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La gloria y la vergüenza del delantero más importante (para su club) de la Liga
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La gloria y la vergüenza del delantero más importante (para su club) de la Liga

Rubén Castro marca el 55,5% de los goles del Betis mientras aguarda su juicio por presuntos malos tratos. No hay otro delantero tan necesario para su equipo en toda la Liga

Foto: Rubén Castro ha marcado 15 goles esta temporada. (Efe)
Rubén Castro ha marcado 15 goles esta temporada. (Efe)

Estadísticas en mano, no existe en la Liga futbolista más importante para su equipo que Rubén Castro. El delantero marca el 55,5% de los goles del Betis. Un registro sin parangón en el campeonato. Cristiano Ronaldo anota el 32% de los tantos del Real Madrid. Leo Messi, el 25% de los del Barça. Antoine Griezmann, el 37% en el Atlético, rival de este fin de semana de Castro y su Betis. No ha habido en la historia del club verdiblanco muchos jugadores de los que enorgullecerse más que del punta canario. Y, tal vez, tampoco haya muchos de los que más avergonzarse.

“En cierta medida, se trata de un fenómeno inexplicable”, relata Pepe Mel, a quien Castro considera como “un padre”. Cuando el entrenador apostó por él en el Betis, 2010, el delantero parecía un jugador que se batía en retirada. Tenía 29 años, había desfilado por siete equipos con más pena que gloria y, encima, acarreaba cierta fama de pendenciero. Pero en Sevilla, como narra Mel, “Rubén encontró su lugar en el mundo”. Su explosión fue inmediata. Castro se estrenó con 27 goles que le valieron el ascenso al Betis. En su siguiente campaña celebró su treintena con 16 chicharros para una plácida permanencia. A la siguiente se superó con 18 en la Liga que impulsaron al Betis hacia la Europa League. Su única lesión importante le dejó en 25 partidos en el curso 2013/14, en los que sus 10 goles no evitaron el descenso. Castro volvió a Segunda con 33 años. Lejos de deprimirse, se fue hasta los 32 goles con los que aceleró nuevamente el ascenso. Esta temporada ha vuelto a suceder lo de siempre: el Betis fichó a nuevos competidores temiendo el ocaso de Rubén Castro y éste respondió con una asombrosa artillería.

El delantero canario, que en junio cumplirá 35 años, ha marcado 15 de los 27 goles del equipo verdiblanco. Es difícil, por no decir casi imposible, que el Betis gane un partido si no anota Rubén Castro. Los siguientes goleadores son dos defensas, Vargas y Pezzella, con dos tantos. El resto de delanteros son invisibles. Molina, de 34 años, es el único que ha marcado (1 gol en 21 partidos). El fichaje de verano, Van Wolfswinkel, está a cero en 11 y el de invierno, Damiao, aún no se ha estrenado en los dos partidos que ha participado. Ese 55,5% de los goles anotados de su equipo es un registro insuperable por cualquier otro jugador de la Liga. Los que más se le acercan son Borja Bastón, del Eibar (17 de 42, 40,4%) y Lucas Pérez, del Deportivo (15 de 39, 38,4%). Después vendría la primera de las superestrellas del campeonato, Griezmann (17 de 46, 36,9%). Tras Aduriz en el Athletic (17 de 48, 35,4%) encontraríamos a Cristiano Ronaldo (28 de 87, 32’1%). Luis Suárez se queda en el 30’2% (26 de 86). Combinados, el uruguayo, Messi y Neymar marcan el 80% de los goles del Barcelona. Cristiano, Benzema y Bale alcanzan el 72% de los del Real Madrid.

“Es como el vino, mejora con el tiempo”, dice de Rubén Castro el extremo Joaquín, que hace unos días reclamó la internacionalidad para su compañero. “Rubén lleva muchos años a un nivel extraordinario. Le ha dado mucho al Betis y forma parte de su historia y de la del fútbol español. Está tocado con la varita del gol. Espero que, no muy tarde, Vicente del Bosque se acuerde de él, como ha hecho con Aduriz, y le lleve a la Selección”. El propio interesado, sin embargo, opina otra cosa: “No sueño ya con eso. Si no fui hace tres años, con mi tope goleador y el equipo en Europa, no creo que vaya a ir ahora. Mi tren de la Selección pasó”. Es una versión menos alegre y, probablemente, más realista. Es cierto que hubo un tiempo en el que Del Bosque se planteó públicamente contar con Rubén Castro, como ayuda y como premio. Pero aquello se evaporó por completo con los problemas extradeportivos del jugador. “Al menos mientras esté Vicente, la Selección no va a contar con un futbolista en la situación procesal en que se encuentra Rubén”, dicen a El Confidencial desde la Federación.

Al Betis siempre le preocupó la vida fuera del campo de Rubén Castro, un deportista que jamás ocultó su inclinación a divertirse por la noche. Durante los primeros años no hubo problemas. Algún accidente de tráfico, una multa por allá, fotos fumando una cachimba cuando estaba lesionado… Nada que alterara su rendimiento deportivo (más bien todo lo contrario) ni encendiera alarmas. Sin embargo, eso saltó por los aires un 28 de mayo de 2013, cuando el futbolista fue arrestado por, presuntamente, agredir a su exnovia de madrugada a la salida de una discoteca. Castro pasó por los calabozos y fue puesto en libertad con una orden de alejamiento. El 1 de diciembre de 2014, la juez de Violencia contra la Mujer 3 dictó auto de procesamiento por cuatro delitos de maltrato y uno de amenazas leves. El fiscal pidió por ellos dos años y un mes de cárcel para el futbolista. La acusación recurrió para reclamar una pena aún mayor. El pasado 2 de febrero, la Audiencia Provincial estimó parcialmente su petición y amplió los cargos por “maltrato habitual”.

Desde el despacho que defiende a la expareja de Castro son reacios a opinar ante El Confidencial, en buena medida para no exponer más a la chica, “a la que le está resultando muy duro rehacer su vida en una ciudad como Sevilla”. “Lo peor –inciden– no es cómo el club, el fútbol o una parte de la sociedad pueden arropar al presunto maltratador, sino cómo insultan todavía más a la víctima”. En febrero de 2015, ultras verdiblancos profirieron los ‘cánticos de la vergüenza’ en el Benito Villamarín: “Rubén Castro alé, no fue culpa tuya, era una puta, lo hiciste bien”. Consultado, la primera reacción del jugador fue amparar a los hinchas: “Conecto bien con ellos y cualquiera es libre de decir lo que quiera”. A las pocas horas rectificó, obligado por el club: “Rechazo cualquier tipo de violencia”. Desde entonces, toda entrevista con Castro está condicionada a evitar este tema, que generó una ola de indignación que ya ha pasado. Antiviolencia propuso cerrar parcialmente el Villamarín. No ocurrió.

En apariencia, sin embargo, estos graves problemas no habrían hecho mella en el futbolista. El pasado junio, Castro tuvo a su primer hijo, Rubén, con su nueva pareja, a quien conoció tras su paso por el programa 'Mujeres, Hombres y Viceversa'. No ha vuelto a protagonizar un solo incidente extradeportivo. Y, dentro del campo, ha seguido marcando, como siempre desde que está en el Betis, del que ya es el mejor artillero en su historia. Un futbolista para la leyenda verdiblanca, con su honor y tal vez su vergüenza.

Estadísticas en mano, no existe en la Liga futbolista más importante para su equipo que Rubén Castro. El delantero marca el 55,5% de los goles del Betis. Un registro sin parangón en el campeonato. Cristiano Ronaldo anota el 32% de los tantos del Real Madrid. Leo Messi, el 25% de los del Barça. Antoine Griezmann, el 37% en el Atlético, rival de este fin de semana de Castro y su Betis. No ha habido en la historia del club verdiblanco muchos jugadores de los que enorgullecerse más que del punta canario. Y, tal vez, tampoco haya muchos de los que más avergonzarse.

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