Simeone acostumbra a hacer fácil lo difícil que es competirles a los grandes
Cuando se habla de los favoritos a ganar la Liga, el Atleti ya suele aparecer siempre después de Madrid y Barça, pero no lejos y de manera testimonial, sino con posibilidades reales de que ocurra
Habrá un momento dentro de unos años, quizá muchos, quizá pocos, que recordaremos estos días con cariño. No todos, claro, porque habrá a los que los recuerdos de los que hablaremos les darán repelús, o les generarán indiferencia, pero esos serán los menos, los que no saben apreciar el lado bueno de las cosas. El Atleti es una cosa buena, como uno de esos majestuosos cometas que iluminan la nocturnidad terrestre alegrándonos la existencia durante un breve tiempo, y que hay que disfrutar al máximo con una velada a la interperie del campo a sabiendas de la larga espera que habrá que vivir para verlos de nuevo. Hay, sin embargo, una sutil pero determinante diferencia entre el Atlético de Madrid y un cometa: el Atleti amenaza con seguir brillando.
Simeone siempre ha sido cauto. Nunca ha dicho una palabra que no haya pensado primero. Ser argentino ya le otorga puntos de locuaz, pero el Cholo añade siempre un punto de sensatez a su discurso que lo hace congruente y lógico. Por eso, cuando decía el curso pasado que el objetivo del Atlético no podía ser otro que acabar la Liga tercero era porque lo creía así. No era un discurso victimista para restarle presión a sus jugadores, sino un convencimiento de que ese año, su equipo no podía aspirar a repetir la campaña de éxitos previa. Tenía una dosis de contradicción con la fuerte inversión realizada, pero era la confirmación de que parte de esa inversión fue incorrecta.
Por tanto, cuando este sábado le preguntaron por su afirmación de que a Real Madrid y Barcelona les cuesta menos sacar los partidos adelante y es complicado competirles, Simeone lo reafirmó con una explicación irrefutable. "Lo sostengo porque es una realidad. A nosotros nos cuesta mucho sacar los partidos adelante. No podemos conseguir un resultado importante en un primer tiempo para jugar en el segundo desde otro lugar. Estamos siempre con tensión y concentración que es lo que nos permite competir en la situación en la que estamos".
¿Cuál es esa situación? La realidad histórica de que el Atleti no es más que el equipo del resto de mortales que de vez en cuando se atreve a retar a los mejores. Un tiempo lo fue el Athletic, otro tiempo el mismo Atleti, en otro lo hizo el Deportivo, luego vino el Valencia y una vez surgió el Sevilla. Mientras Madrid y Barça son perennes como hojas de pino, el Atlético está condenado a caer, a desfallecer en un plazo de tiempo indeterminado, pero por norma general, relativamente breve. Entonces surgirá otro, uno nuevo, o repetidor. Y así hasta el infinito.
El reto de Simeone es postergar la caída inevitable lo máximo posible. Y vaya si lo está consiguiendo. Cuando se habla de los favoritos a ganar la Liga, el Atleti ya suele aparecer siempre después de Madrid y Barça, pero no lejos y de manera testimonial, sino con posibilidades reales de que ocurra. La gente ya se cree al Atleti, lo reconoce como lo que es, un grande. ¿Cómo no hacerlo, si terminada la primera vuelta de la Liga, está primero en la clasificación, por delante incluso del Barça de las cinco copas (al que le falta un partido, recuerden)? Y no chirría que esté ahí, eso es lo importante. No sorprende, porque se acepta como plausible.
Este Atlético no es sólo obra de Simeone, porque ya Quique Flores lo hizo campeón (nunca hay que olvidar el origen de las cosas). Pero el Cholo lo transformó en lo que es hoy. Un equipo constante, que si pierde un partido en Málaga (o en el estadio de Gran Canaria contra la UD Las Palmas, por qué no), al siguiente se levanta, gana y convence. Un entrenador no es nadie sin sus jugadores, pero estos jugadores serían otra cosa diferente sin Simeone, el Mono Burgos y el profe Ortega. Han hecho una ciencia exacta y perfecta la faceta de defender. Decir que marcarle un gol al Atleti es algo que sólo pasa una vez o dos al mes, no es exagerar. Hay cometas que tardan menos en cruzar el cielo.
UD Las Palmas: Javi Varas; David García, Aythami, Garrido, Dani Castellano; Roque, Vicente Gómez; El Zhar, Tana, Jonathan Viera; y Araujo.
Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Saúl, Gabi, Augusto, Koke; Griezmann y Vietto.
Árbitro: Iñaki Vicandi Garrido (Comité Vasco).
Estadio: Gran Canaria.
Hora: 18:15 (17:15 hora insular), C+ Liga.
Habrá un momento dentro de unos años, quizá muchos, quizá pocos, que recordaremos estos días con cariño. No todos, claro, porque habrá a los que los recuerdos de los que hablaremos les darán repelús, o les generarán indiferencia, pero esos serán los menos, los que no saben apreciar el lado bueno de las cosas. El Atleti es una cosa buena, como uno de esos majestuosos cometas que iluminan la nocturnidad terrestre alegrándonos la existencia durante un breve tiempo, y que hay que disfrutar al máximo con una velada a la interperie del campo a sabiendas de la larga espera que habrá que vivir para verlos de nuevo. Hay, sin embargo, una sutil pero determinante diferencia entre el Atlético de Madrid y un cometa: el Atleti amenaza con seguir brillando.