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Griezmann, un zurdazo de la nada y el sufrimiento de siempre para ser colíderes
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REMONTARON EL TANTO INICIAL DE LAPORTE

Griezmann, un zurdazo de la nada y el sufrimiento de siempre para ser colíderes

La victoria rojiblanca (2-1) puede que no reflejase los méritos del Atlético, pero en el fútbol lo que cuentan son los hechos. Es decir, los goles. El premio se quedó en el Calderón en forma de coliderato

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Al partido le costó levantarse porque se jugaba en un espacio de cuarenta metros. En el Vicente Calderón sólo pasaba el tiempo porque sobre el césped había demasiada pizarra, los jugadores de uno y otro equipo estaban demasiado encorsetados en los papeles asignados por sus entrenadores. El escenario dejó entrever que serían los detalles los que decidirían y sería clave el equipo que menos fallase. Y ese fue el Atlético de Madrid. La victoria rojiblanca (2-1 || Saúl y Griezmann | Laporte) puede que no reflejase los méritos, pero en el fútbol lo que cuentan son los hechos. O lo que es lo mismo: los goles. El Athletic perdonó demasiado y firmó un gran partido sin premio. Éste se quedó en el Calderón en forma de coliderato: Atlético y Barcelona comparten la cabeza de la clasificación con 35 puntos.

La euforia de Simeone cuando escuchó el pitido final contrastaba con sus palabras en la rueda de prensa posterior al partido contra el Athletic. El Atlético sigue agarrándose a la filosofía del “partido a partido” y no se desvía del camino marcado por el técnico argentino. Comentaba Juanfran en la zona mixta del Calderón que el equipo no se ve “candidato, ni mucho menos. Esto es muy largo y los que estamos metidos en el fútbol sabemos que en un par de semanas las cosas cambian. Quién le iba a decir al Barcelona que iba a tener dos empates seguidos. Está claro que cuanto más arriba estemos mejor, pero cuando importa esto es a final de temporada”.

Los hombres de Luis Enrique empataban el sábado en el Camp Nou ante el Deportivo y la lucha por el título se estrechaba. Tanto que el Atlético podría irse de vacaciones mandando en la tabla de Primera puesto que el Barcelona no jugará su partido pendiente de la Jornada 16 hasta 2016; para ello debe derrotar al Málaga en La Rosaleda el fin de semana que viene. El conjunto rojiblanco ha llegado a esta posición sin hacer demasiado ruido, encajando pocos tantos (7 hasta el momento teniendo en cuenta los 15 azulgranas y los 13 madridistas) y sin una marca goleadora tan elevada como la de sus rivales directos: 22 tantos frente a los 36 del Barcelona o los 32 del Real Madrid. Simeone sigue apostando por no tocar en exceso aquello que funciona; varían los nombres de los ingredientes, pero la receta sigue saliendo bien.

Sobre el campo, sólo había una manera de romper el letargo y recuperar la acción: marcar. El Athletic fue el primero en mostrar el camino (26') en un córner que puso en evidencia al Atlético y confirmó que el conjunto vasco estaba mucho más cómodo en la orilla del Manzanares. Nadie despejó en el primer palo y en el segundo, más solo que la una, esperaba Laporte para meter la puntera y mandar el balón al fondo de las redes defendidas por Oblak. El Athletic arrastró a la defensa de su rival al primer palo y aunque Griezmann peinó ligeramente, injustificable fue la soledad de Laporte. Los hombres de Valverde sabían que plantar cara al Atlético en el Calderón era tarea compleja y por ello, apuntaló para frenar los costados y la variante ofensiva que presentaban los laterales rojiblancos.

Superados los primeros quince minutos, el Athletic intentó equilibrar el juego y lo consiguió porque, a pesar el monopolio colchonero en la posesión, no sufría. El paso de los minutos le favoreció puesto que consiguió ubicarse mejor que su rival y, sobre todo, plantar más oposición. A pesar de ello, Valverde no conseguía que Williams dejase de sufrir en la banda de Juanfran y persistían los problemas para sacar el balón ante la presión del Atlético que vivía la misma situación. Los rojiblancos receleban, no se fiaban de un rival que podía sorprender en cualquier momento. Fruto de ello, ahogaba en el centro del campo y era incapaz de subir la defensa para ayudar a que su medio conectase y ayudase a la delantera.

Sí, el Atlético presionó de salida, pero este ritmo duró lo mismo que un suspiro. Mordía cuando el Athletic tocaba en corto e, incluso, llegó a embotellarle buscando el área de Gorka aunque no terminó de coger el aire al partido. En una anécdota se quedó el tanto bien anulado a Vietto (17') porque estaba adelantado y por el mismo camino estuvo a punto de ir la diana que logró Saúl (46') al filo del descanso. Cuando más incómodo y menos fresco estaba el Atlético, sacó petróleo del tiempo añadido: tras el primer aviso de Gabi y de nuevo en un saque de esquina, Gorka llegó tarde y Saúl remató sin oposición alguna. Eso sí, la inyección de moral que se presuponen a este tipo de tantos al borde del descanso se quedó en el vestuario.

La segunda parte arrancó con mucho más ritmo hasta el punto de convertirse en un correcalles en el que la sensación que quedaba es que el primero que fallase, lo iba a pagar muy caro. Las ocasiones se sucedían, pero éstas tenían acento vasco porque el juego del Atlético no había mejorado. Pronto se arrepentiría el Athletic de las oportunidades marradas. Simeone se afanaba en corregir a los suyos que, al fin, adelantaron la presión mientras el partido se abría y crecía la tensión: cada segundo contaba y el coliderato pendía de un hilo. Con Correa y Torres sobre el campo, llegó el zarpazo de Griezmann (66') y lo hizo desde la nada para colocar al Atlético en el mismo peldaño que ocupa el Barcelona, el del liderato.

El saque de banda de Filipe fue presionado por Correa hasta que el balón salió rebotado a la frontal del área vasca y el francés no se lo pensó: armó la zurda y con un latigazo inesperado dibujó una parábola -de derecha a izquierda- imposible para Gorka. No estaba fino el Atlético de Madrid, pero se abrazó a la calidad individual de Griezmann para decantar un partido que, a partir de ese momento, fue de auténtica brega. Sufriendo hasta el pitido final, el conjunto rojiblanco fue ganando en comodidad estirándose poco a poco mientras el Athletic se lanzaba a la carga y Simeone apuntalaba su defensa (saltó Savic por Griezmann) para hacer frente a los arreones finales de su rival. Los hombres de Emery pagaron muy caros sus errores y fueron incapaces de evitar que el Atlético llevase el encuentro a su terreno. Allí donde los detalles son los que deciden, los que te dan un campeonato y los que, de momento, te convierten en colíder.

Comentaba el técnico rojiblanco que ellos se han limitado a seguir “nuestra línea. Siempre trabajamos para lo mejor, pero nuestra línea es superarnos a nosotros mismos en cada partido. No entendemos otro camino que no sea el esfuerzo”. Así es como ha alcanzado el liderato, una posición de la que no disfrutaba desde la última jornada de la temporada 2013/2014. La misma en la que se proclamó campeón de Liga. Bien es cierto que entonces ostentó la primera plaza en solitario, pero ni a lo largo de la temporada pasada ni en la presente (hasta este domingo) había mirado al resto de equipos a través del retrovisor. Es más, ser segundos había sido su mejor posición. Ahora queda por ver si el Atlético se comerá el turrón solo o acompañado en lo más alto de la clasificación. Es cuestión de superarse a ellos mismos.

Ficha técnica

Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Saúl, Gabi, Koke, Carrasco (Correa, m. 57); Griezmann (Savic, m. 87) y Vietto (Fernando Torres, m. 60).

Athletic Club: Gorka Iraizoz; Eneko Bóveda (Susaeta, m. 70), Xabi Etxeita, Laporte, Balenziaga; Iturraspe (Mikel Rico, m. 58), Beñat; Oscar de Marcos, Raúl García, Iñaki Williams (Kike Sola, m. 85); y Aduriz.

Goles: 0-1, m. 26: Laporte remata por raso en el segundo palo un saque de esquina. 1-1, m. 45: Saúl cabecea un córner de Koke. 2-1, m. 66: Griezmann, con un zurdazo desde el borde del área.

Árbitro: Martínez Munuera (C. Valenciano). Amonestó al visitante Aduriz (m. 73).

Incidencias: partido correspondiente a la decimoquinta jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 53.000 espectadores. Antes del inicio del partido, los capitanes de ambos clubes, Gabi en el Atlético y Gorka Iraizoz en el Athletic, entregaron las camisetas de sus equipos a Auxi y Gari, de ocho y nueve años, con siete y cinco órganos trasplantados y seguidores del Atlético de Madrid y del Athletic Club, respectivamente.

Al partido le costó levantarse porque se jugaba en un espacio de cuarenta metros. En el Vicente Calderón sólo pasaba el tiempo porque sobre el césped había demasiada pizarra, los jugadores de uno y otro equipo estaban demasiado encorsetados en los papeles asignados por sus entrenadores. El escenario dejó entrever que serían los detalles los que decidirían y sería clave el equipo que menos fallase. Y ese fue el Atlético de Madrid. La victoria rojiblanca (2-1 || Saúl y Griezmann | Laporte) puede que no reflejase los méritos, pero en el fútbol lo que cuentan son los hechos. O lo que es lo mismo: los goles. El Athletic perdonó demasiado y firmó un gran partido sin premio. Éste se quedó en el Calderón en forma de coliderato: Atlético y Barcelona comparten la cabeza de la clasificación con 35 puntos.

Antoine Griezmann
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