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El Real Madrid con la receta de siempre: la pegada de un peso pesado
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victoria clara por 5-2

El Real Madrid con la receta de siempre: la pegada de un peso pesado

Cristiano abrió la lata en el minuto seis y Osasuna no tuvo argumentos para contrarrestar al equipo blanco. Zidane repartió minutos y vio como marcaban tres de los cuatro defensas. El Madrid es así

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El Real Madrid es ese púgil por el que se pagan entradas exorbitadas y hace durar el combate solo unos segundos. Sube al ring, se detiene en la perorata del árbitro, escucha "segundos fuera" y 'pum' puñetazo al mentón y a por la siguiente historia. Seis minutos duró Osasuna en pie, los mismos que tardó Cristiano en agarrar una contra y recordar que contra el Madrid no vale calentamiento. Tres partidos de La Liga Santander, otras tantas victorias.

Foto: Zidane y Cristiano Ronaldo se abrazan tras ganar la Champions League en Milán (Reuters)

El caso es que el equipo no tuvo su mejor brillo, pero dio un poco igual. Tiene esa fuerza imposible que le lleva a ganar con extrema facilidad partidos como el de Osasuna en casa. Sin dominar, sin apabullar, sin necesidad real de jugar muy bien. No importa, el boxeador, aunque pasado de peso o un poco más torpe de lo habitual, tiene la fuerza bruta capaz de hacer caer montañas con sus golpes.

Después del primer tanto Osasuna cogió el balón, lo cuidó con cariño y llegó a pensar que había partido. Sí, se puede; sí, se puede. Se repetían como si estuviesen en un mitin político. Ciencia ficción, un espejismo, no se podía. Tardó media hora en llegar el siguiente, es cierto, pero con él llegó una catarata. Lo de la pegada en el Real Madrid es tan colosal que debe ser el único equipo del mundo en el que pueden marcar tres defensas y parecer algo natural.

Pepe y Ramos son dos de los mejores rematadores de cabeza del mundo y en el Bernabéu lo volvieron a demostrar. Tiene el equipo de Zidane un control del juego aéreo descorazonador para los rivales. Cuando el balón vuela siempre aparece un madridista, todos altos, fuertes y potentes, para vacunar al rival. El de Danilo fue otra cosa, un caos en el área que termina con el balón fuera y Danilo encontrando la rendija por la que pasar el balón. Y con estros ya eran cuatro.

El quinto fue cosa del genio. Luka Modric puede no tener la fama de otros. No grita, no hace abdominales a dolor, no necesita mostrarse. Se reivindica con el fútbol, mezclando como nadie lo hace, siendo la brújula de un equipo que aspira a todo lo posible. Se encontró el croata el balón perdido en el área, se dio la vuelta y, con un defensa pegado como si bailasen tango, se sacó el remate perfecto, bien ajustado al palo. Colosal, como todo lo que salen de sus botas, la paleta del pintor, el tintero del poeta.

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GRA254. MADRID, 10 09 2016.- El delantero portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo durante el partido de la tercera jornada de Liga que disputan frente al Osasuna en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid. EFE Emilio Naranjo

Una defensa floja

La potencia del Madrid, evidente, se vio beneficiada por la ausencia de defensa de Osasuna. El equipo navarro, recién ascendido, tiene cosas llamativas. Cuida el balón, no anda exento de talento... pero no tiene estructura para sostener el huracán. Sería la casa de papel que sale a volar con el primer golpe de viento. Eso se notó en los córners, donde el Madrid ganaba siempre, uno detrás de otro. Tampoco ayudó mucho el portero, Nauzet Pérez, que tiene las manos de plastilina. Y todo esto con cinco defensores, perfectamente descoordinados.

Marcó dos goles, eso sí. En realidad tres, porque el árbitro decidió no conceder uno que pudo dar. Pitó penalti a cambio y lo falló Oier, que era el mismo que había anotado instantes antes. Al final del partido el jugador reclamaba explicaciones. Marcar en el Bernabéu pasa una vez en la vida y ver como lo anulan tiene que doler.

Foto: Varane y Nacho, contra Osasuna (EFE)

Zidane, que se toma con mucha calma estos partidos, decidió dar descanso a algunos internacionales. No jugó Carvajal y Danilo lo hizo bien. Un gol y poquísima presión. Tampoco estaba Marcelo, y Nacho Fernández se puso en sus zapatos. Excelente partido del meritorio, que es un gran profesional y siempre está dispuesto a dar lo mejor de si mismo. No será nunca una estrella, no se le verá en el once ideal de la UEFA, quizá ni siquiera en la selección, pero el valor de tener un suplente estable y silencioso es algo que en el Real Madrid se aprecia. Todos quieren jugar, pero solo lo hacen once.

Cierto es que en estas últimas temporadas las rotaciones existen. Jugó Kovacic, que sobre el papel es suplentísimo. Lo más difícil es cambiar a los de arriba, pero como han empezado la Liga medio lesionados está resultando por el momento más sencillo. Debutó en la temporada Cristiano, con gol aunque algo ausente. Duró 65 minutos sobre el césped y por éll entró Benzema, también tocado, que disputó algo menos de media hora. El otro de la BBC tampoco jugó entero el partido, solo 70 minutos para darle un rato a Lucas Vázquez. Es poco probable que esta vaya a ser la tónica general de la temporada, tiene cara de circunstancias todo esto, pero si de verdad el técnico puede hacerlo, si no tiene problemas para quitar a Cristiano o a Bale, el Madrid se convertirá en más equipo. Y llegará, a buen seguro, más descansado a final de temporada.

Quien no acertó, y ni siquiera estuvo muy activo, fue Morata. Un paso delante, otro atrás. El delantero no termina de sentirse del todo cómodo de blanco, o quizá es solo que chirría un poco en las comparaciones. Sus compañero son mejores que él, por bueno que sea este. Se ve más cómodo a Lucas, siempre descarado, creyéndose más de lo que es, y Asensio, que juega al fútbol como los ángeles y, aunque sea con dos retales, lo muestra casi siempre.

El Madrid se presenta a la reválida del año. Zidane lleva días diciendo que para él lo más importante es la Liga, que no vale jugárselo todo a el embelesado amor de Europa. Hay que estar en el día a día y eso es jugar los sábados y los domingos contra equipo como Osasuna. Equipos que se enfrentan al peso pesado y no pueden más que esperar el desenlace probable.

El Real Madrid es ese púgil por el que se pagan entradas exorbitadas y hace durar el combate solo unos segundos. Sube al ring, se detiene en la perorata del árbitro, escucha "segundos fuera" y 'pum' puñetazo al mentón y a por la siguiente historia. Seis minutos duró Osasuna en pie, los mismos que tardó Cristiano en agarrar una contra y recordar que contra el Madrid no vale calentamiento. Tres partidos de La Liga Santander, otras tantas victorias.

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