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Se regala Liga: razón, FC Barcelona
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sigue líder, pero se ha dejado 11 puntos de 12

Se regala Liga: razón, FC Barcelona

La derrota de los culés ante el Valencia, tercera seguida en Liga, permite al Atlético sumar los mismos puntos y al Madrid ponerse a uno a falta aún de cinco jornadas

Foto: Suárez y Neymar se lamentan tras el segundo gol del Valencia. (EFE)
Suárez y Neymar se lamentan tras el segundo gol del Valencia. (EFE)

Ganó el Real Madrid con contundencia en Getafe: 1-5. Lo hizo el Atlético al Granada en el Calderón: 3-0. Es decir, el Barça no podía permitirse un nuevo tropiezo en Liga si no quería ver aún más reducida su distancia. Pero lo hizo. Los blancos habían dormido a un punto y los colchoneros cenaban con los mismos que los culés. Y así se quedó la cosa. Eliminado por el Atlético en los cuartos de final de la Champions con todo merecimiento, uno de los peores Valencia que se recuerdan se llevó los tres puntos del Camp Nou y terminó por dilapidar la renta de nueve que el equipo de Luis Enrique llegó a tener con los rojiblancos en la jornada 30ª y de 12 con el Madrid en la 29ª. Desde 2003 el Barça no perdía dos partidos de Liga seguidos en casa, y desde la nefasta era Martino no encadenaba tres derrotas. Pero, más allá de unos datos que son irrefutables, mucho habría que hablar del juego del equipo catalán, empobrecido mientras paradójicamente goleaba y encadenaba 39 partidos sin perder. He ahí la trampa y lo que el técnico azulgrana debería analizar, aunque no se le ve por la labor, ya sea por voluntad o por capacidad.

De la excelencia que vivió con Pep Guardiola, el Barça ha pasado a la vulgaridad con Luis Enrique, siempre en lo que al juego se refiere, pues los resultados son otra historia, si bien también comparables. De ahí que, aunque inesperado, tampoco sea tan de extrañar su desplome. Que el Barça ya no juega a lo que jugaba es algo que se veía venir hace tiempo, aunque sus goleadas a diestro y siniestro, con los Messi, Luis Suárez y Neymar en plena ebullición, lo evitaran en la mayoría de las ocasiones. Aunque en el Calderón incluso perdió la identidad en una primera parte para olvidar, lo cierto es que el equipo de Luis Enrique lleva tiempo dando síntomas de haberse alejado de lo que fue. Por ello, ha bastado que los tres de arriba perdieran la chispa o la magia de la que habló su entrenador para que el equipo azulgrana haya dejado de ganar y sume cuatro derrotas en sus últimos cinco partidos y se haya dejado 11 de los 12 últimos puntos en Liga.

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La noticia en el once del Barça fue la suplencia de Dani Alves. Según Luis Enrique, el brasileño no pretendía molestar con su ridícula exhibición en redes sociales tras la eliminación de la Champions, "sino solo ayudar". Y eso es lo que debió de pensar cuando le dejó en el banquillo, que era ahí donde más podía ayudar, pues en su lugar decidió dar entrada al meritorio Sergi Roberto. El Valencia, con Alcácer renqueante, jugó con su equipo previsto. Aunque ahora sin el inefable Gary Neville, sino con Pako Ayestaran, los valencianos tenían el listón demasiado bajo tras el 7-0 que encajaron en su última visita al Camp Nou con motivo de su enfrentamiento copero. Sin embargo, la victoria 'in extremis' contra el Sevilla en Mestalla le permitía comparecer en Barcelona sin tanto agobio clasificatorio. Y, tanto para lo bueno como para lo malo, se notó.

Hasta el 'minuto Johan', bien

Antes del 'minuto Johan', es decir, el 14 en recuerdo de Cruyff, el Barça ya había creado tres ocasiones claras de gol, cada una de ellas protagonizadas por uno de los miembros del tridente. Primero Messi, a quien Alves sacó un remate a bocajarro, después Luis Suárez, que no llegó a un pase de Jordi Alba, y, por último, Neymar, que no acertó con su vaselina tras recibir una asistencia de Messi que le dejó solo ante el portero del Valencia.

Después de unos minutos de tregua, con el equipo de Pako Ayestarán cogiendo aire y sin poder salir de su campo, un saque en largo de Bravo llegó a los pies de Neymar, quien a su vez prolongó para Messi. El típico latigazo del argentino lo repelió Alves con una manopla prodigiosa. En la jugada siguiente, Rakitic desvió un centro de Siqueira y el balón se le coló a Bravo por el palo corto. En esos momentos, el Barça ya estaba con los mismos puntos que el Atlético y tan solo uno más que el Real Madrid, de ahí los lógicos nervios. Si antes del 0-1 los azulgranas ya tenían y transmitían más prisas por ganar que por jugar, a partir de ese momento la angustia fue en aumento.

Pero cuando las cosas van mal, sabido es que aún pueden ir peor. Justo antes del descanso, durante el minuto de prolongación que concedió Fernández Borbalán, el Valencia marcó el 0-2 en una jugada que dejó en evidencia al Barça, con todos sus jugadores parados, mientras sus rivales llevaban el balón de un lado al otro del campo. Parejo, que ya había intervenido en la jugada del primer gol, asistió a Santi Mina, que cruzó el balón lejos del alcance de Bravo. Las caras de los azulgranas cuando iban camino de los vestuarios eran el fiel reflejo de lo que sentían: incredulidad, impotencia e, incluso, la ansiedad que generan las dudas.

Estéril gol 500 de Messi

Sin margen de error, pero también sin margen de maniobra, Luis Enrique fue fiel a sí mismo y no movió banquillo, aunque esta vez fue al extremo y no lo hizo durante los 90 minutos. Sí lo hizo Ayestarán, que sustituyó a Santi Mina por Alcácer para seguir apretando arriba. Superado el cuarto de hora de la reanudación, llegó el primer gol del Barça. Lo marcó Messi, el 500 de su carrera y después de cinco partidos resistiéndose. Pero fue estéril. En esos momentos, y aunque la grada pedía más, hasta el empate parecía bueno para un equipo claramente atascado en su juego y tocado psicológicamente.

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Con el cambio de Cancelo por Enzo Pérez, Ayestarán intentó reforzar la banda derecha, por donde llegó el 2-1. Un paradón, otro más, de Diego Alves evitó el gol de Rakitic. Neymar también tuvo el empate, aunque más clara aún fue la ocasión de Alcácer para poner el 1-3, después de que una contra bien llevada por Parejo también llevara mucho peligro. Con Piqué ya para entonces de delantero centro, Mascherano se multiplicaba en defensa, pero el Barça seguía sin ideas... y sin remate. Piqué, solo ante Alves, cruzó demasiado. Ahí se acabaron las esperanzas del equipo de Luis Enrique, que se ha hundido y está por ver si será capaz de salir a flote, al menos a tiempo para no perder una Liga que tenía ganada y parece empeñado en regalar.

Ficha técnica

Ganó el Real Madrid con contundencia en Getafe: 1-5. Lo hizo el Atlético al Granada en el Calderón: 3-0. Es decir, el Barça no podía permitirse un nuevo tropiezo en Liga si no quería ver aún más reducida su distancia. Pero lo hizo. Los blancos habían dormido a un punto y los colchoneros cenaban con los mismos que los culés. Y así se quedó la cosa. Eliminado por el Atlético en los cuartos de final de la Champions con todo merecimiento, uno de los peores Valencia que se recuerdan se llevó los tres puntos del Camp Nou y terminó por dilapidar la renta de nueve que el equipo de Luis Enrique llegó a tener con los rojiblancos en la jornada 30ª y de 12 con el Madrid en la 29ª. Desde 2003 el Barça no perdía dos partidos de Liga seguidos en casa, y desde la nefasta era Martino no encadenaba tres derrotas. Pero, más allá de unos datos que son irrefutables, mucho habría que hablar del juego del equipo catalán, empobrecido mientras paradójicamente goleaba y encadenaba 39 partidos sin perder. He ahí la trampa y lo que el técnico azulgrana debería analizar, aunque no se le ve por la labor, ya sea por voluntad o por capacidad.

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