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A Bale le queda bien la ropa de Cristiano
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El madrid remonta después de empezar dormido

A Bale le queda bien la ropa de Cristiano

Al Rayo no le sienta bien adelantarse contra los grandes. Esta vez se puso con dos goles de ventaja y aun así, el Madrid remontó liderado por Bale para seguir enganchado a la lucha por la Liga

Foto: Dos boles de Bale permitieron la remontada (REUTERS/Sergio Pérez).
Dos boles de Bale permitieron la remontada (REUTERS/Sergio Pérez).

Ser del Rayo Vallecano es un deporte de riesgo. Primero porque cuando llueve en Vallecas como lo hizo esta tarde de sábado, se moja todo el mundo hasta los huesos, incluidos los señores del palco presidencial, para que quede claro que en el estadio del barrio no hay clases sociales. Y segundo por la seguridad de la derrota cuando se enfrenta a un grande, sea cual sea la situación del partido, mejor o peor para los intereses vallecanos. En la primera vuelta, el Rayo remontó al Madrid muy pronto y sólo el infortunio evitó que se pusiera 1-3. En esa circunstancia favorable, la historia dice que al Rayo le va a pasar algo, alguna vicisitud que le impida sumar. Aquella vez fueron dos expulsiones. Esta vez, un mal pase... y un equipo y un jugador descomunal con una necesidad indefectible de ganar.

La probabilidad de que el Madrid acabase remontando la desvenjata inicial de dos goles en contra era alta, como decimos, pero es inexcusable que con la Liga en juego y además, siendo el primero de los tres contendientes por el título en jugar, se encontrase de repente con un 2-0 que hizo el partido en Vallecas más incómodo de lo que debió ser en cualquier circunstancia. No es que el Madrid tuviese que ganar al vecino sin ni siquiera pisar el césped, pero el diferencial de calidad entre ambos conjuntos es sumamente elevado que sufrir para sumar los tres puntos resulta cuanto menos extraño, casi insólito.

[Lea aquí: La resurrección de Miku]

Se ha repetido ya demasiadas veces eso de que el Rayo ha hecho un partido muy bueno contra los mejores, que no se merecía haber perdido, que al menos un punto debería de haber obtenido, pues su demostración en el campo no desmerece en absoluto el ingente volumen de juego contrario. Y sin embargo lo seguimos diciendo constantemente. No hay una evolución dialéctica en la confrontación contra Barça. Atlético o Real Madrid. Paco Jémez mantiene la teoría de que hacer frente a estos encuentros con otro planteamiento significaría perder al menos seis semanas al año de aplicación de su teoría, de su idea de juego, la cual requiere de una implicación constante para ser aprehendida. La pregunta que se hacen algunos rayistas es si merece la pena renunciar directamente a 18 puntos casi de seguro cada año por temporada.

Y lo cierto es que más de una vez ha estado a punto de sumar. De manera casi incomprensible, esas veces que tan cerca ha estado han acabado con goleada de escándalo, pero en esas posteriores goleadas se dieron previamente marcadores y sensaciones favorables que, de repente, desaparecieron como una pinta de cerveza en el Oktoberfest. ¿Quién puede discutir con argumentos que el Rayo no tenía el partido absolutamente controlado tras el gol de Miku Fedor? Creó más ocasiones, tenía la pelota y, lo más importante, evitó que el Madrid se acercase a Juan Carlos.

[Lea aquí: Cristiano no estuvo en Vallecas]

Aunque no esté Cristiano, el Madrid iba a despertar más pronto que tarde. El Rayo no pudo controlar que fuera antes del descanso. Haber llegado 2-0 al intervalo habría sido moralmente diverso a hacerlo con solo un tanto de margen. Al final, el Madrid, más el de esta campaña, está sometido a una prueba (al menos una) cada día que juega. Lleva jugando 'finales' desde septiembre. Esta vez, el examen era para Gareth Bale, los hombros sobre los que recaía todo el peso de compensar la falta del '7', que para eso se le fichó en su día. Eran demasiados días con Cristiano en el campo como para intuir cómo iba a reaccionar el Madrid sin él en un partido tan determinante. Y la respuesta del galés fue soberbia.

Se le recordará en este encuentro por los dos goles que marcó, que fueron los dos más importantes, es decir, el que reduce la distancia antes de acabar el primer tiempo y el que remonta definitamente, pero el encuentro de Bale fue mucho más allá. Él quiso remontar y el se encargó de organizar la estrategia para ello y liderarla como adalid. Partiendo desde la derecha, el de Cardiff influyó en la práctica totalidad de los ataques del Madrid, ya fuera por el mantenimiento del balón esperando a un compañero, por un regate liberador o por un pase que dejaba en ventaja a un compañero. Hace un tiempo, Bale era un jugador portentoso físicamente, ahora es inteligente con el balón y asume los galones cuando le corresponde.

Su labor en Vallecas, además, fue más allá de la 'simple' cobertura del puesto de Cristiano, lo cual implica una responsabilidad suprema. Benzema, de nuevo, se marchó con problemas físicos antes de tiempo, y por tanto, dejaba solo a Bale como el único miembro de la delantera titular. No le importó, al contrario, le encorajinó. Y la baja del francés también permitió la entrada de Lucas. El chaval tiene ganas de ser titular, y lo evidenció una vez más con un testarazo a la escuadra saliendo de la izquierda, su lado antinatural.

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El balón para ese remate se lo puso Danilo. Carvajal no estuvo por segundo partido consecutivo y se presume de ello que Zidane lo quiere tener fresco para visitar al Manchester City. Mientras, Danilo, siempre bajo la lupa de un extraño que roba protagonismo a uno de la casa, ocupa su lugar. Y esa presión ejercida sobre el brasileño le descoloca y él tampoco es capaz de zafarse de ella. Porque puede hacer una jugada excelente y culminarla con un centro delicioso, pero también puede permitir que Bebé se marche de él como de un juvenil para regalarle el gol a Embarba, y que eso se repitiera varias veces durante el primer tiempo. Da y quita. Cuestión de confianza.

Ficha técnica:

2.- Rayo Vallecano: Juan Carlos; Quini, Crespo, Amaya, Tito (Rat, m.77); Embarba, Trashorras, Jozabed (Iturra, m.53), Bebé; Pablo Hernández (Javi Guerra, m.53); y Miku.

3.- Real Madrid: Keylor Navas; Danilo, Pepe, Varane, Marcelo; Kovacic (James, m.77), Kroos, Isco; Bale, Jesé (Modric, m.62) y Benzema (Lucas Vázquez, m.42).

Goles: 1-0, M.7: Embarba; 2-0, M.13: Miku; 2-1, M.35: Bale; 2-2, M.51: Lucas Vázquez; 2-3, M.80: Bale.

Árbitro: Alejandro José Hernández Hernández (C.Las Palmas). Amonestó a Jozabed (m.53), Crespo (62), Iturra (66), Trashorras (72), Amaya (75) y Rat (82), del Rayo; y a Kovacic (65), del Real Madrid.

Incidencias: encuentro correspondiente a la trigésimo quinta jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio de Vallecas (Madrid), ante 13.314 espectadores.

Ser del Rayo Vallecano es un deporte de riesgo. Primero porque cuando llueve en Vallecas como lo hizo esta tarde de sábado, se moja todo el mundo hasta los huesos, incluidos los señores del palco presidencial, para que quede claro que en el estadio del barrio no hay clases sociales. Y segundo por la seguridad de la derrota cuando se enfrenta a un grande, sea cual sea la situación del partido, mejor o peor para los intereses vallecanos. En la primera vuelta, el Rayo remontó al Madrid muy pronto y sólo el infortunio evitó que se pusiera 1-3. En esa circunstancia favorable, la historia dice que al Rayo le va a pasar algo, alguna vicisitud que le impida sumar. Aquella vez fueron dos expulsiones. Esta vez, un mal pase... y un equipo y un jugador descomunal con una necesidad indefectible de ganar.

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