La moda de las renovaciones: el Real Madrid encarece los salarios de su plantilla
Bale es el último en ampliar su contrato después de que lo hicieran Kroos, Modric y Lucas Vázquez en las últimas semanas. Cristiano romperá el mercado con un nuevo contato las próximas semanas
En ocasiones parece como si los dos clubes más poderosos de España, el Real Madrid y el Barcelona, tuviesen una maquinita en el sótano del estadio con la capacidad de imprimir dinero. Solo hay que seguir, aunque sea por encima, las asambleas de las dos últimas semanas para saber que ambos están en una carrera económica propia de la Guerra Fría. Presupuestos históricos, ingresos históricos, gastos históricos... hasta el año que viene, que volverán con más cifras y más altas.
Entran en la lógica del mercado, la que exige que cada año crezca el presupuesto para seguir compitiendo con el mucho dinero que inunda en estos días el fútbol europeo. Lo curioso, en este caso, es que las tendencias están cambiando. Florentino Pérez ha dejado de tirar dinero a espuertas en el mercado, la lucha ahora mismo no es esa sino conseguir retener el talento que ya está en la plantilla. La clave ahora no está en los fichajes, sino en las renovaciones, que suenan a menos dinero pero, en la práctica, son la partida presupuestaria más rotunda en todos los clubes.
El contrato más reciente del Real Madrid es el de Gareth Bale, fichado por cerca de 100 millones de euros hace tres años. La tinta aún no se ha secado y el nuevo documento dice que vestirá de blanco hasta 2022, cuando el galés esté a pocas semanas de cumplir 33 años. Es, en buena lógica, su última gran renovación. Es fácil saber la duración de la misma, pero no tanto la cifra que se embolsará en jugador año a año. Esto no es la NBA, donde el límite salarial y un sistema ultra trasparente en el que se muestra todo. El fútbol no funciona así, aquí la cifra es un secreto.
Así que no se sabe si Bale cobra, como dicen algunos medios, 15 millones de euros limpios por temporada, una cifra que le situaría a la altura de Cristiano, de quien también se espera que renueve en próximas fechas, un movimiento que le volverá a disparar. De todos modos, y como parece lógico siguiendo las jerarquías del club blanco, se situará muy probablemente como el segundo sueldo más abultado de toda la plantilla.
Empezó con Sergio Ramos
Por debajo quedará Sergio Ramos, que hace dos veranos, después de una intensa negociación, abrió la racha de renovaciones en la que se ve ahora mismo inmerso el Real Madrid. No fue un proceso bonito aquel, ni mucho menos ejemplar, con un reguero de filtraciones, unas que le ponían en el Manchester United, otras que hablaban de él como un pesetero, incluso la sombra del Barcelona en una rueda negociadora que terminó con más descontento que otra cosa. Ramos, que se sabe señalado por aquello, perdió el favor de algunos aficionados al considerarle desleal, una adjetivación que supuraba de medios afines a la presidencia en aquellos días de incertidumbre sobre si seguiría o no de blanco. Ese mismo verano, con menos drama, también rubricaron sus extensiones los laterales Carvajal y Marcelo. Todos ellos estarán en el Madrid hasta 2020, por lo menos.
Aquello, de todos modos, es parte del pasado del Real Madrid. En el presente se estilan negociaciones rápidas que concluyen con fotos llenas de sonrisas y promesas de amor eterno. Además, y quizá como mensaje, Bale y Cristiano han tenido que esperar su turno por detrás de otros jugadores de primer nivel pero menos nombre. Modric, Kroos y Lucas Vázquez han ido pasando estas semanas por Concha Espina para salir cubiertos de dinero. El caso más evidente es el del alemán. Le pretendía el CIty de Guardiola, motivo por el cual se apresuraron a ponerle un cheque de máximo nivel encima de la mesa. Es según la prensa de su país, el jugador mejor pagado de la historia de Alemania y se estima su contrato en 20 millones brutos por temporada, en el segundo nivel del equipo blanco, por debajo de Cristiano y de Bale, a la altura de Sergio Ramos.
Curioso es el caso de Lucas Vázquez, que no es, en principio, el tipo de jugador que entra por los ojos de Florentino Pérez. Su tiempo en el Madrid, sin embargo, es el relato de una historia de éxito, un jugador concienzudo, esforzado y que sin levantar la voz está siempre disponible para dar lo mejor de sí mismo que, por lo visto, es mucho. Con Modric las dudas eran mínimas, tiene embelesada a la afición blanca y es uno de los mejores mediocampistas del planeta. Con solo un año más de contrato el club no se podía permitir no mantenerle en la plantilla. Más aún si se tiene en cuenta que sobre el Madrid pesa una sanción por la que previsiblemente no podrá fichar en las próximas dos ventanas de fichajes.
Los que quedan por firmar
Son las renovaciones ya cerradas, pero no serán las últimas. En el horno está la de Cristiano Ronaldo, que con 31 años se ganará un nuevo contrato extraordinario. Como emblema del club, que lo es, y sabiendo la querencia del portugués por ser el mejor en todo, también en el sueldo, lo más probable es que se salga de todas las tablas y se sitúe en cifras superiores a los 20 millones limpios por temporada. La escala en la que están Messi y Neymar en el Barcelona, dicho sea de paso, que los azulgrana tienen fama de buenos pagadores.
Cristiano será la más gorda, pero no la única. Desde que el verano pasado el club blanco coquetease con David de Gea, sin llegar a culminar nada, hay una cierta deuda del club con Keylor Navas. El portero iba a cobrar más en el United, y el Madrid dejó dicho que harían un esfuerzo para que se sintiese bien valorado, más importante si se tiene en cuenta el circo que se montó en aquella donde el portero costarricense pareció más una ficha de póker con la que jugar que el portero titular del plantel madrileño.
También está en capilla Pepe, cuyo contrato termina en 2017. Por edad habría dudas, pues tiene 33 años, pero en los últimos tiempos ha seguido siendo una pieza valiosísima en la plantilla blanca. Y a eso se le puede sumar la ausencia de mercado a la que se enfrenta el Real Madrid y lo carísimo que está todo en cuestión de centrales. Él, además, no está muy contento con haber sido de los últimos en tratar el tema, más aún si se tiene en cuenta que es uno a los que menos contrato queda por cumplir.. No es descartar que Benzema, en toda esta vorágine de renovaciones, también pida revisar su contrato. Al fin y al cabo es otra de las joyas de la corona.
El Real Madrid se gastó la temporada pasada 230 millones de euros en salarios de jugadores, un 30% del presupuesto del club. Subirá en las próximas temporadas, pues estas renovaciones suponen una subida importante en los gastos para la institución. En todo caso, la idea es que nunca superen la mitad del presupuesto, pues se considera que ahí las cifras empezarían a no salir. Además, se podrían ver en problemas con la UEFA y su control financiero, aunque parecen tenerlo controlado, pues no deja de ser una cifra que se hace en relación con el presupuesto total del club y, en el Madrid, esa cifra también se amplía año a año, como si la crecida de ingresos nunca tuviese fina. Eso es también el fútbol de hoy en día.
En ocasiones parece como si los dos clubes más poderosos de España, el Real Madrid y el Barcelona, tuviesen una maquinita en el sótano del estadio con la capacidad de imprimir dinero. Solo hay que seguir, aunque sea por encima, las asambleas de las dos últimas semanas para saber que ambos están en una carrera económica propia de la Guerra Fría. Presupuestos históricos, ingresos históricos, gastos históricos... hasta el año que viene, que volverán con más cifras y más altas.