Máxima preocupación en el seno del Atlético por la falta de gol de sus delanteros
Los primeros que empezaron a preocuparse fueron los aficionados, pero dentro del club había paciencia. Pero ésta se ha agotado y empiezan a surgir voces críticas con los atacantes
En el momento en que se produce una derrota dolorosa, lo que era algo aparentemente hermoso puede transformarse en algo infinitamente menos bello en cuestión de segundos, como por acción de una pócima de cualquier bruja literaria. La eliminación copera del Atlético de Madrid ha dejado entreabiertas varias heridas, algunas de las cuales tienen fácil solución, y otras que empiezan a supurar por una infección que apenas si se puede controlar. Es natural que haya algunos detalles más o menos negativos en los grandes clubes que quedan cubiertos por los buenos resultados y que, cuando algo se tuerce, salen a la luz.
El Atlético de Madrid no está en una mala situación. Más bien al contrario: ha caído en Copa, pero tiene una eliminatoria relativamente sencilla en Champions League y, de ganar al Barça, volvería a ser líder en solitario de la Liga. Pero es innegable que el Atlético se ha encontrado con una debilidad intrínseca a su juego en lo que va de temporada: la alarmante falta de gol de sus delanteros. Por supuesto, de ese grupo de atacantes sacamos a Antoine Griezmann, que es ahora mismo, junto con Godín, el jugador más determinante del equipo rojiblanco. El resto no han hecho los números esperados, ni necesarios para estar en un club de la élite europea.
Ángel Correa, con cinco goles en todas las competiciones, es el mejor punta del Atlético. Quizá el que menos se esperaba, por juventud, por no conocer la Liga española. Pero es que esos cinco son la misma cantidad que ha anotado Saúl Ñíguez, que hasta el partido contra el Celta era el segundo máximo goleador del Atlético. Los dos fichajes más caros del verano rojiblanco, Jackson Martínez y Luciano Vietto, han anotado tres cada uno, mientras que Fernando Torres, símbolo atlético por excelencia, sólo ha hecho dos goles. En total, entre los cuatro, suman trece goles, seis menos de los que ha realizado Griezmann por su cuenta y riesgo.
Simeone y todos los jugadores que han salido a hablar a zona mixta o ruedas de prensa (entrevistas, pocas o ninguna) han querido defender a los cuatro delanteros. "Más allá del gol nosotros valoramos el esfuerzo, el rendimiento colectivo, el aporte para potenciar al compañero", dijo ayer mismo Simeone antes de jugar contra el Barça más en particular sobre Jackson, pero extrapolado por él mismo a todos los delanteros colchoneros. Pero ese discurso público no es el mismo que hay de puertas para adentro. No tiene nada que ver, de hecho.
Los pesos pesados de la plantilla, incluido el entrenador, han alzado la voz en el vestuario y han mostrado de manera patente su desconfianza hacia sus compañeros del ataque. Consideran que el resto del equipo hace un trabajo realmente bueno (el Atleti, pese al despropósito defensivo del miércoles ante el Celta, ha recibido 8 goles en 21 partidos de Liga) y que ese esfuerzo no se ve compensado por lo realizado por los delanteros. Creen que están jugando a un nivel inferior del que pueden y que deberían siendo jugadores del Atlético. Y por esta misma razón, ya se están barajando nombres de delanteros para el futuro (quizá inmediato), como el de Lucas Pérez.
El ejemplo a seguir está en casa
Y opinan lo mismo tanto de los nuevos, estos son, Correa, Jackson y Vietto, que de Fernando Torres. Es decir, no hay jerarquía que valga en este sentido. Torres, que está viviendo con toda seguridad sus últimos meses como jugador del Atlético (pese a la cautelar recibida por la FIFA que permitiría al Atleti contratarle en verano), es también señalado por sus propios compañeros y su técnico. Él, como los otros, no están cumpliendo las expectativas del bloque duro del vestuario. Todo esto sólo se extrapola hacia afuera en la cantidad de variaciones que ha hecho el Cholo para acompañar a Griezmann. No ha elegido todavía al ideal. Jackson ni jugó contra el Celta cuando hacía falta gol, y Torres aún no está al 100% para ir convocado.
La temporada del Atlético, sin embargo, todavía está lejos de acabar. Dentro de cuatro meses, cuando esté finalizando mayo, la opinión de la plantilla rojiblanca hacia sus delanteros bien puede ser diferente. Pero eso dependerá exclusivamente de los atacantes, de su rendimiento. Para ganarse de nuevo la admiración de sus compañeros tendrán no sólo que mejorar los números, sino aportar al juego lo que partido sí y partido también ofrece Griezmann, es decir, presión, hambre, trabajo en equipo, predisposición a cambiar de posición. Y liderazgo. Griezmann es un líder, Falcao lo era, al igual que Costa. Ni Torres, ni Jackson, ni Vietto ni Correa lo son ahora mismo.
En el momento en que se produce una derrota dolorosa, lo que era algo aparentemente hermoso puede transformarse en algo infinitamente menos bello en cuestión de segundos, como por acción de una pócima de cualquier bruja literaria. La eliminación copera del Atlético de Madrid ha dejado entreabiertas varias heridas, algunas de las cuales tienen fácil solución, y otras que empiezan a supurar por una infección que apenas si se puede controlar. Es natural que haya algunos detalles más o menos negativos en los grandes clubes que quedan cubiertos por los buenos resultados y que, cuando algo se tuerce, salen a la luz.