a la persona”. Alguien del club mostró la certeza de que, en efecto, Monchi quiere desconectar del Sevilla, pero no sabe cómo hacerlo.

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El presidente del Sevilla, José Castro, siempre se muestra optimista y el pasado 19, ante la Junta General de Accionistas, se expresó de una manera categórica: “Ni Monchi ni el Sevilla han tocado techo y deben hacerlo juntos”. Claro y contundente. Pero los sevillistas, con experiencia, han puesto sus barbas a remojar.