Cristiano le recuerda al mundo que todavía no está muerto
El '7' apareció de nuevo y cierra un mes negro para él con un sensacional 'hat-trick' que pudo ser mayor de acertar en su segundo penalti. Morata cerró la remontada con su cuarto gol seguido
Pues no estaba muerto. Había pasado un mes en estado catatónico, pero Cristiano se levantó de la camilla en la que estaba siendo tratado de su sequía, desconectó todas las vías y empezó a marcar goles como lo solía hacer antes, cuando se encontraba en plenitud física y le salía todo lo que intentaba. Aún no es el mejor Cristiano, y quizá no lo vuelva a ser jamás, pero al Real Madrid le interesa esto, sus goles, su aportación material al equipo. Sus goles remontaron un partido que volvió a complicársele al líder de LaLiga Santander, y si fue así es por mérito del Alavés, que si ganó al Barça y le empató al Atleti, ambos fuera de casa, no es por una razón astrológica ni metafísica, es puro fútbol de herrería.
A Cristiano se le están acercando los momentos sensibles en los que un futbolista va viendo reducidas sus facultades y, para seguir manteniéndose a la altura del nivel en el que compite, debe saber readaptarse para no verse absorbido por la vorágine futbolística. Esta evolución (o involución en algunos casos), es infinitamente más dura en los jugadores que han pertenecido a la élite, pues, como Cristiano, pueden considerar que su manera de jugar de antaño es igual de válida pase el tiempo que pase y tenga delante a quien tenga. El '7' sigue jugando a lo mismo que cuando llegó al Madrid hace ya siete años y pico, de tal manera que su aportación es cada vez menor, pues el fútbol cambia y quien no se adapta no sobrevive. A Ronaldo le sucede que ha sido tan bueno que la calidad que aún permanece en su cuerpo le hace pertenecer aún al reducido grupo de los más grandes. Si estuviera tan mal, si no sirviese, Cristiano no le hubiera metido un 'hat-trick' al Alavés.
Le incomoda la presión como a todos, con el añadido de la ofuscación que le produce no lograr lo que mejor sabe hacer en la vida, que es marcar goles. Y otro trío, que no es el que forma el ataque blanco en los grandes días, viene tras él agobiándole, indirectamente, al menos. Sin embargo, en Mendizorroza, campo en el que nunca había jugado, Cristiano apareció mucho más que en otros días en los que si no te lo dicen, ni te crees que está en el campo. Esta vez, los narradores tenían la obligación de mencionarle constantemente. No tocaba el balón con las intenciones de Kroos, ni de Isco, sino que surgía desde la delantera para tocarla e irse, para sentirse partícipe en el juego y para anotar.
Zidane no se calentó la cabeza para elegir al once que tenía que ganar en Vitoria, en buena medida porque tampoco tiene opciones en el primer equipo para romperse los codos pensando en quién alinear. Tiene únicamente dos variables entre las que escoger: una, la opción suicida que es jugar con dos interiores muy ofensivos, como James e Isco; otra, la natural y menos temeraria, que es acoplar a uno de esos interiores a Kovacic para que el mediocampo se sostenga. Eligió esta última y tampoco es que extrajera de ella un equilibrio inalterable, pero sí le sirvió para controlar al Alavés en los momentos más determinantes, esto es, cuando el marcador marchaba 1-2 y avanzaban despacio los minutos hacia el triple pitido final.
Los fallos a corregir
Poco o nada puede hacer el preparador francés para evitar que algunos de sus jugadores tengan errores puntuales que provoquen situaciones graves de peligro. Bueno, quizá pueda mejorar la circulación de balón y las ayudas al poseedor, pero eso es otra historia. La calidad que atesoran Danilo y Marcelo no admite dudas, pero los dos ocasionaron dos acciones del Alavés, una acabó en gol, otra en gran intervención de Keylor (mucho más seguro, por cierto, que en los primeros días tras el regreso de su lesión).
De manera más específica, quizá Zidane debiera dedicar algo de tiempo en probar a encontrar de nuevo la mejor versión de Varane. El francés hace un tiempo que no es el mismo central sobrio, infalible y cortante que demostró ser en el final de su adolescencia. Una vez más, y ya van unas cuantas, volvió a equivocarse en un momento poco propicio, como es en el cálculo en el no despeje que propició el gol de Deyverson. No se pusieron de acuerdo portero y defensa y el delantero marcó. Solo dos veces esta temporada se ha quedado el Madrid con la portería a cero, en Anoeta y en Cornellá. Ocho partidos consecutivos recibiendo goles. Esto pasó con Varane, Pepe, Ramos y Nacho; con Carvajal, Danilo y Marcelo; con Casemiro y Modric, y con Kroos y Kovacic. Y no se cierra el chorro.
Probablemente el Madrid no se esperaba que el hombre que más peligro crease de los de Pellegrino fuera un francés de 19 años que ya tiene tatuajes y que juega de lateral izquierdo. En sus movimientos ofensivos, Theo Hernández recuerda al Bale de sus inicios en el Tottenham. Gana a sus marcadores por pura potencia, se echa el balón adelante y corre más que nadie. Debe trabajar más en sus centros, pues solo uno, el del gol, fue productivo, pero de mejorar ese aspecto, será un lateral prodigioso, pues defensivamente es un seguro.
A los dos les hacía falta Llorente
Para Pellegrino no era sencillo planificar este partido sin poder contar con el jugador más importante en este inicio de campeonato. El Madrid no quiere que le pase como al Atleti con Vietto (dio la asistencia de gol a N'Zonzi) y al Barça con Munir (marcó en Mestalla) y no permitió que Marcos Llorente jugase este encuentro. Es el hombre clave del Alavés, y en su función, Camarasa y Manu García no son capaces de aportar lo mismo. El ex del Levante no pasó del 60% en el pase acertado, mientras que el canterano tiene un 88% de media de acierto en lo que va de liga. En el contrato el Madrid marcó el primer gol de este encuentro... aunque sin duda Zidane habría deseado contar con él para que las bajas de Modric y Casemiro dolieran un poco menos.
Remontó el Madrid por inercia y por Cristiano. Por el árbitro un poco también. Pitó un penalti que en el Madrid solo reclamó Pepe (que se marchó lesionado antes de la media hora) y se cargó a dos miembros del cuerpo técnico vitoriano, entre ellos al primer entrenador. Señaló luego otra pena máxima bastante evidente, pero ahí no marcó su 'hat-trick' Cristiano. Lo hizo después, en una jugada excelente entre amigos. Marcelo también le regaló otro tanto a su colega Morata, que sigue aportando mucho más que Benzema, bastante perdido en el césped. Aguantó bien el Madrid al Alavés en los momentos críticos y, en cuanto tuvo oportunidad, fue a la yugular para seguir sacándole todo el jugo a la liga.
Ficha técnica
1 - Deportivo Alavés: Pacheco; Kiko Femenía, Alexis, Feddal, R.García, Theo; Dani Torres (Santos, min. 83), Camarasa, Manu García (Krsticic, min. 61); Edgar (Katai, min. 66) y Deyverson.
4 - Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Pepe (Nacho, min. 24), Varane, Marcelo; Kroos, Kovacic, Isco; Bale (Lucas Vázquez, min. 87), Ronaldo y Benzema (Morata, 66).
Goles: 1-0, m.7: Deyverson. 1-1, m.16: Ronaldo, de penalti. 1-2, m.32: Ronaldo. 1-3, min. 84: Morata. 1-4, min. 88: Ronaldo.
Árbitro: Sánchez Martínez (Murciano). Expulsó a Mauricio Pellegrino por protestar en el minuto 77. Además amonestó a los locales Deyverson (min. 15), Dani Torres (38), Theo (51) y Femenía (80) y Krsticic (86); y al visitante Bale (59).
Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de la LaLiga Santander, disputado en Mendizorroza ante 19.840 espectadores que llenaron el estadio vitoriano.
Pues no estaba muerto. Había pasado un mes en estado catatónico, pero Cristiano se levantó de la camilla en la que estaba siendo tratado de su sequía, desconectó todas las vías y empezó a marcar goles como lo solía hacer antes, cuando se encontraba en plenitud física y le salía todo lo que intentaba. Aún no es el mejor Cristiano, y quizá no lo vuelva a ser jamás, pero al Real Madrid le interesa esto, sus goles, su aportación material al equipo. Sus goles remontaron un partido que volvió a complicársele al líder de LaLiga Santander, y si fue así es por mérito del Alavés, que si ganó al Barça y le empató al Atleti, ambos fuera de casa, no es por una razón astrológica ni metafísica, es puro fútbol de herrería.
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